La tercera reelección del popular Juanma Moreno para presidir la Junta de Andalucía podría volver a verse condicionada por pactos como ocurrió en la primera, en la de 2018. En concreto, con Vox, dado que los de Manuel Gavira sobre el terreno, dependientes de Santiago Abascal, capitalizan la mayor parte de las pérdidas de voto que sufre Moreno Bonilla según el último barómetro del CENTRA, el CIS andaluz. El PP-A ya requirió de un pacto externo hace dos legislaturas con Vox para sostenerse en el Gobierno regional junto a Ciudadanos.
El sondeo publicado este lunes, con un trabajo de campo del 15 de septiembre al 1 de octubre, en pleno auge nacional de Vox en las encuestas, superando su techo, otorga a Moreno Bonilla entre 54 y 56 escaños frente a sus 58 actuales. Podría quedar o bien a un cargo por debajo de esa mayoría absoluta, igualarla, o superarla por un diputado. De darse el peor de los escenarios, el primero, Moreno Bonilla dependería de un voto favorable para gobernar, algo que salvo sorpresa no saldría de la izquierda, que busca su salida. Solo le quedaría Vox, que pasa de 14 escaños conseguidos con la candidatura de Macarena Olona en junio de 2022, a 16-18.
Las siglas de Abascal absorberían esos dos o cuatro escaños que el dirigente andaluz se dejaría tras cuatro años de mandato. Las próximas elecciones serán, de no darse un adelanto, después del mes de abril y no más allá de junio de 2026. Moreno Bonilla, en todo caso, es consciente de esa posibilidad de perder su absoluta, la primera del PP en la comunidad tras décadas de solidez socialista. Ya expresó recientemente en conversaciones informales con periodistas durante los actos del 12 de octubre en Madrid que no quiere pactar nada con Vox, y que de no sumar, Andalucía se vería abocada a una repetición de elecciones. Las relaciones entre ambos partidos no es buena.
La izquierda, lejos de ser alternativa
Andalucía parece estar lejos de un apoyo externo del PSOE-A para que Moreno Bonilla siga en el cargo. Sobre todo cuando Ferraz lanzó hace unos meses a la vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como candidata de los socialistas para intentar recuperar el terreno perdido con Juan Espadas. No obstante, según el estudio publicado, en el mejor de los casos, Montero perdería uno escaño de los 30 obtenidos por el ahora senador y exalcalde de Sevilla. El PSOE-A se movería entre los 26 y los 29 parlamentarios.
Por otro lado, aún con la incógnita de Podemos -de si concurrirá en solitario, se integrará en la marca en Por Andalucía o desistirá de participar-, la izquierda alternativa de Sumar, IU, Equo o Iniciativa por el Pueblo Andaluz, enmarcada en otra confluencia, ganaría esas pérdidas del PSOE-A. Irían de los 5 escaños en 2022 a entre 6 y 8 actualmente. Aún falta conocer quién pilotaría la candidatura. Lo que si es claro es que la división de candidaturas penalizará a la izquierda. De momento, y sin Podemos, son tres las listas que concurren en la región. A las dos anteriores se une la de Adelante Andalucía, que o bien igualaría sus dos escaños anteriores, o sumaría uno nuevo. En el mejor de los casos, la izquierda suma en conjunto 40 escaños, 15 menos de lo requerido.
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