Barcelona ha estrenado este fin de semana un pesebre, este año en versión digital. Pero su carácter "innovador y digital", no ha evitado las críticas a la nueva propuesta del gobierno local que lidera Ada Colau. Año tras año, el pesebre de Colau ha sido una polémica recurrente al llegar la Navidad. Polémica por los diseños, siempre huyendo del pesebre tradicional, y por el coste que los "inventos" tiene para las arcas consistoriales, un promedio de 100.000 euros anuales, desde que los Comunes gobiernan la ciudad.

En esta ocasión el formato escogido, un "video mapping" interactivo que se proyecta sobre la fachada del ayuntamiento de la ciudad, ha llegado apenas ocho días antes de navidad y solo puede verse cuatro horas al día. De 18.00 a 22.00 horas, desde que anochece hasta el límite impuesto por el Ayuntamiento para los adornos navideños, para cumplir la política de ahorro energético. Los festivos hasta medianoche.

Un diseño que han criticado desde diversos grupos de la oposición, desde la líder de Valents, Eva Parera, al portavoz del PP, Josep Bou. También por el ex candidato independentista Jordi Graupera, que emulaba a Cayetana Álvarez de Toledo concluyendo que los responsables del Gobierno local "odian la Navidad". O directamente "odian a Barcelona".

Unas críticas a las que respondía el teniente de alcalde de Cultura, Jordi Martí. La instalación virtual, diseñada por Onionlab, representa diferentes tradiciones navideñas. El belén virtual permite a la ciudadanía interactuar con los contenidos proyectados a través de los teléfonos móviles por medio de una webapp que puede descargarse en el código QR que se exhibe también en la Plaza Sant Jaume.

Tió y Reyes Magos

El belén es la imagen central que decora la fachada y está formado por ventanas que se abren para mostrar los diferentes universos que hay en el interior: la ciudad de Navidad, las figuras del pesebre, la gastronomía navideña, el simbólico Tió catalán, y los Reyes Magos.

Entre los personajes del pesebre, los vecinos que entren en la aplicación podrán escoger: "pastora de gallinas, pastor de ovejas, pescadora, leñador, caganer, buey, mula, Rey Melchor, Rey Gaspar y Rey Baltasar" pero no a San José, la Virgen o el niño Jesús.

En este contexto, Valents denuncia que Ada Colau acumula en sus ocho años de mandato como alcaldesa, un gasto público de casi 1 millón de euros en el montaje de "anti-pesebres al estilo laico". El gasto acreditado en los pesebres de los últimos ocho años es de 784.904 euros, en los que no figuran el coste del primer pesebre de la era Colau, en 2015, ni el de 2020, cuando se suspendió el pesebre por la pandemia.

Casi un millón en "anti-pesebres"

Eva Parera considera "una vergüenza y tomadura de pelo que Colau se haya gastado casi 1 millón de euros para hacer performance ridículas llamadas pesebres, que nada tienen que ver con la tradición navideña" y ha abogado por volver al pesebre tradicional.

Respecto a la instalación digital de este año, la líder de Valents cree que el gobierno municipal "ha querido evitar cualquier montaje, dejando la Plaza Sant Jaume vacía de contenido, con un pesebre virtual o ‘video mapping’ que cuesta 100.000€ y que no se puede visitar de día". Para Parera es "un despropósito llamar pesebre a un vídeo proyectado".

El belén más caro de los últimos años fue el de 2021, con un coste de 189.904 euros. Un nacimiento que se extendía desde las Ramblas a la Vía Layetana, con las figuras realizadas en luces led distribuidas por diversas fachadas del a calle Ferran, en el que las figuras de José, María y el niño Jesús estaban más escondidas que el caganer.

Aunque los más criticados han sido el de 2016, un pesebre integrado por bolas de cristal con contenidos diversos, que costó 136.000 euros, o el de 2018, que transformaba las figuras del belén en sillas, en las que el niño Jesús era una butaca con babero gigante.