José María Gil (conocido como Chema Gil) es periodista, codirector del Observatorio Internacional de Seguridad y responsable del Departamento de Análisis de Terrorismo y Seguridad Internacional. Ha colaborado con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en materia de terrorismo yihadista, llegando a ser condecorado a petición de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional.
¿Qué supondría elevar la alerta antiterrorista al nivel 5?
Los recursos que se moverían y en qué ámbito lo harían son secretos. No se va a comunicar la operatividad que adquirirían los servicios policiales y el Ejército en relación con una amenaza de nivel 5. Sí sabemos que el nivel 5 de alerta indica un riesgo muy alto de ataque terrorista, y se traduce como riesgo inminente, en el sentido de que algún tipo de servicio de inteligencia da pistas a los servicios de seguridad del Estado de que podríamos ser atacados en un escenario altísimamente probable. Entonces, ante un riesgo muy alto, veríamos una presencia policial mucho más reforzada y disuasoria y una activación en extremo de todos los recursos de la lucha antiterrorista y el ejército.
¿Cree que hay motivos ahora mismo para activarlo?
Confío que en la mesa de evaluación se sientan los mejores expertos. No hay que dudar de ellos, que son los que trabajan con esa información a diario. Está la inteligencia de la Guardia Civil y sus servicios de información, lo mismo de la Policía Nacional, el CNI, el Departamento de Seguridad Nacional, Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) y el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Son los expertos los que dicen cuál es el nivel que tiene que aplicarse. La Secretaría de Estado para la Seguridad no va a atreverse a llevarle la contraria, aunque tiene la capacidad de decisión.
Hay que tener en cuenta que después del nivel 5 ya no tenemos nada más, no hay una escala infinita. Yo confío plenamente en el criterio de la Policía, la Guardia Civil y el CNI. Si la autoridad dice que tiene que ser cuatro reforzado, es el que tiene que ser. Porque hay que tener en cuenta que el nivel 5 es muy extremo, y a nivel político, ¿quién tira para atrás y lo rebaja?
¿Qué consecuencias tendría? ¿Se perderían derechos?
No. En España, sólo en el estado de excepción pueden verse afectados los derechos fundamentales. Sólo ya cuando superamos el estado de emergencia, y ya nos vamos a un estado de excepción, sitio o guerra, podríamos ver afectados nuestros derechos fundamentales.
El nivel 5 puede generar incomodidad, desasosiego. Se controlan más rutas, hay más controles policiales, pero nunca veremos menoscabados los derechos fundamentales.
¿Cómo crees que puede afectar a España la guerra entre Hamas e Israel?
Nos afecta mucho más de lo que nos podemos creer. Toda la cuestión palestina es un detonante para todos los grupos yihadistas del mundo. Las acciones que hemos visto recientemente en Francia con el asesinato de un profesor o en Bruselas con un yihadista pegando tiros con un fusil de asalto de guerra pueden ser los detonantes que lleve a algunos individuos de la radicalización extrema a la determinación criminal. Es decir, se sienten tan concernidos por toda la cuestión palestina, que en cualquier momento un sujeto o una pequeña célula de un nivel mínimo de integración y mediante acciones de muy baja complicidad organizativa pueden, sin embargo, lograr un altísimo impacto.
¿Cree que la comunidad judía en España debe temer por su sinagoga, por su centro, por ellos mismos?
Desde luego son objetivos absolutamente sensibles. Ya hemos visto ataques a sinagogas con cócteles molotov, hemos visto cómo se pinta otra vez en las calles de Alemania la estrella judía. Por lo tanto, evidentemente, deben sentir no temor, porque es verdad que nuestras policías han intensificado la vigilancia en estos edificios, en estos sitios, así como en las embajadas, pero deben sentirse en buenas manos, aunque ciertamente son objetivos especialmente deseados por los terroristas de ideología yihadista.
¿Cómo están ahora mismo las relaciones de inteligencia entre España e Israel?
Las relaciones son óptimas. Dentro de lo que tiene que ver con terrorismo, hemos de saber que Israel es un apoyo fundamental porque tiene un servicio de inteligencia muy desarrollado, tanto el Sinbet como el Mossad. Son gente notable en materia de inteligencia y al final ellos colaboran con muchos países. Hasta donde yo más o menos puedo decir, se mantienem unas relaciones no correctas, sino intensas, con Israel. En todo lo que tiene que ver con el tema del terrorismo, fundamentalmente.
¿Que Israel establezca relaciones diplomáticas con Marruecos nos beneficia?
En principio no creo ni que nos beneficie ni que nos perjudique. Entre Israel y Marruecos, más allá de que haya habido relaciones formales o no, ha habido una relación preferente siempre a través de una cosa que se llama la diplomacia paralela. Piensa que la comunidad más importante judía en Israel, de origen de fuera de su territorio, es marroquí. El 70% de los ministros del anterior gobierno eran de origen marroquí. Siempre han tenido unas relaciones extraordinarias.
¿Cuántos retornados de zona de conflicto puede haber en España?
Calculo que más o menos unos 100. Hay que tener en cuenta que el envío de gente desde España a Siria no fue mayor de 500 personas, aproximadamente. Muchos murieron allí. Por otro lado, muchos de los retornados son peligrosos porque saben de todo, saben de explosivos y están motivados. Muchos de los que estaban en Siria a donde han ido ahora es al Sahel, donde verdaderamente tenemos una amenaza impresionante.
¿La situación que vivimos ahora de inmigración en Canarias preocupa?
Siempre hay una cosa que me gusta recordar. La inmensa mayoría de los individuos que han cometido ataques en Europa y en España, o han crecido aquí o incluso han nacido aquí. Los que hicieron la matanza en Charlie Hebdo, nacieron en París, por ejemplo.
La figura del lobo solitario no se ha dado en España. O al menos no ha atacado.
La figura del lobo solitario no es algo tan habitual como los medios hablan. Lobos solitarios puros y duros son aquellos que desde la individualidad, sin ningún núcleo de apoyo ni relación externa, hacen su autorradicalización y ejecutan un ataque. En el momento en que tiene contacto con alguien y se radicaliza por ese alguien, ya no es un lobo solitario, porque ahí va a tener un entorno de radicalización, va a haber alguien que le oriente en cómo, en qué y de qué manera hacer un ataque.
¿Qué importancia siguen teniendo los imanes y las mezquitas en este proceso?
Evidentemente hay mezquitas más radicales o menos radicales, pero lo cierto es que cuando una mezquita está oficialmente conformada, de esa mezquita conocemos muchas cosas porque hay un registro en el interior de entidades religiosas. La mayor tranquilidad que podemos tener es que sigan yendo a las mezquitas, y no cualquier cuchitril donde se junte cualquiera que no sabemos ni quién es el imán, ni quién gestiona eso económicamente, ni nada. Luego, en la mezquita, en cuanto aparece alguien, el imán es quien está pendiente de quién entra y quién no, quién dice alguna barbaridad o actúa de manera sospechosa. Y es quien se lo va a decir a la Guardia Civil o a la Policía porque te puedo asegurar que ambos tienen muy buena relación con personas de las comunidades islámicas.
La inmensa mayoría de las ocasiones, hasta donde yo sé y lo que he podido comprobar y ver directamente, te puedo asegurar que existe un amplísimo conocimiento de la realidad de las comunidades en cada pueblo, en cada barrio, porque verdaderamente la Guardia Civil empezó muy pronto a trabajar todo ese ámbito de las zonas rurales, que es donde se asentaron los primeros inmigrantes de origen musulmán y demás. La comunidad musulmana es muy discreta, pero no tarda en informar.
¿La alerta sobre el terrorismo está mermando otras áreas, como puede ser por ejemplo el narcotráfico?
Creo que no. Evidentemente, frente al terrorismo siempre se presta una atención muy especial, pero tenemos que saber que la organización de la Policía y la Guardia Civil tiene un nivel de especialización importante. El crimen organizado, la delincuencia violenta organizada y el narcotráfico están controlados por profesionales de este organismo. Y que además hay comunicación entre las áreas. Para eso se creó el Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Hay un elemento nuclear que es el dinero. Los terroristas no sólo quieren matar, sino también quieren hacer dinero.
¿Cómo está la situación en las cárceles españolas?
El Gobierno debe escuchar con atención las reivindicaciones que están planteando los profesionales, los funcionarios de instituciones penitenciarias. Es muy importante mantener un trabajo de captación de información, de elaboración y análisis de esa información y de generación de inteligencia con esa información dentro de las prisiones. Las prisiones son entornos muy proclives a la captación y a la radicalización. En Europa lo estamos viendo, pero también lo hemos visto aquí en España: un chaval entra por robar una pequeña cantidad y termina saliendo radicalizado. Eso quiere decir que en un entorno hostil, donde el chaval entra y al final quien le acoge está dispuesto a captarlo. Primero que tiene que haber más funcionarios, tiene que ampliarse el espectro de profesiones, tiene que haber criminólogos, no solamente psicólogos, sino criminólogos, aparte de los psicólogos que ya están operando, y hay que implementar todas las medidas que permitan generar información e inteligencia para evitar procesos de captación.
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