Las cloacas del PSOE querían información. De todo el mundo. A toda costa. Pero se encontraron con un muro. Cuando la exmilitante socialista y considerada fontanera Lerie Díez quedó con el comandante Rubén Villalba, investigado en la operación Delorme, este se negó a hablar mal de dos personas: Koldo García y Víctor de Aldama.

PUBLICIDAD

Según las notas que el mando de la Guardia Civil redactó, se reunió con Díez el 10 de marzo de este año. Como en otras ocasiones, la "enviada" de Moncloa quería saber trapos sucios de distintas personas que investigan los presuntos casos de corrupción de su partido. El teniente coronel Antonio Balas de la Unidad Central Operativa, el fiscal jefe de Anticorrupción Alejandro Luzón u otros fiscales como José Grinda o Ignacio Stampa.

Villalba la escuchó con atención, y según el documento que redactó le dejó entrever que podía ayudarla, aunque lo hizo para sacarle más información. Leíre le aseguró que estaban recopilando información de mandos de la UCO y otros oficiales de la Benemérita porque "saben lo que está pasando en la GC" (sic).

En un momento de la conversación, que quedó registrada por las cámaras de la cafetería donde estaba, el comandante le dijo que de Aldama y Koldo "no pienso hablar porque la relación profesional de ambos con la Jefatura de Información y con la Guardia Civil ha sido exquisita".

Este punto sostiene las versiones de ambos investigados en el Tribunal Supremo. El empresario asegura que ha sido colaborador tanto del Instituto Armada como de otros servicios de inteligencia, como el CNI, la CIA o el FBI. Incluso organizó una batida de caza para los norteamericanos.

Koldo, por su parte, afirma que en el pasado fue confidente y colaborador en la lucha antiterrorista, sobre todo cuando estaba en Navarra. Fruto de esos trabajos sería la medalla que en 2018 le dio el Ministerio del Interior y que ahora el ministro Fernando Grande-Marlaska quiere quitarle. Leire Díez maniobró para intentar que eso no pasase, como ha contado El Independiente.

'Caso Fontanera'

Estas maniobras de las cloacas del PSOE están siendo investigadas en el  juzgado de instrucción número 9 de Madrid. La investigación empezó con un escrito del mencionado fiscal Stampa. El funcionario denunció ante la Fiscalía Superior de Madrid un intento de soborno por parte de Leire Díez y el empresario Javier Pérez Dolset. Al contactarle ambos le dijeron que seguían órdenes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El juez ha asumido la denuncia de Stampa y la ha unido a la de Grinda, en términos similares. En el escrito presentado por Stampa, explica que el pasado mes de mayo se reunió con Leire Díez y Pérez Dolset en un encuentro que grabó y en el que le preguntaron si conocía irregularidades sobre los fiscales de Anticorrupción Alejandro Luzón y José Grinda y sobre el juez Manuel García-Castellón.

Ambos le dijeron que sus litigios contra el Ministerio de Justicia se resolverían y buscaron hacerle sentir que era parte de un grupo de víctimas del sistema porque le habían sacado de Anticorrupción para que no investigase.

Cuando el fiscal les preguntó por qué le llamaban y por qué lo hacían en ese momento, Pérez Dolset le dijo que cuando salió la imputación de Begoña Gómez, Leire le había llamado porque "el presidente había dado orden de limitar, sin límite" y que había que revertir la situación "caiga quien caiga".

También le dijeron que el fiscal general del Estado, Álvaro García Oriz, iba a saber "más adelante" sobre el encuentro, al igual que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que el ministro de Justicia, Félix Bolaños, según relata Stampa en su escrito.

A esta reunión supuestamente iba a acudir en nombre del Gobierno, algo que no ocurrió, el entonces secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, ahora en prisión preventiva por su presunta implicación en una trama de mordidas en obra púbica.

PUBLICIDAD