Una vez decidido que el PP de Madrid, con su presidenta al frente, Isabel Díaz Ayuso, desiste presentar enmiendas a la propuesta de primarias indirectas que el texto estatutario lleva al 21 congreso nacional, se le despeja, y mucho, el camino a Alberto Núñez Feijóo. Se cumple el guion de un acuerdo tácito por el cual ningún dirigente ni cargo popular parece dispuesto a "hacer ruido" en la cita congresual "con la que está cayendo" en el PSOE, tal y como adelantó El Independiente.
Pero lo cierto es que la propuesta de elección de los líderes tiene truco, pues a los congresos del PP acuden tanto compromisarios electos como natos, y éstos últimos no tienen ningún tipo de mandato para votar a uno u otro candidato en caso de más de una lista, por lo que podrían inclinar la balanza no hacia el más respaldado por las bases.
La propuesta de elección de los líderes, tanto a nivel nacional como autonómico o local elimina el sistema a doble vuelta instaurado en 2018 y, en principio, lo simplifica permitiendo una suerte de primarias indirectas en una sola votación. Sobre el papel el modelo no tiene objeción pues imita, a la postre, el representativo de las elecciones en nuestro país. En caso de más de un candidato, los militantes elegirán a sus compromisarios quienes previamente deberán adscribirse a una lista u otra, significa que acudirán al congreso con un mandato.
Casi un 20 por ciento de los compromisarios son natos y no tienen ningún mandato de las bases
Pero la gran diferencia es que entre los más de 3.000 compromisarios con derecho a voto no todos son electos, sino que hay más de 500 natos, esto es, no se someten a ningún proceso de elección, no tienen que revelar a quién respaldan y, lo más importante, carecen de ese mandato específico de las bases, por lo que podrían acabar ignorando sus preferencias. Además, son más susceptibles de controlar por parte de los aparatos de los partidos. Por ejemplo, en el congreso nacional de los días 4, 5 y 6 de julio habrá 3.264 compromisarios, de los cuales, 584 son natos y 2.630 electos. Significa que los natos representan poco más del 18 por ciento del censo, lo suficiente para poder cambiar el rumbo de una votación, aunque estas cifras puedan variar sensiblemente en posteriores citas congresuales.
¿Y quiénes son esos miembros natos? Pues todos los miembros de la Junta Directiva Nacional y los de la comisión organizadora; en este último caso en número no superior a 10. Ahí entran, entre otros, los miembros del comité ejecutivo nacional; los diputados, senadores y parlamentarios europeos; los presidente autonómicos, provinciales e insulares, además de los presidentes y portavoces de las asambleas legislativas de las comunidades y ciudades autónomas y los presidentes de la diputaciones, consejos y cabildos insulares y los alcaldes de las capitales de provincia, de capitales autonómicas y de municipios de más de 50.000 habitantes censados, en todos los casos con carne de militantes el partido.
Marcha atrás de Madrid
Lo cierto es que no hay mandato imperativo para ninguno de los compromisarios, ni de una naturaleza ni de otra, pero unos deben responder ante los militantes que los han elegido y los otros pueden ser mucho más influenciables. A fin de cuentas, aquellos con cargos públicos o electos dependen de la decisión de sus respectivos aparatos para continuar en el puesto o repetir en las listas electorales. Por ello es más sorprendente que Madrid haya desistido de presentar enmiendas para posibilitar el principio de "un militante, un voto", sin distorsiones, a pesar de que anunciaron que estudiarían la propuesta para ver si cumplía este propósito.
En todo caso, no parece tratarse de un punto y final. La organización madrileña señaló ayer que "hay matices que deben ser concretados en el reglamento marco de congresos, que se abordarán posteriormente y para los que el PP de Madrid trabajará junto a la nueva dirección del partido". Lo cierto es que esta ha sido una posición consensuada entre Génova y la Puerta del Sol, bajo la voluntad de celebrar un congreso de unidad sin grandes debates internos, ni en lo político, ni en lo organizativo. Ayer mismo, por la mañana, acudió al Congreso de los Diputados el presidente del comité organizador y mano derecha de Ayuso, Alfonso Serrano, para terminar de cerrar estos flecos justo el día en que acababa el plazo de presentación de enmiendas. Todo el foco estaba puesto en si Ayuso hacía algún movimiento.
Feijoo se garantiza un congreso sin sobresaltos con la única incógnita de la configuración de su nuevo equipo
No quiere decir que entre las miles de enmiendas que se presenten no haya muchas sobre las primarias, pero serán a título personal de algún compromisario sin el respaldo y la potencia de una organización territorial, siempre con más poder para intentar colar sus propuestas o presentar batalla ya durante el congreso. Desde Génova expresaban ayer su satisfacción por la participación de los delegados "y la gran aceptación que están teniendo los textos de los ponentes. Es un reconocimiento hacia unas propuestas que tienen un amplio consenso en la militancia del PP".
"Tenemos un partido en el que no incomodan los debates sino que se propician. Y en el que entre todos sabremos definir los mejores estatutos y el mejor proyecto político para un PP que aspira a liderar el mejor Gobierno que haya tenido nunca nuestro país", agregaron. Lo cierto es que, llegados este punto, pocas cuestiones quedan pendientes en el congreso del PP más allá de la configuración del nuevo equipo de Núñez Feijóo y pocos creen que vaya a haber una revolución.
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