La Policía Nacional detuvo en la mañana de este lunes a Francisco Javier C., un cura malagueño de 34 años acusado de sedar a un mínimo de cuatro mujeres a las que grababa mientras sufrían agresiones sexuales.
La noticia cayó como una losa en Yunquera y El Burgo, los dos pueblos de Málaga donde ofrecía misa. Los vecinos de estos municipios, ubicados en la Sierra de las Nieves, se han despertado con la sorpresa de la detención del cura después de que hace unas semanas comunicara que por motivos personales se tenía que ausentar y no iba a seguir oficiando la misa, según ha explicado a Efe el alcalde de Yunquera, José María Rodríguez.
Francisco Javier es hijo de una clarisa que responde al nombre de P. Natural de Vélez-Málaga, se convirtió en sacerdote en 2017. Pasó unos años en Melilla, y a comienzos de 2023 volvió a la Diócesis de la capital de la Costa del Sol. "Mi madre, al haber sido monja, me enseñó la fe desde que era chiquitillo", dijo en una entrevista a La Opinión de Málaga hace nueve años.
Primera eucaristía
La cofradía del Rico y Piedad celebraba en 2017 las primera eucaristía que daba este cura detenido. Francisco Javier era cercano a esta archicofradía, donde llegó a ser horquillero de la Virgen de la Piedad. "Rezamos por una vocación duradera y fuerte que permita, allá donde se le incardine, acercar la grandeza de Jesús y María", publicó la entidad en sus redes sociales.
En aquella entrevista, se le preguntó por unos casos de pederastia que recientemente habían visto la luz en Granada. "Estos escándalos de pederastia son una vergüenza. Es importante que la Iglesia haya tomado la decisión de ponerlos en manos de la Justicia (...) No puedes revindicar hacia fuera lo que no haces de puertas adentro. Atajar los problemas es algo muy importante para la Iglesia de hoy", respondió.
La detención
Fuentes de la investigación han indicado a Efe que el detenido se encuentra ya en prisión provisional acusado de cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.
En un comunicado, la Dirección General de la Policía Nacional señala que la investigación se inició en agosto cuando una mujer, que aseguró ser pareja sentimental del detenido, denunció en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de Melilla que había localizado en el domicilio que compartían un disco duro con fotografías y vídeos.
En ellos aparecían varias mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante y a las que un hombre les realizaba todo tipo de prácticas sexuales.
Víctimas identificadas
Tras el análisis del material de este disco duro, los investigadores de la UFAM central lograron identificar a cinco víctimas que manifestaron desconocer la existencia de las grabaciones y que no eran conscientes de haber sido víctimas de ningún delito de naturaleza sexual.
Los agentes averiguaron que las agresiones sexuales se habían llevado a cabo de forma continuada en diferentes años y localidades, con ocasión de viajes de grupos de amigos, entre los que se encontraba el arrestado.
Éste habría suministrado a las víctimas algún tipo de sustancia que anulaba su estado de consciencia para perpetrar las agresiones sexuales.
Los agentes no descartan que haya más víctimas en Melilla, Málaga Córdoba, lugres en los que el arrestado ha residido, por lo que siguen analizando el material que se incautaron en su actual domicilio de Vélez-Málaga tras la detención.
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hace 1 año
Bien, ante una sospecha de un delito de naturaleza sexual de algún clérigo, procede la denuncia al juzgado o la comisaría, no es la iglesia quien debe investigar, ni a quien presentar la denuncia.
Otra cosa sería repetir el error contumaz que costó la ejecución, cruel, a Thomas Beckett: se enfrentó al rey, o sea, a la autoridad civil, su conflicto acabó reducido a la pretensión de Beckett de que la Iglesia juzgase los delitos comunes de la gente de ‘vida consagrada’, una aberración jurídica, hoy y entonces.