La fotografía de la cumbre entre España y Marruecos volverá a producirse esta semana en Madrid, pero Canarias no estará en ella. El presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, ha lamentado este martes que el Ejecutivo central haya descartado su presencia en la Reunión de Alto Nivel (RAN) del miércoles y jueves, casi tres años después de la última cita celebrada en Rabat y cuando crecen las pretensiones expansionistas de Rabat sobre las aguas canarias y su delimitación marítima con el Sáhara Occidental ocupado.
Clavijo ha declarado que el ministro de Asuntos Exteriores, el socialista José Manuel Albares, le confirmó esta misma mañana que el gobierno de las islas quedarían fuera, pese a que había insistido por escrito en “lo oportuno” de que el archipiélago participara en la cumbre. Sin embargo, el ministro considera que, aunque se hable de asuntos canarios, al tratarse de una competencia del Estado no tiene que estar Canarias, ha indicado Clavijo.
A juicio de Clavijo, la exclusión no solo es injustificada, sino que quiebra lo pactado en la llamada “agenda canaria”. El Gobierno central, añade, se limita a garantizar la participación de las islas en unos grupos de trabajo “que nunca se constituyen”. “Por transparencia y coherencia, debemos estar presentes para saber de qué se habla”, ha reclamado.
La cumbre, la decimotercera que celebran ambos países, estará precedida por un encuentro empresarial el miércoles en la sede de la CEOE. El recuerdo de la anterior RAN —1 y 2 de febrero de 2023— sigue siendo incómodo en Madrid: Pedro Sánchez viajó entonces a Rabat sin ser recibido por Mohamed VI, oficialmente de vacaciones fuera del país.
Canarias, relegada en plena tensión por las aguas atlánticas
La ausencia de Canarias llega en un momento especialmente sensible, con las aguas colindantes en el centro del tablero diplomático entre ambos países. En los últimos días, tal y como viene informando, El Independiente Marruecos ha hecho público un listado de exigencias que interpelan directamente al archipiélago al exigir la cesión del espacio aéreo del Sáhara -controlado desde Canarias- y aguas cercanas a las islas con presencia de minerales estratégicos y tierras raras que España llevan años reclamando como propias.
Los expertos consultados por este diario señalan que la táctica de Marruecos es legislar unilateralmente, presionar diplomáticamente y forzar interpretaciones expansivas de su dominio marítimo, confiando en que la falta de reacción española acabe convirtiendo esos pasos en hechos consumados. La reciente atención internacional sobre los fondos marinos —clave por sus recursos minerales y por las nuevas rutas energéticas— ha intensificado ese pulso cada vez menos silencioso.
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