La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo se ha reunido este miércoles y este jueves, de nuevo para decidir sobre el caso de Ahmed Tommouhi (Nador, 1951), un hombre que fue condenado en 1992 por una agresión sexual. Los magistrados han decidido hoy que la condena -en la que no se tuvo en cuenta un informe sobre el semen que lo exculpaba de la violación- no fue ajustada a derecho y fuentes jurídicas confirman que han decidido anular su pena. Tommouhi ha cumplido ya 15 años en la cárcel.

El Supremo estima así un recurso de revisión que el marroquí interpuso después de que incluso la propia víctima confesara en una entrevista que se equivocó al reconocerlo. La sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, de la que fue ponente la ahora ministra de Defensa, Margarita Robles, omitió una prueba clave: un informe pericial sobre los restos biológicos hallados en la ropa interior de la víctima.

A principios de los 90, se produjeron varias oleadas de agresiones sexuales entre Girona, Barcelona y Tarragona. Nuria y su amiga del instituto G fueron dos de las víctimas cuando tenían 14 y 15 años. Una noche en 1991 un coche se ofreció a llevarlas a Cornellá y piloto y copiloto terminaron violándolas brutalmente. La Audiencia Provincial de la ciudad condal sentenció el 23 de septiembre de 1992 a Tommouhi por los dos delitos de violación y dos faltas por lesiones, puesto que el otro individuo autor de los hechos nunca apareció.

El reconocimiento de la joven bastó como prueba condenatoria. Nuria, en una entrevista en El País el pasado año reconoció que había sido un error. El parecido físico de Tommohui con un depredador sexual que detendría la Guardia Civil poco después le jugó una mala pasada. «Fue muy doloroso pensar que había señalado a una persona que no había sido. Y realmente esperaba que la justicia hiciera algo», explicó la víctima que ahora tiene 44 años. El periodista Braulio García Jaén escribió un libro, Justicia poética (Seix Barral, 2010), en el que también logró la testificación del perito. «Pues si el grupo sanguíneo no coincide, ¿podemos decir que el esperma lo exculpa también?«, preguntó García Jaén. «Sí, sí. Tanto el esperma como la sangre», aclaró el diplomado en Farmacia Eugenio Ojero.

El Instituto Armado detuvo en 1995 a Antonio García Carbonel, un violador que fue condenado a 228 años de prisión y cuyo parecido físico con el ahora exculpado era patente. Cuatro años después el propio fiscal jefe de Cataluña José María Mena pidió el indulto para el marroquí porque tenía la "convicción profunda" de que habían sentenciado a un inocente. El Gobierno no le concedió la medida de gracia y Tommohui cumplió su pena completa.

Todos los indicios sobre los que ahora ha trabajado la Sala de lo Penal eran sólidos, tal y como contó este periódico, y los magistrados se inclinaban por anular la pena.  El magistrado Juan Ramón Berdugo será el ponente de la sentencia que todavía no está redactada del todo y en la deliberación han participado el presidente de la Sala de lo Penal Manuel Marchena, así como los togados Ana Ferrer, Ángel Luis Hurtado Pablo Llarena. Ahora, el hombre que ya tiene 73 años podrá pedir una indemnización al Estado por los años que ha estado privado de libertad.