El PSC está cerca de superar su techo histórico. Muy cerca. Todas las encuestas sitúan a su candidato, Salvador Illa, en cabeza, y pisando un umbral psicológico que será clave en la noche electoral del 12 de mayo: los 40 escaños. Los socialistas catalanes esperan superar esa barrera, marcar una distancia clara y evidente respecto al segundo —Junts, con el expresident Carles Puigdemont como cabeza de cartel—, de tal manera que haga muy difícil evitar la investidura de su primer secretario. Y lo que ocurra el próximo domingo influirá, evidentemente, en Ferraz. En la sede federal del PSOE están convencidos de que un buen resultado de Illa, que pueda incluso superar los 40 diputados, sirva para "impulsar" al partido en la siguiente competición, la de las europeas del 9 de junio, con la que se cerrará esta superprimavera electoral.

El PSC llegó a su cumbre en las urnas en 2003: Pasqual Maragall cosechó un 31,16% de los votos y sentó a 42 de los suyos en el Parlament. Cuatro años antes, en los comicios de 1999, Maragall se presentó con Ciutadans pel Canvi —36 escaños, un 30,33%— y con esa plataforma y los ecosocialistas de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV, hoy integrados en Comuns-Sumar) en las provincias de Lleida, Tarragona y Girona —otros 16 diputados, un 7,52%)—. En total, 52 asientos. Pero la mejor cifra en solitario del PSC es la de 2003, aunque en aquel año fue segunda fuerza, por detrás de CiU (46). En otras tres convocatorias, los socialistas igualaron o superaron la cifra mágica de los 40 parlamentarios, aunque con menos porcentaje de voto: en 1984 (41), 1988 (42) y 1992 (40), en los años dorados de Jordi Pujol, cuando no existía tanta fragmentación parlamentaria. Los convergentes eran indiscutiblemente primeros.

La campaña ha afianzado las expectativas de Illa: los sondeos le sitúan en el entorno de los 41 diputados, por los 33 de las autonómicas de 2021

Este lunes, el último día en que era posible publicar sondeos, Illa lidera todos ellos y se coloca de media en el entorno de los 41 escaños: entre 39 y 43 (con un 28,4% de los votos), estima 40dB para El País; entre 41 y 43 (y un 29,8%), según Sigma Dos para El Mundo; entre 41 y 44 (30,1%), para GAD3, la encuestadora de Abc, o entre 40 y 42 (28,6%), según GESOP para El Periódico de Catalunya. El CIS asignó entre un 29,8% y un 33,2%, sin atribución de asientos en el Parlament. En las autonómicas de febrero de 2021, el PSC obtuvo el 23,03% de las papeletas —ya fue primera fuerza— y 33 diputados, los mismos que ERC y uno por encima de Junts.

En el PSOE y en el PSC confían en que esta recta final del 12-M sirva para acentuar las corrientes que han puesto de manifiesto los últimos estudios. Es decir, el afianzamiento de Illa en primera posición y la consolidación de Junts como segundo. "La campaña ha acabado polarizándose entre Illa y Puigdemont, y ha acabado descolgando a ERC. Algo que estaba dentro de los cálculos. Se ha consolidado el escenario de superar los 40, algo que se veía difícil hace dos semanas. Lo probable es que se acentúen las tendencias previas", señala un mando del PSC.

En el PSC prevén que se "acentúen" las tendencias previas: de crecimiento y polarización de PSC y Junts, con ERC descolgada

Solo con un incontestable dato de Illa se podría alejar el escenario de la repetición electoral, creen en el equipo del primer secretario, ya que los republicanos no tendrían incentivos para acudir a las urnas, por el peligro de un mayor hundimiento. Queda mucha tela por cortar en estos días, porque el CIS indicaba incluso que hay un 39,7% de catalanes que no tiene claro qué papeleta coger el domingo. Una enorme bolsa de indecisos. Un 22,8% aseguraba que decide su voto en la última semana de campaña, un 6,9% en la jornada de reflexión y hasta un 9% en la misma jornada electoral.

"Se fija en piedra"

Los socialistas quieren ser cautelosos con las expectativas, y de hecho Illa, en sus declaraciones públicas, se deja llevar siempre por la prudencia. Pero sí admiten que traspasar el cerco de los 40 diputados, superar incluso el techo histórico de 2003, siendo además primera fuerza, sería un éxito sin paliativos con repercusión en Madrid. "Si Illa tiene 40 o más, el impulso para el PSOE es tremendo. Eso se fija en piedra de cara a las europeas", señalan fuentes de Ferraz. Es la previsión que siempre manejó la cúpula de Pedro Sánchez: un buen resultado en las catalanas, que se suma al buen dato de las vascas del 21 de abril —12 escaños, por encima de las expectativas—, generaría un efecto arrastre de cara al 9-J. También porque un apoyo contundente a Illa será leído como una aprobación de los catalanes a la política de distensión del Gobierno y, en concreto, a su apuesta por la ley de amnistía.

El PSC asume que un triunfo rotundo de Illa, que le permitiera gobernar, sería un "balón de oxígeno" para Sánchez y su Gobierno y el PSOE

El último sondeo para el 9-J es el que publicó el domingo El Mundo, que asignaba 19 escaños al PSOE (dos menos que ahora), por los 23 del PP. Una diferencia muy pequeña, de cuatro asientos —aunque siete puntos— que en Ferraz ven con buenos ojos, cuando no ha arrancado ni la campaña.

En la cúpula del PSC también son conscientes de que una victoria, con amplio margen sobre el segundo, sería un "balón de oxígeno" para el presidente y para el PSOE. Y un elemento estabilizador de su Gobierno. Porque lo que tienen claro en Ferraz y en la dirección del partido hermano es que si Illa es president no tiene por qué peligrar el Ejecutivo de coalición progresista en Madrid, ya que ERC es un "socio fiable" y no se entendería que tumbase a Sánchez. El propio Pere Aragonès desvinculó este lunes el 12-M del apoyo parlamentario de su formación al PSOE: "Cumplimos los acuerdos y exigimos a la otra arte que también los cumpla". Los posconvergentes no están ahora tampoco en la Generalitat y, sin embargo, sostienen al líder socialista, de ahí que en la Moncloa estén convencidos de que el hecho de que Illa pueda gobernar no redundará en un riesgo para el Ejecutivo de Sánchez, el bien más preciado ahora mismo en poder del PSOE, una vez perdido prácticamente todo su poder territorial en las autonómicas y municipales de mayo del año pasado.

Sánchez, el pasado sábado, pedía una "victoria amplia" para su candidato, un triunfo incuestionable que le abra las puertas de la Generalitat, consciente de que las sumas poselectorales serán muy complicadas. La opción preferida para PSOE y PSC es la de un Illa president con los apoyos de ERC y comunes. Pero para eso necesita un resultado rotundo. De ahí que el llamamiento de esta semana, el mensaje central en estos últimos días hasta el 12-M, sea uno, el que sintetizó el primer secretario ya este domingo en Girona: pidió concentrar el voto en torno al PSC para que lograr la presidencia no sea una "carambola". "Todo lo que no sea un voto directo al PSC significa votar bloqueo, lío, más de lo mismo". Es decir, "o Illa o bloqueo", "o Illa o caos", repiten en su entorno. "Para superar esta década perdida gestionada por ERC y Junts hace falta un Gobierno que dé estabilidad y ponga al día los servicios públicos. Hay dos caminos: o Gobierno liderado por el PSC o bloqueo, más de lo mismo", argumentan fuentes oficiales.

En Ferraz y en Barcelona creen que el parón de cinco días del presidente no ha sentado mal al PSC, aunque no ha propulsado mucho más a Illa

Mientras, el presidente seguirá lanzando otro mensaje "complementario" hasta el final de la campaña: el de movilización del voto de aquellos que le apoyaron a él en las últimas generales, porque hay votantes progresistas que sí se implican en las contiendas nacionales pero no en las autonómicas, porque entienden que no son sus elecciones. "Pido a los catalanes que el próximo 12-M hagáis lo que hicisteis el pasado 23-J —apeló Sánchez en Montmeló (Barcelona) el pasado sábado—. Al señor [José María] Aznar, que dijo aquello de 'quien pueda hacer, que haga', le vamos a responder: quien pueda votar, que vote, que vote al PSC y Salvador Illa como presidente de la Generalitat". En Ferraz estiman que puede haber una bolsa de 200.000-300.000 electores que pueden hacer que en Barcelona, la provincia que más diputados reparte (85), se muevan "dos o tres escaños" fundamentales para el cómputo final.

Discursos "complementarios" de Illa y Sánchez

Sánchez se sumó a la campaña el pasado 2 de mayo en Sant Boi —la víspera había irrumpido por sorpresa en la Feria de Abril de Barcelona— y estuvo el pasado sábado en Montmeló, y echará el telón con Illa el próximo viernes, 10 de mayo, en la capital catalana. No se descarta que comparta mitin con el candidato el próximo jueves. Tanto en Ferraz como en el PSC consideran que su parón de cinco días, su descarga emocional que le ha llevado a continuar en la Moncloa "con más fuerza si cabe", "no ha venido mal" a los socialistas catalanes, "el feeling es positivo", pero tampoco ha propulsado mucho más de lo previsto a Illa. "Pedro aquí no resta, está muy bien visto, pero la progresión del PSC es mérito de Salva, de su trabajo estos cuatro años. Nunca hemos estado tan fuertes", indica un miembro de su ejecutiva.

Pedro nos sirve para levantar y compactar al voto de izquierdas, porque reivindica las políticas de su Gobierno, bien vistas en Cataluña", afirman en la ejecutiva del PSC

En la dirección del PSC señalan que los dos discursos se ayudan. Illa, explican, "es sinónimo de cambio tranquilo, a mejor, moderado, de centro..., sostiene un mensaje transversal que seduce a mucha gente, que no es de confrontación ni de confrontación". El hilo central de su campaña es de hecho, la llamada a todos aquellos que quieren abrir "una nueva etapa" en Cataluña, para pasar la página del procés de manera definitiva. "En cambio, Pedro nos sirve para levantar y compactar al voto de izquierdas, porque reivindica también las políticas de su Gobierno, que son bien vistas en Cataluña —analiza un integrante de la ejecutiva del PSC—. Aquí siempre ha habido un voto dual, pero lo bueno es que los discursos de Salva y Pedro son compatibles. Igual que tira aquí mucho también el discurso de [José Luis Rodríguez] Zapatero, que sí conecta en las formas con Salva". El expresidente ya estuvo el 26 de abril en Lleida, el 27 en Tarragona y el pasado domingo, 5 de mayo, en Girona.

Los socialistas creen que esta semana será crucial para afianzar las tendencias. Illa, insisten, es un candidato que está pescando voto "de todos los espacios", como se está viendo con el achicamiento de los comunes, que pasarían de ocho diputados a 4-6. En Ferraz aspiran a que los de Puigdemont "ya hayan tocado techo". El objetivo es alcanzar y superar los 40 escaños, que el triunfo de Illa sea rotundo, a distancia del segundo, y que los independentistas no repitan su mayoría absoluta. Es decir, que no alcancen los 68 parlamentarios Junts, ERC y la CUP, porque la formación ultra Aliança Catalana, de Sílvia Orriols, alcaldesa de Girona, no entra en ninguna combinación para los republicanos. Cataluña entra en el apagón demoscópico y lo que ocurra en los próximos días puede decidir los comicios del 12-M y la gobernabilidad de la legislatura.