Tanto en política como en las investigaciones judiciales hay detalles que pueden marcar la diferencia. La filtración de los wasaps del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el otrora secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes José Luis Ábalos deja algunos recovecos que, más allá de la trascendencia de conocer mejor cómo se desenvolvía el líder del partido socialista con su mano derecha, pueden iluminar el camino del "de dónde viene la filtración", la otra incógnita que se ha abierto tras la publicación de esta exclusiva en 'El Mundo'.

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Desde el inicio del 'caso Koldo', el exministro ha cargado en distintas ocasiones contra la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que son los investigadores de la causa que lo mantiene imputado en el Tribunal Supremo. Ábalos llegó incluso a presentar una denuncia en la Fiscalía General del Estado contra los agentes por haber intervenido en el maletero del coche del hermano de Koldo García --el que fuera su asesor ministerial-- un sobre que, supuestamente, llevaba su nombre en el frontal. Como él, en el momento en el que se incautó el sobre, no estaba siendo investigado alegaba que esa acción había sido ilegal.

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, derivó esta denuncia a la Fiscalía Anticorrupción y, según ha podido confirmar El Independiente, el jefe Alejandro Luzón procedió a su archivo el pasado 11 de marzo. El argumento fue que la Sala Segunda del Tribunal Supremo ya se había pronunciado esclareciendo que "en modo alguno el sobre, cuyo contenido fue fotografiado, se encontrara cerrado y tampoco dirigido nominativamente a José Luis Ábalos".

Sin la vía penal abierta, el exministro no ha dejado de utilizar sus redes sociales para señalar los errores de la Guardia Civil, publicitar cada paso que iba dando en la causa o desmentir las noticias que asegura que no son veraces. Así, el 20 de marzo, cuando la UCO tuvo que rectificar un informe en el que confundían pesos colombianos con dólares americanos, decía "¡El daño ya está hecho!"; o el 14 de abril publicaba una imagen de la ventanilla del Tribunal Supremo explicando que había presentado un contra-informe sobre todo lo que se había analizado de su patrimonio.

La cadena de mensajes del móvil de José Luis Ábalos estaba, supuestamente, en dos memorias externas que custodiaba Koldo García y que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil incautó cuando en febrero de 2024 realizó una entrada y registro en la vivienda del exasesor ministerial. El entorno del que fuera todopoderoso hombre del PSOE está deslizando la idea de que dicha filtración proviene de la UCO, sin embargo, algunas voces consultadas se fijan en otros detalles.

Por ejemplo, en el hecho de que Ábalos no haya publicado nada en sus redes sociales desde el pasado sábado 10 de mayo --a excepción de unas condolencias anoche--, antes de que se hiciera la primera publicación de 'El Mundo' de los mensajes en los que el presidente del Gobierno califica de "hipócritas", "petardos" o "minoría" a algunos de los varones más críticos con el partido socialista.

Ni comentarios, ni anuncios de acciones legales como ha hecho en otras ocasiones y, es más, fuentes de su defensa consultadas este lunes aseguran que "por el momento" no se va a tomar ninguna decisión contra esta filtración. Tanto Koldo García como el propio Ábalos dieron ayer varias versiones a los distintos medios de comunicación insistiendo en que ese material lo incautó la UCO en casa del exasesor. Que había sido entregado por una mudanza del político y que guardaba las conversaciones porque pretendía escribir unas memorias en el futuro.

Pero fuentes de la investigación consultadas por este medio recuerdan que el teléfono del exministro nunca ha sido intervenido, ni siquiera el juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente le ha pedido que lo aporte de forma voluntaria por lo que tienen dudas de que ese nivel de detalles de sus conversaciones pueda tenerlo el Instituto Aarmado.

En cualquier caso, explican que la UCO tiene todavía más de 100 memorias externas que analizar en el 'caso Koldo' y las conversaciones que hasta ahora han sido publicadas jamás se incorporarían al procedimiento en el alto tribunal. Carecen de relevancia penal y, por lo tanto, si hubieran sido analizadas quedaría descartadas de plano por los investigadores.

El fantasma de la manta

Desde el primer día en el que Ábalos fue imputado en esta investigación ha sobrevolado en los mentideros judiciales la idea de que el exministro pudiera tirar de la manta y que la corrupción alcanzara a alguien más del que fuera su partido político. De hecho, la garganta más profunda en esta causa, el empresario Víctor de Aldama, ha implicado en presuntas actividades delictivas tanto al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, como al jefe de gabinete de la ministra de Hacienda y al actual secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.

Tanto el juez como el fiscal Anticorrupción han dado credibilidad a sus palabras y han pedido a la UCO que avance en un informe con toda la información que haya en el teléfono de Aldama relacionada con estos nombres, y hace semanas que viene rumoreándose que dicho documento está en su fase final para presentarse en el Supremo.

Por eso, algunas fuentes jurídicas habían apuntado a la posibilidad de que Ábalos rompiera del todo con el partido y empezara a contar lo que sabe, por ejemplo, sobre cómo se gestionó la llegada de la vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez a España en 2020, entre otros asuntos que han levantado polvo en el Ejecutivo.

No lo hizo en el Supremo, ni en su primera ni en su segunda declaración, a pesar de que antes de esta última dio una entrevista, por cierto también en 'El Mundo', que se titulaba "soy el cortafuegos del PSOE para que no afecte a nadie más, pero el caso va a escalar". De momento, la medida de esa escala sigue estando en su cabeza, pero algunos interpretan que las conversaciones conocidas en los últimos días son un aviso para navegantes. Un "tengo esto y puede haber mucho más".

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