Fue una de las noticias del agosto informativo, pero el principal afectado por la renuncia del Gobierno español a adquirir los cazas F-35 asegura que aún existe margen para su futura adquisición. Así lo trasladan desde Lockheed Martin, la empresa estadounidense que se halla tras el avión de combate más avanzado del mundo.

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“Cada nación soberana tiene derecho a elegir la plataforma que considere más adecuada para sus necesidades de defensa nacional”, reconoce Jonathon Linn, senior manager de Desarrollo de Negocio para el Sur, Centro y Este de Europa de Lockheed Martin en un encuentro con varios medios de comunicación, entre ellos El Independiente. Pero, a renglón seguido, admite que la compañía mantiene la apuesta por España en un escenario marcado por la inversión récord en Defensa.

“Si el Gobierno español desea mantener conversaciones sobre el F-35, puede solicitarlo al Gobierno de los Estados Unidos. Puede solicitarlo a Lockheed Martin. Estamos encantados de mantener conversaciones sobre las capacidades, los procesos y ese tipo de actividades”, desliza el ejecutivo.

España, en busca de alternativas

Es la primera vez que el fabricante del caza reconoce ante la prensa que el canal sigue abierto, tras la renuncia española a adquirir el F-35, una decisión que el Ejecutivo ha justificado con el argumento de reforzar programas europeos como el Eurofighter y el futuro caza FCAS, y de priorizar la autonomía estratégica de la Unión Europea frente a la dependencia de plataformas estadounidenses. Preguntado por posibles plazos si España replanteara su renuncia, citan el caso de Rumanía, uno de los últimos contratos firmados y donde el calendario de entregas se mueve entre finales de esta década y principios de la siguiente -entre 2029 y 2032-. Todo dependería, repiten, de las “necesidades específicas” que Madrid pusiera sobre la mesa y de cómo encajarlas en una línea de producción ya tensionada por los pedidos en curso.

Sobre el replanteamiento del Ejecutivo español, podrían pesar varios condicionantes: los recelos surgidos en el estamento militar por cómo sustituir el F-35 y la constatación de que -según fuentes citadas por Africa Intelligence- la administración Trump ha iniciado conversaciones con el vecino Marruecos ante el deseo de Rabat de adquirirlos.

En círculos militares españoles se reconoce la brecha que la renuncia abre en la Armada: los Harrier II, únicos cazas de despegue vertical capaces de operar desde el buque Juan Carlos I, se retirarán alrededor de 2030. Sin F-35B, España perderá durante años la aviación de ala fija embarcada, mientras otros aliados –Estados Unidos, Reino Unido, Italia– migran precisamente a ese modelo.

Además, al otro lado del Estrecho, Rabat mueve ficha. Marruecos mantiene conversaciones preliminares con Washington para hacerse con los F-35, un viejo objetivo de su plan de modernización militar. Si se consumara la operación, las Fuerzas Aéreas Reales ganarían una ventaja tecnológica que alteraría el equilibrio en el Mediterráneo occidental frente a España y Argelia.

Reforzar la cadena de suministro

Linn se halla de viaje en España con una agenda marcada por la búsqueda de proveedores y la misión de reforzar su cadena de suministro. “Lo que quiero dejar claro es que España debe entender que esto no pone fin a nuestra participación aquí en lo que respecta a nuestra cadena de suministro global”, insiste. «Ya existe una industria del F-35 en España. Varios proveedores industriales aquí ya están proporcionando componentes y capacidades al F-35. La industria española es muy competente. Sin duda, hay margen para el crecimiento».

Las cifras del programa del F-35 ayudan a explicar el interés de Lockheed Martin por mantener la interlocución: más de un millón de horas de vuelo acumuladas, más de 1.200 aviones entregados, unos 3.000 pilotos entrenados y 20 países que han seleccionado el modelo. Para 2035, calcula Linn, en Europa volarán alrededor de 700 F-35, cerca de una quinta parte del total previsto para la vida útil del programa, que se prolongará hasta bien entrada la segunda mitad de siglo. El caza estadounidense se consolida así como estándar de facto de quinta generación en el flanco europeo de la OTAN.

«Lockheed Martin es el único fabricante de aviones de quinta generación que produce de forma continua en una planta de producción», reivindica. Este año, de sus tres líneas de montaje –Fort Worth, Cameri y Nagoya– saldrán entre 170 y 190 aparatos. Finlandia recibirá sus primeros F-35 en diciembre; Canadá, Alemania o Suiza lo harán a lo largo del próximo año. Una ola de adquisiciones que puede empujar también a España. Entre las alternativas que estudia actualmente, figuran los KAAN, desarrollados por Turkish Aerospace Industries (TAI), que se presentan como posibles 'sustitutos' de los estadounidenses F-35.

Alianzas con empresas locales

La compañía, que insiste en el hecho de que las compras de su cazas deben vehicularse a través de un diálogo entre gobiernos -el mecanismo llamado Foreign Military Sales (FMS)-, considera también que la posibilidad de aceptar modificaciones o requerimientos específicos de las fuerzas armadas españolas para el F-35 debe ser abordado, si llega el caso, entre administraciones. “Si hay una Fuerza Aérea que tiene ciertos requisitos para sus plataformas, que inicie un diálogo con nosotros para entender lo que el F-35 tiene ya en términos de capacidad, Quizás algunas de esas cosas ya estén incluidas, pero no lo entienden porque aún no disponen de esos datos”, esbozan.

Más allá de un posible cambio de criterio de Moncloa, fuentes de Lockheed Martin aseguran mantener su interés por el mercado español, con un proyecto incipiente con una universidad española y una relación ya consolidada con Navantia a la que se pueden sumar otros actores del sector nacional de la Defensa como Indra.

Desde la compañía estadounidense la apuesta por el F-35 es a largo plazo. El futuro del F-35, pronostica Linn, seguirá escribiéndose durante décadas, con sucesivas actualizaciones que irán incorporando nuevas armas, sensores y mejoras de guerra electrónica y un modelo de actualizaciones continuas que “rompe con la lógica de bloques cerrados de cazas como el F-16”.

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