La prioridad de los bomberos en los incendios es evitar daños personales y luego que se produzcan daños materiales, además de salvar el máximo de hectáreas. Como hemos visto estos días, lamentablemente, no siempre se puede evitar. En el contexto actual, incendios forestales cada vez más virulentos amenazan a zonas residenciales y rurales, Ferrán Dalmau, ingeniero forestal y director de MediXXI, ha desarrollado un sistema de autodefensa contra el fuego patentado que utiliza recursos ya existentes en las viviendas para protegerlas de los incendios. Su sistema doméstico de autoprotección aprovecha el agua contenida en piscinas y otros depósitos no convencionales como un arma vital para defender los hogares del fuego.

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“Cuando hay un incendio que se acerca a una población o a una urbanización, las redes de agua caen en muchos casos. Caen porque todo el mundo abre los grifos al mismo tiempo, todo el mundo quiere regar el jardín, entonces la red general colapsa”, explica Dalmau. Frente a esta limitación, su sistema aprovecha “una fuente de agua no convencional, ¿Cuál es? Pues una piscina. Una piscina pequeña tiene entre 50 y 60.000 litros de agua. Para que nos hagamos una idea, eso son 20 viajes del camión de bomberos a llenarse”, asevera.

Con este volumen de agua, la piscina se convierte en un recurso estratégico: “Me vale un aljibe, me vale una piscina, incluso una piscina toy pequeña de 5.000 litros, que son dos camiones de bomberos. Esa agua la puedo movilizar con cubos y deslomarme en el intento, o disponer de una herramienta más eficiente en términos de movilización del agua.”

Cómo funciona el sistema doméstico

En la práctica, el sistema consiste en conectar una motobomba a la piscina que “abastece una red de cañones portátiles instalados en la zona de impacto del incendio o un chasis de autoprotección instalado en la fachada de la vivienda para generar una cobertura de agua.” Dalmau asegura que este diseño está inspirado en “los sistemas de autoprotección que llevan los camiones de bomberos, que activan su autoprotección para evitar ignición en casos de atrapamiento.”

El sistema se completa con un plan de autoprotección para la vivienda: “Las personas de la vivienda deben saber cuáles son las zonas seguras, qué hacer, el protocolo de cerrar ventanas, puertas, todo por escrito, un plan básico pero necesario para la familia. Formamos a las personas para que sepan cómo actuar ante un incendio forestal y tengan claro que no deben meterse nunca en el monte. Su dominio es su parcela y jardín. Más allá, pueden sufrir daños graves.”

La seguridad doméstica se entiende como un compromiso integral de prevención y acción que incorpora el manejo de la vegetación del jardín, o pirojardinería: “Gestionamos la vegetación, proponemos qué retirar y sustituimos plantas de alta combustibilidad por plantas de baja combustibilidad. También se hacen recomendaciones estructurales, como poner contraventanas y persianas de aluminio.” 

El sistema puede empezar con “bombas analógicas que requieren arranque manual y supervisión.” Aun así, “pueden meter más de 21.000 litros en una hora, equivalente a muchos camiones de bomberos.” El sistema “garantiza que el agua de tu parcela protegerá tu jardín y casa.” Y si se usa domótica, “se puede activar a distancia.” El coste mínimo ronda los 5.000 euros, “y luego depende de lo que quieras invertir.”

Incluso la domótica puede intervenir en la protección al facilitar “que la bomba contra incendios arranque en remoto y que las persianas se bajen solas con un sensor de temperatura.” Así, el sistema puede adaptarse a diversos presupuestos y necesidades, “como los coches, te puedes comprar uno por mil euros o por un millón”, afirma.

Lo ideal es que te unas a tus vecinos

“Los sistemas domésticos individuales son más caros y menos eficientes que los colectivos. Cuestan más, pero muchas personas prefieren hacerse su propio sistema porque las comunidades no pueden ponerse de acuerdo.” En términos de rentabilidad, afirma: “Si tienes una casa que vale 300 o 400.000 euros y te gastas 5.000 o 6.000 euros en un sistema de autoprotección, vale la pena.”

Incendio de Carcaixent en 2016 en su impacto con una urbanización protegida contra incendios.
Incendio de Carcaixent en 2016 en su impacto con una urbanización protegida contra incendios.

El primer lugar en el que se implementó este sistema colectivo de autodefensa contra el fuego fue en una urbanización de Carcaixent, en Valencia. Allí se desplegaron sistemas de bombeo, depósitos y cañones de agua para que ante la eventual llegada del fuego pudiera frenarlos. “Fue en el año 2005 cuando instalamos el sistema en la colonia Santa Marina en Carcaixent. En 2016 hubo un gran incendio forestal que impactó contra una zona que estaba gestionada bajo este sistema. El hecho de que el sistema se pusiera en marcha seis horas antes de la llegada del fuego hizo que cuando llegó el fuego se encontró con un entorno con mayor contenido de humedad con lo cual tenía mayor dificultada para afectar a las viviendas y ayudando así a los medios de extinción para contenerlo sin que se quemara ninguna vivienda”, explica Ferrán Dalmau.

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