La reducción de jornada laboral impulsada por el Ministerio de Trabajo que lidera la vicepresidenta segunda del Gobierno, apunta a atragantársele a Yolanda Díaz a la primera de cambio. Junts ya anunció el lunes una enmienda a la totalidad al proyecto. El martes el partido independentista insistió en la negativa a pactar nada con la vicepresidenta, aunque sí en la voluntad a reunirse en favor del diálogo. Eso harán tanto los posconvergentes como el equipo de Trabajo que lleva junto a Díaz la negociación. Desde el martes fuentes de Sumar apuntaban ya a un encuentro con Junts para intentar desbloquear la situación. Hay previsión de que se produzcan la semana que viene a falta de confirmación.
Mientras tanto, Junts insiste en su posición a la vez que manifiesta las tensiones que subyacen entre el partido y el equipo de la de Sumar a diferencia de otros ministros de signo socialista. De hecho, fuentes del partido catalán alababan la disposición, las formas y "el tono" de Carlos Cuerpo y su equipo en Economía tras llegar a buen término la negociación del real decreto de medidas para hacer frente a la amenaza arancelaria tras los anuncios del Gobierno de Estados Unidos. Algo para lo que la abstención de Podemos también ha sido clave. Ha cumplido "con claridad" lo pactado. Es algo "diferente a lo que se observa con otros ministerios", expresaron desde Junts, con una alusión clara a Trabajo y a Díaz.
Desde Moncloa, de hecho, ha habido alerta a la formación de Díaz. Ven que Junts, parafraseando a Miriam Nogueras, no va de "farol". "Su rechazo no es un paripé", aseguran desde el ala socialista.
La posición de Junts es clara: no quieren negociar nada sobre el proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros el martes y ya enviado al Congreso. Creen que Díaz se ha anticipado llegando a este trámite a sabiendas del "descontento que genera en Cataluña" en todos los sectores, tanto entre empresarios como entre la patronal. El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha presionado a Junts para la presentación de esa enmienda a la totalidad sin texto alternativo, lo que complica más la situación a Díaz porque permite a partidos como el PP —si no presentan una propia— apoyar a Junts. También lo intentó sin éxito con el PNV.
Pese a todo, públicamente los posconvergentes no se cierran del todo, rebajan la posición dejando un pequeño resquicio. Este jueves, el secretario general de Junts, Jordi Turull, declaró que ve "complicado" que el partido rectifique su posición. Están a la espera de esa reunión. Hay descontento, con todo, por las formas de Díaz. Fuentes de la formación independentista se quejan de que a diferencia de los socialistas, Díaz ha buscado sacar el texto adelante "solo para tener un buen titular". "Ya lo tiene. Ahora si votamos en contra, nos culparán. Pero nos da igual", dicen los conservadores, que priorizan el interés de su electorado, el de las pequeñas y medianas empresas así como los autónomos.
También hay disgusto por que el Gobierno quiera intervenir en una cuestión que atañe a los empresarios y los trabajadores, que debe, dicen, ser negociado a través de convenios. Se toca la fibra más ideológica del partido, independentista, pero con claro componente de derecha.
El número dos de Junts asegura que es complicado negociar un acuerdo con Trabajo, mientras que fuentes del partido lo dan por imposible
"Vamos a negociar siempre. Pero el problema es de base", no de cambiar un aspecto u otro, aseguran desde Junts. Creen más prioritario abordar cuestiones como la del absentismo laboral. A la espera de que se determine la fecha de ese encuentro con los magentas, desde Junts lamentan que pese a que ha habido contacto estos meses atrás —algo de lo que daban constancia en Sumar—, no haya servido para concretar nada más allá de disposiciones a sentarse sin contenido. Junts no tiene previsto llevar ninguna contrapropuesta a Díaz para abrirse a negociar. Al menos es lo que defienden por el momento.
Díaz insiste en su capacidad de atraer a Junts
Al contrario, la vicepresidenta cree que puede atraer a los posconvergentes recuperando las medidas de acompañamiento a pymes y autónomos. Se retiraron de la mesa al salir la patronal de las conversaciones. En el grupo parlamentario se mueven entre la advertencia del PSOE y la estimación de posibilidad de acuerdo. Aunque, señalan, "con Junts nunca se sabe". Frente a esa tensión y posición inicial de Junts, que podría hacer caer en las próximas semanas el proyecto de ley cuando se fije fecha para la votación de las enmiendas a la totalidad y, por tanto, la 'ley estrella' de Díaz, la vicepresidenta intenta calmar las aguas por la otra parte.
La vicepresidenta llama al sosiego a los sindicatos para no interferir más en el incremento de la tensión. CC.OO. critica la 'inutilidad' de Junts
Tanto UGT como CC.OO. vienen presionando para que Junts no tumbe el proyecto desde hace semanas. En la manifestación del 1 de mayo lo reivindicaron. Y tras el anuncio de los posconvergentes, Unai Sordo, secretario general de CC.OO. estalló este jueves tachando de "más inútil que la última tostada del pan Bimbo" el papel de Junts y de "pataleta" su postura. Ante ello, Díaz salió en el Congreso, durante la sesión plenaria, a pedir "hablar poco y trabajar mucho" sobre el proyecto. Piden que los agentes sociales hagan lo mismo, porque "hay margen para negociar".
Además de ese guiño con las pymes, Díaz quiere acercarse a Pimec para que influya en el partido de Carles Puigdemont para que, con reformas en un texto que sabe que no quedará intacto, se pueda desbloquear el debate parlamentario. También desde el Ministerio de Economía, con quien se ha negociado el proyecto de ley hasta su llegada al Congreso, avalan que la iniciativa está abierta a modificaciones.
Díaz, en una entrevista en 'Radiocable', apuntó, como hizo el martes, en que la enmienda es una "herramienta" para abrir la negociación. "Hay margen absoluto" con todos los grupos, afirmó. El objetivo de la ley es la de fijar la jornada de 37,5 horas semanales respecto a las 40 actuales. Aunque va destinada a las pequeñas empresas, dado que la mayoría de las grandes ya vienen negociando convenios propios en los últimos años. "Vamos a acompañarlas [a las empresas] para que puedan acometer ese tránsito", dijo Díaz.
Al contrario, desde Junts se verbaliza que el impacto no será pequeño. Creen que o bien muchos empresarios o autónomos deberán asumir las horas que no hagan sus trabajadores, lo que genera una contradicción, porque sobrepasarán esos márgenes contemplados por Trabajo. Podemos, además, advierte a Díaz que cualquier modificación profunda de la propuesta puede hacerles desvincularse del compromiso de apoyar la medida pese a ser muy "modesta". De atarse los votos de Junts y no abstenerse como mínimo Podemos, la propuesta sería tumbada.
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