Marcial Dorado Baúlde, el empresario gallego cuya figura se catapultó al foco mediático nacional en 2013 por sus polémicas fotografías con Alberto Núñez Feijóo, ha concedido una entrevista a El Confidencial tras cumplir su condena. Dorado, sentenciado por narcotráfico, blanqueo de capitales y cohecho, no sólo ha anunciado su intención de reabrir su caso de narcotráfico, sino que ha contado que en algún momento se vio en una trama de presiones políticas que, según él, culminaron en una "oferta de una bomba" por parte del Partido Socialista para dañar la imagen del actual líder del PP.

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Poco antes de las elecciones generales de julio, Marcial Dorado afirma haber recibido una "oferta de una bomba" con dinero del PSOE para hablar en contra de Alberto Núñez Feijóo. "Pensaban que iba ya a… Con dinero, eh", subraya Dorado, quien asegura que se negó rotundamente. Esta oferta no fue un hecho aislado, sino la última de una serie de supuestas presiones que, según Dorado, ha recibido a lo largo de los años para incriminar a políticos.

El empresario relata que, ya en 2005 o 2006, tras enviar un recado a José Blanco (entonces del PSOE) pidiéndole una investigación sobre su caso, dos individuos que luego supo eran policías le visitaron. Estos, según Dorado, le dijeron que sabían que no tenía "nada que ver en el narcotráfico", pero que de todas formas sería condenado. Acto seguido, le ofrecieron un "arreglo en una patada" si una persona de Madrid venía a verle, lo cual él rechazó. Incluso desde la cárcel, en 2014, asegura haber recibido visitas de guardias civiles y un abogado que le ofrecieron la absolución si "echaba basura" contra Feijóo y Rajoy.

Dorado sostiene que su encarcelamiento y la publicación de las fotos con Feijóo fueron parte de una "mafia grande en Galicia" y una conspiración orquestada por "poderes policiales, Aduanas, el tema político de Feijóo, que no querían que volviera a Galicia, los del PSOE y los propios del PP". A su juicio, las fotografías, tomadas en 1995, fueron "guardadas" y sacadas a la luz en 2013, "justo cuando fueran las elecciones", una vez que él fue condenado por narcotráfico en 2011. Considera que "interesaba desde el PP y desde todos los grupos… que yo fuera narcotraficante". "Se unieron todos ahí", sentencia, refiriéndose a una supuesta connivencia entre socialistas y populares en Galicia.

A pesar de haber cumplido un total de 15 años en prisión, Dorado insiste en que "no soy un narcotraficante" y que su condena fue "injustamente" impuesta. Su principal baza para reabrir el caso de narcotráfico, por la venta de la lancha Nautillus a Roberto Leiro, es una carta reciente de Leiro. Según Dorado, Leiro, quien no declaró en el juicio en 2009 porque se había fugado, niega la implicación de Dorado y sostiene que fue presionado por el entonces juez de Villagarcía, José Antonio Vázquez Taín, y un inspector de Vigilancia Aduanera, Hermelino Alonso, para que no declarara a su favor. Dorado asegura que Leiro "siempre dijo la verdad" y que esta nueva prueba "habría sido determinante" para una sentencia absolutoria, según información de El Confidencial.

El empresario admite haberse dedicado al contrabando de tabaco en una época en la que "no era delito". Una vez tipificado como delito en 1982, pasó a vender tabaco en puertos francos, con sus barcos manteniéndose a más de 100 millas de España. Respecto a los 21,7 millones de euros hallados en Suiza y por los que fue condenado por blanqueo en 2016, Dorado mantiene que provienen "clarísimamente" del negocio del tabaco y de inversiones inmobiliarias, no de la droga.

La amistad con Feijóo: un nexo instrumentalizado

La relación de Marcial Dorado con Alberto Núñez Feijóo se inició en 1993 o 1994, a través de Manuel Cruz. Dorado la describe como una amistad "visible" que incluyó cenas en Santiago, Vigo o la Isla de Arousa, y viajes con sus respectivas parejas a Picos de Europa, Estoril y dos veces a Ibiza en sus barcos. Dorado pagaba la mayoría de los gastos.

Las fotos, tomadas en 1995, se convirtieron en un explosivo político cuando El País las publicó en 2013. Dorado afirma que las imágenes desaparecieron durante el registro de su vivienda en la operación South Sea en 2003, y que nunca le fueron devueltas. En aquel momento, subraya que no tenía ninguna condena. De hecho, menciona una sentencia de la Audiencia Provincial de La Coruña de 1997 que condenó a un periódico por relacionarle con el narcotráfico, afirmando que "no está acreditado ni existe prueba alguna de que el demandante sea contrabandista", según informa el medio.

Dorado expresa su enfado con Feijóo por no haberle defendido o, al menos, haber investigado su situación. Aunque niega haber financiado al PP, sí reconoce haber realizado "donaciones pequeñitas" a empresas del PSOE en la Isla de Arousa para campañas o fiestas.

Tras salir de prisión y con su patrimonio incautado, el empresario asegura que su único objetivo ahora es que se revise su caso y que su familia no cargue con el "yugo de narcotraficante". A pesar de las presiones recibidas, Dorado busca limpiar su nombre con una nueva prueba que, según él, lo absuelve de las acusaciones más graves.

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