Cada 9 de noviembre, madrileños de todas las edades se congregan para rendir homenaje a la Virgen de la Almudena, una tradición que fusiona fe, cultura e identidad. Esta es sin duda, una de las figuras más veneradas y representativas para los ciudadanos en capital. Su historia combina hechos históricos, tradiciones y leyendas que se remontan siglos atrás, en un recorrido que abarca desde Jerusalén hasta las antiguas murallas de Madrid.

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Orígenes y hallazgo milagroso

Según la tradición, la Virgen de la Almudena tiene sus raíces en Oriente Medio. Las leyendas más antiguas cuentan que la imagen fue llevada desde Jerusalén por el Apóstol Santiago, acompañado de su discípulo Calocero. Se dice que esta talla sagrada fue elaborada con la ayuda de dos santos: Nicodemo, maestro en talla, y Lucas, pintor. Por ello, esta imagen posee un origen sagrado y una antigüedad que la convierten en un valioso tesoro espiritual para Madrid.

Un descubrimiento con diferentes versiones

Aunque se desconoce la forma exacta y las condiciones en que se descubrió la Virgen, las leyendas se han encargado de dar vida a esta historia. La más conocida cuenta que, durante la invasión musulmana de Mayrit, el antiguo nombre de Madrid, entre los años 711 y 714, los habitantes temieron que la imagen fuera destruida y decidieron esconderla dentro de las murallas de la ciudad, en un cubo defensivo de la antigua fortificación árabe. Esta medida, tomada por decreto del arzobispo Raimundo de Toledo, fue vital, ya que la Virgen permaneció oculta durante más de tres siglos.

Fue en el año 1085, tras la reconquista cristiana de Madrid liderada por Alfonso VI, cuando, tras proponerse encontrar la imagen, esta apareció de forma milagrosa. La leyenda narra que, durante las obras de restauración de la muralla, un tramo se derrumbó, dejando al descubierto la Virgen intacta y con dos velas encendidas a su lado, un suceso considerado un verdadero prodigio. El nombre “Almudena” proviene de al-mudayna, término árabe que significa “la ciudadela” o “la ciudad amurallada”, en referencia al lugar donde fue hallada.

Más allá de los registros históricos, la Virgen de la Almudena está rodeada de leyendas que fortalecen su culto. Otra versión de la leyenda cuenta que, durante una procesión en tiempos del Papa Gregorio VII, se desprendieron piedras de la muralla, dejando al descubierto la imagen con el Niño Jesús por accidente. Su sorprendente conservación y las velas encendidas que la acompañaban reafirmaron la creencia en un milagro divino.

La última leyenda, vincula la leyenda con Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid campeador), cuenta que tuvo un sueño en el que la Virgen le solicitaba liberar la ciudad de Madrid del dominio musulmán. Cuando llegó con sus tropas, un fragmento de la muralla se desplomó, facilitando la entrada y toma de la ciudad, un acto milagroso.

La Virgen de la Almudena a lo largo de la historia y sus templos

Después de su hallazgo, la imagen fue trasladada a la Iglesia de Santa María, situada en la calle Mayor, donde permaneció hasta 1865, cuando el templo fue demolido para ampliar la calle. Posteriormente, la Virgen fue trasladada a diversos templos, entre ellos la Iglesia del Santísimo Sacramento y la Real Colegiata de San Isidro, hasta que, en 1993, encontró su hogar definitivo en la Catedral de la Almudena.

Durante la Guerra Civil española, la imagen permaneció milagrosamente intacta a pesar de la destrucción que sufrió Madrid, lo que fortaleció su símbolo como protectora de la ciudad.

Actualmente, la Catedral de la Almudena no solo es un lugar de culto, sino también un punto histórico y turístico destacado. Situada en un entorno privilegiado, permite disfrutar de vistas impresionantes de la ciudad y sus atardeceres, convirtiéndose en un espacio donde convergen historia y fe.

Su imagen, una talla policromada de madera coronada con las diademas que el pueblo entregó en 1948, es objeto de profundo respeto y veneración y su historia, mezcla de hechos y relatos maravillosos, ha sido transmitida de generación en generación,

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