La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha solicitado una pena de dos años y medio de prisión para el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones en la causa sobre el beso no consentido que dio a la jugadora Jenni Hermoso tras la final del Mundial en Sídney, el pasado 20 de agosto.

El Ministerio Público ha remitido su escrito de conclusiones provisionales, al que ha tenido acceso El Independiente, en el que además solicita una condena de un año y medio de prisión por un delito de coacciones para el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda; así como al director de márketing de la Federación Rubén Rivera y al director de la selección masculina, Albert Luque. A excepción de Vilda que fue destituido poco después de que el escándalo se desatase, los otros dos directivos siguen en sus puestos.

Además de la pena de prisión, la fiscal Marta Durántez solicita para Rubiales inhabilitación especial para trabajar en el ámbito deportivo durante el tiempo de condena, que se le aplique la medida de libertad vigilada durante 2 años y la prohibición de comunicarse con la jugadora y de acercarse a ella a un radio de 200 metros durante cuatro años.

Asimismo, propone que Rubiales indemnice con 50.000 euros a la internacional y que tanto él como el resto de los acusados aporten otros 50.000 euros más por las presuntas coacciones a las que la sometieron los días de después del partido para intentar que cambiara de opinión y saliera a defender al presidente.

Esta causa, que ha instruido un juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge, discurre al margen de la investigación de diversos contratos en la RFEF, como el del traslado de la Supercopa en Arabia Saudí en el que también está investigado Luis Rubiales en un juzgado de Majadahonda (Madrid).

Situación de hostigamiento

La fiscal enmarca los hechos entre el 20 de agosto de 2023, en el Estadio de Nueva Gales del Sur (Australia) donde las jugadores se hicieron con el trofeo mundial, y la semana de después en la que viajaron a Ibiza para celebrar el triungo.

"En ocasión de la entrega de medallas a las jugadoras de la Selección española femenina de fútbol tras su victoria en la final del Mundial, y en el momento en que la jugadora recibía el saludo protocolario y la felicitación del acusado Luis Rubiales , presidente de la RFEF, este sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, y de manera sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación de la jugadora, le propinó un beso en los labios", detalla la fiscal.

A partir de entonces y "ante las consecuencias presonales y profesionales" que podían apuntar a Rubiales, este en connivencia con los demás acusados ejercieron medidas de presión sobre Hermoso y su familia para que "justificara y aprobara el beso que contra su voluntad le dio" de forma pública.

Ella sufrió, según relata la Fiscalía, una "situación de hostigamiento que le impidió desarrollar su vida en paz, tranquilidad y libremente". Vilda, Rivera y Luque, quienes eran "personas de confianza de Rubiales", lo ayudaron en este periplo tratando de presionar a la jugadora tanto en los vestuarios del país extranjero, como en el avión de vuelta, así como en el viaje que ellas tuvieron la semana siguiente.

"Por parte del comité de integridad de la RFEF se había abierto un expediente respecto a los hechos acontecidos en Sidney, en el que se pretendía, por orden de Rubiales, su exculpación de cualquier responsabilidad en dicho ámbito, obligando a cambiar declaraciones de intervinientes y aportando periciales parciales en su favor", afirma el Ministerio Público.