A cuatro días de la cita con las urnas el PSC intensifica los golpes de efecto para conseguir la movilización final de sus bases que el otorgue una ventaja suficiente sobre el segundo, que con toda probabilidad será Junts. Salvador Illa marcó el debate de este miércoles con el anuncio de su elección para la Consejería de Interior, el tándem formado por la alcaldesa Núria Parlon y el major de los Mossos Josep Lluís Trapero. Una respuesta al discurso de la inseguridad esgrimido por la extrema derecha de Vox y Aliança Catalana.

Illa insiste además en buscar apoyos entre el electorado independentista con la exhibición de apoyos de destacados ex convergentes. El martes, con una reunión y sesión de fotos con Miquel Roca, padre de la Constitución y emblema de los mejores tiempos de Convergencia. Este miércoles, con la incorporación a su plataforma de apoyos de los ex consejeros de Junts Miquel Sàmper y Santi Vila.

Los socialistas son conscientes, sin embargo, de que la victoria en las urnas el próximo domingo no será suficiente para hacerse con la Generalitat. Una amenaza se cierne cada vez con más peso sobre sus expectativas: el bloqueo que obligue a unas nuevas elecciones. Illa no ha dejado de apelar a los pactos tanto con Junts como con ERC. Este miércoles, el candidato socialista lo hacía reivindicando el legado de Josep Tarradellas.

Portazo de Puigdemont

En un acto en Cervelló, Illa recordó que se inició en política de la mano de Romà Planas, discípulo del ex president que personificó el exilio republicano al que siempre ha señalado como su gran referente político. "Tarradellas es pacto, es poner los servicios públicos en el centro de la política, la acción política dirigida a los ciudadanos, pensando en las personas, es perseverancia" desgranó. "Lo que requiere Cataluña hoy es esto, perseverancia, constancia, poner a los ciudadanos en el centro y buscar el acuerdo, entre nosotros y con el resto de España".

Una apelación al pacto que llegaba tras el portazo de Carles Puigdemont a sus apelaciones al diálogo. El candidato de Junts ha asegurado que no apoyará una investidura de Illa, mientras Pere Aragonès guarda silencio. Sobre el papel, los republicanos son el socio más previsible del PSC, pero sectores de ERC abogan por forzar una repetición electoral si las urnas confirman los malos resultados que auguran las encuestas.

Para Esquerra será muy difícil sostener dos gobiernos socialistas, el de Pedro Sánchez y el de Illa, mientras Junts se mantiene en la oposición y sigue exprimiendo sus pactos con el PSOE en el Congreso. Tampoco tienen alicientes para apoyar una investidura de Puigdemont, su gran rival electoral, que conseguiría la mejor plataforma para recuperar el espacio político de la antigua Convergencia.

Bloqueo de ERC

Por contra, una repetición electoral el próximo otoño ofrece para los republicanos dos ventajas. Por un lado, Oriol Junqueras podría volver a concurrir como candidato, una vez aplicada la amnistía y anulada la condena a inhabilitación que todavía pesa sobre el presidente de Esquerra, el favorito del electorado republicano según las encuestas.

Por otro, un Puigdemont ya instalado en Cataluña perdería la épica imprimida a su campaña electoral, con la promesa del retorno a España como "restitución" de la presidencia derogada por la aplicación del artículo 155 tras la proclamación de la independencia. A ojos de algunos republicanos, Puigdemont sería dentro de medio año un candidato más, lo que lo convertiría en un rival menos temible.