Las vacaciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, empiezan este sábado en el Palacio de La Mareta, en Lanzarote. El desplazamiento de la familia del líder del Ejecutivo conlleva la movilización de agentes de seguridad hasta las islas. Muchos de ellos no sabrán hasta el final de la estancia si el Ministerio del Interior pagará sus dietas o si tendrán que adelantarlas de sus bolsillos.

Durante algo más de 23 días, más de 50 hombres de la Guardia Civil, según las fuentes consultadas, velarán por la seguridad de Sánchez, su mujer, Begoña Gómez, y sus dos hijas. Efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de distintos puntos de España harán estas labores.

La Benemérita cuenta con ocho unidades de GRS, una suerte de antidisturbios especializados en el orden público, repartidos por toda España: Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona, Zaragoza, León, Pontevedra y Santa Cruz de Tenerife. Aunque la mayoría irá desde esta última provincia, todos se desplazarán, por lo que tendrán gastos de manutención y de alojamiento.

Meses en problemas

El problema es que el Ministerio del Interior lleva meses con problemas para pagar estos dispendios tanto a Policía Nacional como a Guardia Civil. Los agentes han visto cómo las cajas pagadoras están vacías, por lo que en muchos casos han tenido que poner su dinero para quedarse en hoteles y poder comer, a la espera de que en algún momento Interior les devuelva los gastos. Eso sí, muchas veces perdiendo dinero, ya que las dietas no se actualizan desde hace 20 años.

En el caso de la Policía, es la propia Dirección General la que abona los gastos. En la Guardia Civil, que se hará cargo de la seguridad de Sánchez y del perímetro del Palacio de La Mareta (que se ha aumentado, según La Razón), es cada comandancia la que adelanta los gastos. Es decir, que puede darse la situación que algunos agentes tengan que poner su dinero y otros no.

El problema es que todavía no saben cómo se va a hacer. Fuentes del Cuerpo explican que "los hoteles se pagan al finalizar la comisión, de tal manera que, si en ese periodo han recibido el adelanto, perfecto. Si no lo han recibido, lo ponen ellos". Todo en pleno mes de agosto, en los que los gastos corrientes suelen aumentar. Los vuelos, informan las mismas fuentes, ya están pagados por la Dirección General de la Guardia Civil .

Las dietas no son el único problema para la Guardia Civil. Como denuncian algunas asociaciones, como Jucil, la seguridad en el resto del territorio también se verá mermada. La organización denuncia que hay 17.000 vacantes sin cubrir, por lo que "no pueden enviar pelotones enteros" a Lanzarote, y otras zonas se quedarán mermadas.

Indignación policial

La indignación entre los agentes por el problema de la falta de fondos es máxima. Más cuando en verano se producen muchos operativos especiales que incluyen el desplazamiento de las unidades lejos de su lugar de residencia. Según ha podido saber este periódico, algunos han tenido que adelantar varios miles de euros. La situación no sólo afecta a unidades de orden público. También a otras áreas más sensibles como las de Información, Policía Judicial o, incluso, Asuntos Internos. La coyuntura es más complicada en la Policía Nacional.

Otro problema es la falta de actualización de las dietas, una de las guerras que los sindicatos tienen con la cúpula de la Policía desde hace tiempo. Los representantes afirman que llevan "congeladas" años. "Ante las múltiples negativas y falta de voluntad política para actualizar las dietas al coste actual de alojamiento y manutención", desde Jupol exigen "que ningún policía nacional viaje teniendo que adelantar dinero de su bolsillo".

Según ha podido saber este periódico, las dietas se dividen en tres grupos, dependiendo del escalafón. Los policías de básica tienen 48,92 euros para el alojamiento y 28,21 para comer todo el día. El grupo 2 65,97 y 37,40, y los mandos tienen asignados 102,56 euros para dormir y 53,34 para las comidas.

Una de las dudas que más suscita entre los agentes que ahora tendrán que pagar estos gastos de su bolsillo es que no saben cuándo las cobrarán. Tampoco qué pasa si gastan más de lo estipulado. "Lo más seguro es que no paguen la diferencia, y con esos precios no comes en casi ninguna provincia de España. Vamos a trabajar perdiendo dinero".