Paso importante el dado este martes por Podemos en el Congreso de los Diputados. Aunque más llamativo tras la lectura que hacen los socios de izquierdas independentistas que sostienen al Gobierno, con los que los morados tienen especial afinidad. La negativa de los de Ione Belarra a la toma en consideración de la proposición de ley para la transferencia de las competencias de inmigración a Cataluña levantó resquemor entre esos socios, entre BNG, EH Bildu y ERC. Con los que se ha llegado a especular de un futuro electoral conjunto, algo desmentido posteriormente por Podemos. El republicano Gabriel Rufián apuntó hacia ese horizonte en verano.
Durante el debate sobre esa proposición de ley, que decayó por el rechazo de Podemos, PP, Vox y UPN, así como el diputado de Iniciativa-Compromís, Alberto Ibáñez, y el de Chunta Aragonesista, Jorge Pueyo —ambos integrados en Sumar—, los socios independentistas cuestionaron la posición de Podemos. Veladamente vinieron a atribuir a su acción un comportamiento electoralista más que racional con los compromisos de partido. No hubo mención a Pueyo ni a Ibáñez.
Por la tarde, primero Podemos marcó posición: los planteamientos de Junts sobre la inmigración hacen que esta medida sea xenófoba y no se limite solo a las competencias. "Se está pactando qué administración ejerce el racismo", dijo el diputado morado, Javier Sánchez Serna. Instó a Junts, en su defecto, a no hacer competición con Aliança Catalana y votar la regularización extraordinaria de medio millón de inmigrantes que se llevó al Congreso el año pasado. Algo que apoyan entidades como Cáritas.
El PSOE contactó con Podemos en varias ocasiones para que cambiara su voto y apoyase el acuerdo migratorio con Junts
De nada sirvió los intentos desde el PSOE en las últimas horas para reconducir y al menos conseguir la abstención de los morados para dejar seguir el curso de la tramitación parlamentaria. Fuentes de Podemos, que anteriormente confirmaron que se retomaba el contacto con los socialistas, acreditaron este martes varias llamadas.
No precisaron interlocutor, aunque todo apunta que se trataría del ministro Félix Bolaños, entre cuyas competencias está las relaciones con las Cortes, o de su segundo, el secretario de Estado Rafael Simancas. Fuentes del Gobierno apuntan a ese ámbito: al Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. La presión a los morados ha sido constante con este tema. También desde el ámbito de la izquierda independentista que compone en su mayoría el bloque de legislatura.
En Podemos, con todo, están comprometidos con su decisión. Aseguran que en la propia defensa de la propuesta, Nogueras dejó un claro rastro de racismo al mencionar que muchos inmigrantes no trabajan o que colapsan los servicios. Creen que este debate debe abordarse en conjunto con el de competencias, porque tienen relación.
La izquierda independentista "no entiende a Podemos"
Desde el plano de la izquierda secesionista se atribuye que Podemos votó en contra del asunto para marcar perfil electoral frente al Gobierno, especialmente de Sumar que ha estado comprometido con el asunto en su mayoría. Para reivindicarse como el partido más contrario a la extrema derecha que a su juicio, además de Vox o Aliança Catalana también representa Junts. Ello en un contexto de pugna velada permanente con la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, por hacerse con el dominio del espacio a la izquierda del PSOE.
El tema israelí sigue siendo el principal asunto de competencia en todo caso. Los morados tardaron poco este martes en criticar que el decreto de embargo de armas a Israel aprobado por el Gobierno a instancias de Sumar es "fake" y "no sirve para nada". Entre otros motivos, por la ausencia de medidas respecto a las bases de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla) por la que podrán pasar armas americanas rumbo a Israel. Lo enmendarán, se comprometen para que sea efectivo, dicen. Fuentes estatales de Sumar, próximas al Gobierno, aseguran en caso contrario que lo perciben como "muy completo". Pedirán que se tramite como proyecto de ley para prescindir de la cláusula por la que el Gobierno se reserva la posible compra puntual de material de guerra en condiciones excepcionales.
Durante el debate en pleno de la cesión de las competencias migratorias a Cataluña quedó patente el descontento de los independentistas por la posición "electoralista" de Podemos. El primer en cuestionarlo fue el diputado del Bloque Nacionalista Gallego, Néstor Rego, que se refirió a Podemos cuestionando "la incapacidad de la izquierda española a la hora de asumir que en el Estado hay fuerzas que aspiran a la soberanía y la autogestión". No entró a cuestionar "si Junts es o no xenófobo". Para el representante gallego, lo que traslada Podemos con su rechazo es que no confía en la autogestión del "pueblo" catalán. Ello en un momento en el que está el PSC en la Generalitat.
El fracaso de esta proposición de ley troncal para Junts, deja mal parado al Gobierno y toca de lleno la estabilidad de Sánchez frente a un 'otoño caliente'
La misma idea trasladaron Bildu y ERC. Jon Iñarritu reprochó a Podemos ir en contra del "sentido común" frente a una demanda que va en línea del deseo de un Estado descentralizado. "Dan a entender una discriminación, que ningún catalán podría gestionar esas competencias", afirmó. Además, lamentó que Podemos vincule la ILP de regularización de inmigrantes a este asunto. Si bien aseguró el de Bildu que, como a Podemos, le gusta la exposición de motivos planteada, Iñarritu, como Sumar, afirmó que este debate era competencial y que en los trece puntos que se sometían a debate no había "ninguna afirmación racista". Les pidió sin éxito reflexión, dado que la imagen que quedaría tras la votación es la de Podemos con la derecha.
El más duro fue Rufián, que admitió que "siempre" entiende a Podemos, pero que de cara a esta votación no. "Estamos defendiendo unas leyes para Cataluña. A nadie se le escapa por qué Junts hoy pide esto, pero se sienta un precedente" al rechazar una transferencia de competencias como esta, dijo Rufián, sin dejar de censurar que parte del discurso de Junts "es racista" y cuestionar su competencia en esta franja con Aliança Catalana. Para Rufián, Podemos está dejando caer que si se desconfía de en qué manos pueden caer los gobiernos, se puede evitar o promover ese traspaso competencial. "No critican que Arnaldo Otegi lo pida para Euskadi, no cuela", trasladó el republicano no consiguiendo un voto a favor para abordar el asunto en proceso de enmiendas.
¿Y ahora qué?
El escenario es desalentador para el PSOE de Pedro Sánchez, que afronta otra semana difícil en la que ve cómo se deterioran más los puentes con los socios. Esta es la primera vez que Podemos votan junto a PP o Vox ante una medida de calado entre socios. Lo que siembra precedente. Difícilmente los morados tumbarán cuestiones de calado social, pero dejan entrever que todo lo que pase por Junts, especialmente en materia migratoria y económica, no tendrá su visto bueno. Además, la tensión entre morados y neoconvergentes no ayuda a esa estabilidad.
Podemos lleva azuzando durante la última semana la idea de que Junts es racista y xenófobo. Al contrario, desde Junts se les tacha de "catalanófobos". La misma portavoz de Junts en el Congreso, Mìriam Nogueras, equiparó a Podemos con Vox, lo que deja dudas de la convivencia parlamentaria. Los morados, según ha podido saber El Independiente, negaron reunirse con Nogueras en varias ocasiones. Por otro lado, la posición de Podemos sirve a Junts para atacar a los socialistas. Les critican no haber podido hacer cambiar de posición a los morados. Algo que el PSOE rechaza, dado que no puede influir en "lo que voten otros partidos".
Las dudas se agravan cuando el Gobierno tiene por delante otras cuestiones como la ley de sostenibilidad que Podemos a priori rechaza si hay ampliación del Prat en Barcelona o el puerto de Valencia. También por ese decreto de embargos, al que Junts puede responder en contra. Pero principalmente, por la votación clave de los próximos meses una vez se presenten: la de los Presupuestos Generales del Estado.
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