El juicio contra el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato comienza este viernes en la Audiencia Provincial de Madrid con un actor de fondo inesperado: Cristóbal Montoro. La investigación que permanece secreta en un juzgado de Tarragona, desvelada por El Independiente, que ha sacado a relucir cómo Hacienda accedió a datos confidenciales de periodistas y políticos como los de Rato se cruzará en el juicio ya que el que fuera ministro de Economía del Gobierno de José María Aznar siempre ha culpado a su homólogo en Hacienda como el orgen de todos sus males. La Fiscalía Anticorrupción pide para él una pena que asciende a los 70 años por 11 delitos contra el fisco al considerar que ha defraudado un total de 8,4 millones de euros.

El Ministerio Público revela en su escrito de acusación que Rato ha mantenido un patrimonio oculto desde 1999 en diversas sociedades internacionales. Señala que realizó continuas actividades de inversión financiera mediante multitud de cuentas bancarias abiertas en Bahamas, Suiza, Luxemburgo, Reino Unido, Suiza y Mónaco, entre otros lugares.

El que también fuera presidente del Fondo Monetario Internacional está acusado de un delito de blanqueo de capitales, otro de insolvencia punible, otro de corrupción en los negocios y otro delito continuado de falsedad en documento oficial y mercantil en el marco de la causa sobre el presunto incremento ilícito de su patrimonio.

El análisis de la documentación intervenida en su vivienda permitió identificar incrementos patrimoniales no justificados entre 2005 y 2015 por un importe total de 15,6 millones de euros. Cabe recordar que a Rato lo detuvo en el año 2015 el servicio de Aduanas, dependiente del Ministerio de Hacienda, en lugar de miembros de la Policía Nacional. Para el exvicepresidente la sombra del otro ministro ha estado siempre tras lo que considera un montaje para quitarlo de en medio.

En el libro que ha publicado este 2023, el expolítico 'popular' lo señala directamente: “Lo cierto es que, desde su llegada al ministerio, Montoro había emprendido una dudosa senda, rayada en algunos casos en la ilegalidad, al airear datos fiscales de determinados individuos o amenazar a colectivos como los medios de comunicación, deportistas y actores e incluso rivales políticos con la información que obra en manos de la Agencia Tributaria". No es difícil inferir, por tanto, que una parte de su estrategia de defensa tratará de desmontar el germen de toda la operación contra él.

Anticorrupción

El escrito de acusación de la fiscal Anticorrupción describe la colaboración particularmente relevante de las operaciones opacas de Santiago Alarcó, excuñado de Rato y del asesor fiscal Domingo Plazas. El primero, supuestamente, manejaba las cuentas en el extranjero y gestionaba estructuras societarias que servían los intereses del acusado, mientras que el segundo administraba una sociedad española para repatriar las cantidades blanqueadas a través de cuentas en Gibraltar.

Todas las cantidades ocultas a Hacienda fueron "objeto de mecánicas de blanqueo por el acusado", incluyendo por ejemplo el 'crédito lombardo' que le permitían obtener líneas de financiación muy flexibles con la "garantía de su abultada cartera de valores".

El Ministerio Público considera que Rato no ha justificado incrementos patrimoniales por valor de 15.6 millones de euros entre 2005 y 2015. No tienen dudas de que durante la investigación se han acreditado "indicios racionales" de que siendo presidente de Caja Madrid-Banka (entre 2010-2012), Rato cobró indebidamente comisiones procedentes de los contratos de publicidad que la entidad bancaria firmó con distintas empresas.

El caso se inicia con las cuestiones prejudiciales y no será hasta abril cuando declare Rato y el resto de los acusados.