Cargado de simbolismo, así presentará Luis Alvise Pérez a Se Acabó la Fiesta (SALF) como partido político este domingo tras su inscripción en enero en el registro del Ministerio de Interior. Por un lado, el mismo 12 de octubre en el que España celebra su Fiesta Nacional. Por el otro, en la plaza de toros de Vistalegre, ahora convertido en espacio multiusos y en el bastión de cada celebración de Vox, a la misma altura de la Plaza de Colón donde los de Santiago Abascal cierran cada campaña electoral de generales. Presentarse a las siguientes es el objetivo del ahora eurodiputado. Aunque tiene dos retos: superar la barrera electoral del 3%, tras un desfondamiento en los sondeos y salir airoso de las cuatro causas judiciales que tiene abiertas en el Tribunal Supremo.

Desde el primer pulso electoral de las europeas en mayo de 2024 -los politólogos coinciden en que se suele experimentar que en unas generales-, la marca electoral ha ido en declive. Entonces consiguió pisar los talones a Sumar, con 800.763 papeletas a su favor y el 4,59% de los votos. Pese a prevérsele los meses siguientes hasta tres escaños en el Congreso de los Diputados, la estimación bajo a uno al cierre del año y se mantuvo hasta febrero. Desde entonces, en las más de veinte demoscópicas que vienen publicado sondeos, ninguno le da representación nacional. Ahora está en un 1,4% de media.

Ese hundimiento viene, entre otros factores, motivado por la investigación por presunta financiación irregular de la campaña electoral de europeas, con el cobro de 100.000 euros -por los mensajes entre ambos, se contempla la posibilidad de que sea más- en efectivo del empresario y broker de criptomonedas Álvaro Romillo, socio del político. Es algo que reconoció públicamente a través de un vídeo difundido en redes después de trascender el asunto, y que posteriormente hizo frente al juez en julio. Justo después de ese primer reconocimiento, su previsión electoral cayó. Todo pese a que el sevillano utilizase el asunto para agitar el discurso antisistema, contra los partidos y las instituciones, presentándose como víctima de una persecución.

A esa investigación se unen otras dos, una por difamación a Salvador Illa y otra por amenazas a la fiscal de delitos de odio de Valencia, Susana Gisbert. De Illa, por entonces ministro de Sanidad y no president de la Generalitat de Cataluña, publicó a través de redes sociales una prueba falsa de covid positiva. Esta misma semana, de hecho, se añadía la cuarta y última: una causa por revelación de secretos y acoso a los eurodiputados Nona Junco y Diego Solier, ahora integrados en el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), el grupo del partido de Giorgia Meloni y ex de Vox, después de una disputa interna en SALF.

Alvise habría filtrado sus teléfonos, correos, perfiles de redes para fomentar un acoso digital. Recibieron llamadas ofensivas generándoles una "sensación de inseguridad" y la dificultad de afrontar el día a día personal y laboral en la UE. También habría alentado a sus "ardillas" -seguidores en redes- para trasladar por esas plataformas los lugares frecuentados, algo que obligó a Junco y Solier a cambiar sus rutinas. Esto se acredita con documentación, como las publicaciones de Alvise, lo que es suficiente para que el Supremo vea indicios de delito. Se hace hincapié en los post de Telegram contra los eurodiputados.

Alvise tiene abiertas cuatro causas judiciales en el Supremo. La última por supuesta revelación de secretos y acoso a sus dos eurodiputados cosechados en 2024

La ruptura se dio en junio, después de que ambos entraran en ECR y Alvise fuese vetado por su investigación por financiación irregular. Ese mismo asunto llevó a Junco y Solier a desligarse del dirigente, lo que desató esas presiones y los llamamientos al acoso. Semanas después de iniciarse, los eurodiputados lanzaron un comunicado denunciando "el matonismo, el chantaje" o el haber estado cobrando "dinero negro" mientras "hablaba de regeneración". Ambos se blindaron para tejer una estrategia de comunicación bajo los servicios de Fortius Consulting. Recientemente se dejaron ver en la presentación de Atenea, de Iván Espinosa de los Monteros.

Alvise, además, fue condenado el 28 de abril a pagar 20.000 euros al exministro José Luis Ábalos por difundir una foto privada acompañada de insultos. Era la segunda condena, tras otros 60.000 euros previos, por algo similar. Ante esta avalancha de causas judiciales por difamaciones y desinformaciones interesadas, Alvise nunca ocultó que en parte su candidatura a las europeas buscaba el aforamiento para blindarse judicialmente. Eso, en parte, ha ralentizado los procesos. A la espera de que se le retire la inmunidad, sí ha sido sancionado con 700 euros -dos días de dietas- por no adjuntar sus ingresos previos a la adquisición del escaño.

Discurso contra la partitocracia, pero pulso a Vox

El público de SALF se mueve en el extremo derecho del tablero principalmente. Entre las capas de votantes más ultras de Vox. Después, hay un importante grueso de desafectos con la política o votantes primerizos que no se siente representados con ninguna formación y la vinculación con un perfil ligado a las redes, que habla su idioma, les llevan a confiar en él. La elección de Vistalegre, en todo caso, es una declaración de intenciones: intentar apropiarse en parte del terreno ganado por Vox, que pasó a resignificar el enclave donde Podemos se propuso "asaltar los cielos" en sus primeras asambleas, cuando rozaban el sorpasso al PSOE.

En un momento de presunta "derechización" del electorado -que puede estar más ligada a una desmovilización de la izquierda-, al menos así lo consideran dentro del PP y Vox, por su crecimiento y bajada significativa de proyectos como Sumar, Alvise entra en escena en este inicio del curso, cuando más apretado está por los tribunales, y con Vox apuntando a máximos, para intentar capitalizar esa corriente. Al menos para su materializar su principal objetivo: conseguir un par de escaños determinantes que le permitan ser bisagra entre PP y Vox para condicionar al próximo Gobierno.

En su mejor momento de estimación electoral en septiembre de 2024, con datos del CIS, Target Point, Hamalgama Métrica y SocioMétrica, Alvise se nutría de de una horquilla del 9,4-11% del electorado de Vox (336.000 votos) en las elecciones generales del 2023, mientras que recibía transferencias por debajo del 1,9% del PP (15.000) y del 0,5% del PSOE (4.000). De los nuevos votantes, los más jóvenes, había más diferencias: desde un 6,8% del CIS al 23,6% de Hamalgama. De los abstencionistas -incluso los que votaron en blanco o nulo- Alvise recibía el 4% aproximadamente. Unos 480.000 votos extra.

Alvise ha llegado a transferirse hasta el 11% del electorado de Vox en las encuestas. Pero en Bambú no preocupa SALF, lo ven amortizado

Alvise se curtió vinculado a figuras de Vox en sus inicios, a la consultora de comunicación Tizona, del asesor de Abascal Kiko Méndez-Monasterio. Pero por diferentes pugnas personales, y un encontronazo post pandemia del covid con el médico y entonces diputado del partido, Juan Luis Steegman, acabó rompiendo con Vox y pasando a la presión constante en redes sociales. También ha tenido enfrentamientos directos con Abascal, a quien acusó de corrupción, lo que costó una querella. De ahí también que incluya a Vox junto al resto de formaciones y busque capitalizar su espacio.

El propio llamamiento en redes del agitador ultra, con un guiño a la película V de Vendetta mediante IA -que trata de un revolucionario anarquista que lucha contra un régimen totalitario en un Reino Unido distópico-, clama para ir en contra de los partidos, pero al mismo tiempo entra en el juego discursivo de Vox, comprando sus mismos argumentos actuales y de antaño. Prácticamente calcándolos. "Ha llegado el momento de prender la mecha de algo más grande que nosotros. Es hora de cambiar el presente y el futuro de España", inicia uno de los spots promocionales.

Apela al combate de "la corrupción", al confinamiento "inconstitucional" durante la pandemia del covid, "por coaccionarnos para pincharnos y luego decir que fue voluntario", "por la pobreza infantil que crece" y los afectados de la dana de Valencia y del volcán de La Palma. También arremete contra "los incendios provocados disfrazados de cambio climático", "la crisis de vivienda inducida para convertirnos en esclavos del esclavos y por nuestras niñas y mujeres abusadas y olvidadas". La inmigración es otro de los ejes de Alvise y SALF, aunque en el vídeo se vincula con la inseguridad. La defensa de un liberalismo salvaje es otra bandera frente al Estado. Esta semana esta materia, así como el último informe de la UCO han estado muy presentes en el canal de Telegram del eurodiputado.

Pese a esa competencia con los de Abascal, en otro anuncio publicitario en redes Alvise vincula su presencia en Vistalegre por el paso de todos los representantes previamente, desde Alberto Núñez Feijóo a Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y antes Pablo Iglesias. Lo cierto, es que ningún otro dirigente salvo Iglesias ha celebrado eventos ahí. Las imágenes que se acompañan son de otras celebraciones.

"Vistalegre, un templo de engaños. El escenario donde todos los partidos han representado la misma obra barata (...). Millones de españoles comprando humo. El Estado, un truco de feria, una ilusión intermitente que aparece para robarte con el IVA, el IRPF y la cuota de autónomos", se expone confrontándolo con la crisis de la dana o los incendios de este verano para agitar ese alma antisistema que de momento en Vox no se reivindica más allá del sistema de autonomías y el bipartidismo. Uno de los elementos que permite a Alvise diferenciarse.

Otro es el rechazo del régimen del 76 o instituciones como la Corona, lo que le permite ir un paso más que Abascal. A este eje discursivo ocasionalmente ha entrado superficialmente la cúpula de Vox, especialmente con la aprobación de la amnistía. Solo la segunda línea del partido, o algunos asesores, han llegado a cuestionar abiertamente a Felipe VI. La última, por su discurso contra la "masacre" en Gaza en la apertura de la Asamblea de la ONU de finales de septiembre junto a Sánchez. Aunque el monarca no dijo "genocidio", como sí trasladó Sánchez en su turno, Alvise apuntó que apoyaba "la política internacional" del presidente junto a una foto del día previo, en la que ambos salen sonriendo. Eso también lo hizo Hermann Tertsch, eurodiputado de Vox.

Primer paso para las generales

Una vez blindado, Alvise nunca escondió que su siguiente paso será la candidatura a las generales, aunque difícilmente podrá hacerlo por todas las circunscripciones más allá de Madrid, su principal feudo electoral en las europeas junto a Málaga, Almería y Murcia. Este domingo está previsto que presente a la ejecutiva del partido. En los estatutos hay dos cuestiones de interés. El presidente, que previsiblemente será Alvise, podrá elegir y destituir libremente al resto de cargos. Además, se contempla que ningún miembro puede tener cargos por corrupción, aunque dependerá en última instancia del propio presidente determinar si alguien puede o no continuar.

Entre sus miembros se espera que esté Pablo Sartorius, uno de los firmantes en el registro de SALF, empresario y sobrino del histórico dirigente del PCE, Nicolás Sartorius. Está casado con una nieta del yerno de Franco, Ramón Serrano Suñer. De momento, solo se conoce que participará en el evento el rapero El Jincho. En distintas entrevistas el cantante aseguró no creer en la democracia. Clamó por que "Abascal y Alvise sean el nuevo bipartidismo".

El acceso está condicionado al pago de una entrada con precio de 15 euros, que "se devolverán" si el código QR pasa el torno a las puertas de Vistalegre. Una forma de acceder a los datos personales -se debe proporcionar el DNI o el correo electrónico- de los potenciales votantes, pero también de determinar el aforo en los días previos. El reto de llenar 15.000 asientos se antoja complicado para Alvise. En el último Europa VIVA25 de Vox en septiembre, Abascal reunió junto algunos de sus socios a 8.500 personas.