"Me han destrozado la vida". Así de claro y rotundo se mostró el empresario Alberto González Amador durante su declaración ante el Tribunal Supremo en el juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. La pareja de Isabel Díaz Ayuso expresó su frustración durante hora y media de testimonio, asegurando que la mayor víctima del proceso ha sido él: "El fiscal general sigue, Pedro Sánchez podrá seguir, Isabel Díaz Ayuso ganará elecciones, pero yo estoy muerto jurídica, social y económicamente".

Este martes se ha celebrado la segunda sesión del juicio al jefe del Ministerio Público, acusado de un presunto delito de revelación de secretos por, supuestamente, filtrar correos electrónicos reservados del abogado de González Amador, Carlos Neira, con el fiscal Julián Salto.

Antes del novio de la presidenta madrileña compareció su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, quien defendió que el empresario es "un español que ha querido llegar a un acuerdo y Hacienda no se lo permitió". Explicó que la noche del 13 de marzo —cuando supuestamente se produjo la filtración— se limitó a reenviar un correo electrónico que el propio González Amador le había facilitado ese día. Rodríguez sostuvo que se vio en "la obligación" de "publicar ese correo", difundiéndolo en un chat con periodistas para desmentir una información de La Sexta que aseguraba que la iniciativa de pacto había partido de la defensa.

"No estamos aquí por mí, sino por la filtración", espetó Rodríguez a la teniente fiscal del Supremo, María Ángeles Sánchez Conde, con la que mantuvo un interrogatorio tenso. La fiscal le preguntó cómo supo que el fiscal general acabaría investigado y por qué lo difundió en redes sociales asegurando que "iría p’alante".

El asesor aludió a una intuición que, dijo, no fue "desacertada": "Dije que el fiscal general iría p’alante. No era desacertado", afirmó mientras miraba a García Ortiz, sentado impasible a su izquierda en el banquillo de las defensas, donde puede ubicarse por razón de su cargo.

Después llegó el turno de González Amador, que desde el inicio quiso dejar claro que el mayor perjudicado de este proceso ha sido él. En línea con lo manifestado previamente por Rodríguez, explicó que informó al jefe de Gabinete sobre la inspección que tenía abierta en mayo de 2022, en París, cuando coincidieron en la final de la Champions League que disputó el Real Madrid.

El empresario trasladó al alto tribunal que desde el principio sintió lo que definió como una "paranoia", convencido de que su asunto acabaría saltando a los medios. Relató que le sorprendió que la inspectora de Hacienda le llamara a su despacho y que sus asesores legales le advirtieron, una vez el expediente pasó a la Fiscalía, de que había dos caminos: conformarse o pleitear.

"Soy el delincuente confeso de España"

Durante la hora y media que compareció ante los magistrados, González Amador no rebajó el tono en ningún momento. "El fiscal general me había matado públicamente", dijo al recordar cómo reaccionó a las informaciones publicadas la noche del 13 de marzo, cuando trascendió que había reconocido la comisión de dos delitos contra la Hacienda Pública. Desde entonces, aseguró, pasó a ser "el delincuente confeso del Reino de España".

"Yo estoy enviado a un juicio oral donde voy a ser condenado. No tengo duda alguna", afirmó el empresario, procesado por un fraude de 350.951 euros a Hacienda presuntamente mediante facturas falsas, tras una inspección de la Agencia Tributaria iniciada en 2022. También está investigado por corrupción en los negocios por sus relaciones con Quirón Prevención.

El empresario sostuvo que, con la nota informativa que emitió la Fiscalía el 14 de marzo de 2024 —que divide al Ministerio Público— y la filtración del correo en el que su abogado reconocía en su nombre dos delitos, se rompió su presunción de inocencia. Desde entonces, dijo, el Gobierno comenzó a llamarle "delincuente confeso".

Según su relato, aquella mañana llamó muy enfadado a su abogado, Carlos Neira, quien le aseguró que "tenía una explicación". "Jamás pensé que un correo mío con la Fiscalía se fuera a filtrar. Hemos entrado en otra dimensión. Tenemos un problema bastante grande", recordó que le dijo su letrado.

"No fui tratado como un ciudadano más"

González Amador ha afirmado que ni supo ni autorizó a Neira a enviar el correo del 2 de febrero en el que se reconocían los delitos en su nombre, en busca de una rebaja de condena. "Jamás", insistió, participó en ese correo ni conocía su existencia. Aseguró, eso sí, que cuando Hacienda remitió los indicios del fraude a la Fiscalía pidió a sus abogados que optaran por un camino "rápido y sin ruido", el de la conformidad. Sin embargo, subrayó que tras la nota de la Fiscalía ya "no podía conformar como un ciudadano cualquiera en el anonimato".

"Han pasado dos años y no tengo pacto. Me han arrastrado y pulverizado por toda España y llevo gastados más del doble de 140.000 euros en abogados", ha proseguido González Amador, que al final de su intervención, ante las preguntas del Abogado del Estado, ha querido dejar claro que "jamás" ha pasado un pantallazo a ningún periodista. "Lo digo que no quede la más mínima duda".

"La impotencia en la que me encuentro es nefasta. Me amparan dos cosas: la razón y la verdad. La verdad me ampara porque yo no la he tenido que borrar nada" ha asegurado enfrente de García Ortiz.

Cuando el juez Martínez Arrieta anunciaba un último receso, González Amador se ha dirigido al tribunal para lanzar un alegato final: "Señoría, o me voy de España, o me suicido". A lo que el magistrado respondió: "No le recomiendo ninguna de las dos cosas y en todo caso que hable con su abogado".