La ejecutiva de Junts reunida este jueves para dar el pistoletazo de salida al curso político no sólo sirvió para ratificar que Carles Puigdemont es el responsable último, y casi único, de la negociación de la investidura. También acordó la creación de un secretariado reducido que, en la práctica, supone el barrido de las voces más pragmáticas de la dirección, aquellas más proclives al pacto. Los mismos que en su momento se resistieron a abandonar el Govern de la Generalitat presidido por el republicano Pere Aragonès.

El nuevo Secretariado permanente incluye, sobre el papel, a todas las "sensibilidades" del partido. Pero desaparecen de él las voces que con más ahínco han reivindicado el retorno de JxCat a la política institucional para ocupar los máximos espacios de poder. Se trata de los ex consellers Jaume Giró, Lourdes Ciuró o Violant Cervera, además de Damià Calvet, que en su día le disputó la presidencia del partido a Laura Borràs.

No solo se resistieron a la salida del Govern hace un año, haciendo campaña por la continuidad en la consulta interna que finalmente decantó Puigdemont abogando por la salida. También cuestionaron tras las elecciones municipales una estrategia que ha dejado a JxCat fuera del gobierno de tres de las cuatro diputaciones catalanas, amén del Ayuntamiento de Barcelona. Una estrategia igualmente marcada por el ex president, contrario a pactar con el PSC en esas instituciones.

Ssecretariado permanente

El nuevo Secretariado permanente -del que no forma parte Puigdemont, que hace dos años renunció a los cargos orgánicos en el partido- tiene al frente a Borràs y el secretario general, Jordi Turull, un dirigente que sobre el papel representa a ese sector pragmático del partido, pero que no ha osado contradecir a Puigdemont hasta ahora.

Junto a ellos los vicepresidentes Josep Rius, de la máxima confianza de Puigdemont, Aurora Madaula, del entorno de Borràs, y Anna Erra, próxima a Turull, y los secretarios David Torrents, Teresa Pallarès y David Saldoni. Junto a ellos, los representantes de las cámaras: Miriam Nogueras y Albert Batet, ambos fieles a los mandatos de Waterloo.

El Secretariado permanente -un órgano previsto en los estatutos del partido- asumirá por delegación algunas de las funciones de la Ejecutiva y actuará como órgano permante de la dirección y el gobierno del partido, señala el comunicado. Pero no explicita qué funciones asume en el gobierno del partido.

Portazo al plan Urkullu

Paralelamente, tanto Junts como Esquerra dieron la espalda este jueves al plan propuesto por el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, que aboga por "una revisión "reinterpretar la Constitución" para resolver la cuestión territorial, pero sin entrar a reformar la Carta Magna. Desde JxCat se ha dado la callada por respuesta a la propuesta lanzada en El País, que los de Puigdemont obviaron.

En nombre del Govern de ERC, la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, dejaba claro que el independentismo catalán busca algo más que un acomodo en la actual Constitución española. "La mayoría social y política en Catalunya apuesta por la autodeterminación y la amnistía, y por lo tanto este es el marco de negociación que planteamos" advirtió Vilagrà al ser preguntada por el proyecto en una comparecencia ante la prensa.

La número dos de Pere Aragonès en el Govern expresó su "respeto" por la propuesta de Urkullu y apuntó que "hay que ver qué recorrido tiene", pero dejó claro que el escenario en el que trabaja Esquerra "es otro". Advirtió además que no van a renunciar a la "negociación de gobierno a gobierno" conseguida en la legislatura pasada con el PSOE para fundirse en una conferencia de presidentes autonómicos. "No nos moveremos de aquí", remachó.