"Nos toca". Así resumen en el Partido Popular el nuevo juego de equilibrios en el Parlamento catalán tras las elecciones que les elevaron a cuarta fuerza política en este territorio y a sumar 15 diputados. Y ese "nos toca" alude tanto a un puesto en la mesa de la Cámara regional como a un detalle no menor, esto es, tener un senador por designación autonómica.

Y es que a pesar de la holgada mayoría absoluta que los populares disfrutan en la Cámara Alta "no tenemos ni un solo senador catalán". No lo consiguieron en las generales del 23-J a pesar de ser los ganadores de la contienda electoral y tampoco lo tenían en la cuota que le correspondía al Parlament habida cuenta de su exigua representación en esta Comunidad, esto es, sólo tres escaños y octava fuerza política.

Es el Parlamento catalán el órgano que debe designar a los ocho senadores. Durante la pasada legislatura el reparto fueron tres para el PSC, tres para ERC y dos para Junts tras un "cordón sanitario" en torno a Vox, entonces cuarta fuerza política, que se quedó sin representante. La ley no es muy explicita en ese sentido, más allá de poner el acento en la proporcionalidad de los resultados electorales, pero independentistas y Comunes utilizaron hace tres años y medio, de forma inédita, una variante de nombre muy cinematográfico, Imperiali, por la que modificaron el cálculo matemático para asignar los senadores autonómicos y vetar a Vox.

En 2021 independentistas y Comunes vetaron que Vox tuviera senador autonómico a pesar de ser cuarta fuerza política

La dirección del PP, tanto en Cataluña como en Madrid, así como el Grupo Popular en la Cámara Baja, advierten que el nuevo reparto de fuerzas salido del 12-M no puede excluirles. A fin de cuentas, tan solo les separan cinco escaños de ERC (20 frente a 15) y les han superado en voto popular en no pocas grandes ciudades de Cataluña. El Grupo Parlamentario capitaneado por la abulense Alicia García pasaría de tener 144 escaños a 145 lo que implica que, en una Cámara formada por 266 señorías, superarían por 11 la mayoría absoluta. No supondría sin embargo un gran cambio numérico, pero no deja de ser una anomalía que un partido con vocación de gobierno y mayoritario en el Parlamento no tenga representante por uno de los territorios.

Los senadores por designación autonómica suelen elegirse tras la constitución del gobierno respectivo. En el caso de Cataluña el plazo máximo para el primer debate de investidura está estipulado -no es así en todos los parlamentos regionales- y el 25 de junio tiene que celebrarse el mismo. A partir de ese momento, convocarían un pleno para designar a sus ocho representantes en la Cámara Alta.

En todo caso, acorde con los antecedentes, no es una cuestión automática si en el complejo juego de pactos y acuerdos entre el PSC, ERC, Junts y los Comunes se decide boicotear a una formación política o las exigencias de unos y de otros dejan a alguien fuera. Esto es especialmente significativo en la composición de la Mesa del Parlament. Dominada en los últimos años por el independentismo y cuyos miembros, presidentas y presidentes incluidos, han pasado por distintas vicisitudes asociadas al procés independista o apartados por su vinculación a actuaciones corruptas, como Laura Borrás de Junts, el PP quiere sentarse a la misma.

Una mesa con apabullante control independentista

La Mesa que ha operado en la última legislatura y que será sustituida el 10 de junio, fecha en que debe estar constituido el Parlament, estaba formada por siete miembros en total con un apabullante control soberanista. Dos de Junts, dos de ERC, dos del PSC y uno de la CUP, que era quinta fuerza política y sólo tenía nueve escaños, dejándose por el camino nada menos que cinco el pasado 12-M. Los pactos para el órgano de control de la cámara autonómica ofrecerán la primera pista de por dónde puede ir el futuro ejecutivo catalán, bien presidido por Salvador Illa, como ganador de las elecciones, o por Carles Puigdemont, quien a pesar de ser segundo y no sumar en ninguna aritmética postelectoral ha expresado su intención de ir a la investidura.

En todo caso parece que los populares tienen opciones de entrar en la Mesa del Parlament. Así lo dejó entrever el pasado lunes la portavoz del PSC, Núria Parlon, que si bien dijo no ver ninguna posibilidad de pacto de gobierno con el PP, contempló la posibilidad de acuerdos parlamentarios con el partido de Alejandro Fernández, entre ellos, para la Mesa. Los únicos "cordones sanitarios" son en torno a Vox y Aliança Catalana. En todo caso el fantasma de la repetición electoral no deja de sobrevolar sobre el escenario político catalán, por lo que tanto la composición de la Mesa como la elección de los senadores por designación podría acabar en papel mojado si se convoca de nuevo a los catalanes ante las urnas.