Anticipación y calle. Esa es la receta que Vox y Santiago Abascal están aplicando en Extremadura, con una estrategia de implicación sobre el terreno desde un mes antes del inicio oficial de la campaña para compensar la nacionalización del discurso electoral. Si hay algo que ha funcionado al partido ultraconservador es relacionarse con sus votantes para, además, mostrar músculo en cada mitin, incluso con llenos que han impedido el acceso a todos los asistentes. A ello se une esa anticipación, adelantarse al PP para, desde el primer momento, manejar el marco de la campaña en ese contexto nacional más allá de los enfoques que puedan dar María Guardiola y Miguel Ángel Gallardo.
La dedicación del presidente de Vox está siendo muy alta desde el último mes. Sobre todo los lunes y viernes de cada semana, en las jornadas en las que no hay agenda en el Congreso. Con el de anoche -esta semana no hay sesiones parlamentarias-, en el Palacio de Congresos de Villanueva de la Serena (Badajoz), ya van nueve incursiones en Extremadura desde Madrid. Contrastan con las únicas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Mérida (Badajoz), junto a Gallardo -este jueves irá a Plasencia-, y la intervención de Alberto Núñez Feijóo en Lobón (Badajoz). En números, Abascal lleva completados casi 2.700 km entre trayectos de Madrid a Extremadura y el enlace in situ de eventos. La diferencia es abismal cuando se compara con los líderes socialista -el jueves Sánchez habrá hecho 601 km- y el popular -Feijóo 347 km-.
Una de las finalidades de Abascal en el terreno es que cale su discurso: de rechazo a las políticas del bipartidismo y, a la vez, de descrédito de Guardiola por negarse a pactar en Extremadura lo que al PP le valió en Valencia. Pero, al mismo tiempo, rivalizar directamente con Feijóo, asemejándolo en muchos aspectos con el PSOE para movilizar al votante descontento y agitar el tablero. Hacer crecer a Vox en las encuestas -bastante favorables, dado que serían condicionantes de una investidura y para la gobernabilidad del PP- e impulsarlo de cara a otras elecciones autonómicas. Igualmente, para unas generales.
El botón lo tiene Sánchez, quiere resistir, pero saben que todo puede saltar por los aires en cualquier momento y que hay que llegar en la mejor forma posible. Sobre todo, si las investigaciones que ya han llevado a Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García a prisión provisional salpican al PSOE de forma general o al propio Sánchez. La tregua valenciana apaciguó en parte la relación entre populares y ultraconservadores. De hecho, parecía abrirse un principio de senda hacia la normalización de relaciones entre partidos. Algo que por ahora no se demuestra. El rifirrafe es constante y cualquier excusa vale para desatarlo.
PP y Vox, competencia directa
Este mismo domingo, Feijóo volvió a insistir en la idea de pinza entre PSOE y Vox al PP, algo que se había pausado. Lo hizo durante la manifestación en el Templo de Debod organizada rápidamente contra "la corrupción del Gobierno" tras el encarcelamiento de Ábalos y Koldo. Precisamente, al hilo de esa convocatoria, como ya ocurrió en la de junio en Plaza de España, Vox negó secundarla por considerarla una "estafa" al seguirse colaborando con el PSOE en otros ámbitos, con acuerdos suscritos, afirmaron los de Abascal. En paralelo, sus juventudes se volvieron a concentrar frente a la sede de Ferraz. Eso encendió más a dirigentes del PP, como Isabel Díaz Ayuso, que acusó a Vox de "promover una nueva trifulca para restar fuerza a miles de ciudadanos de bien" en esa cita con Feijóo. "Vox trabaja para Sánchez hasta en domingo", escribió en X.
Se escaló ese cruce de acusaciones. "Ni rompéis todos vuestros pactos con el PSOE, ni ponéis una moción de censura, ni os presentáis en el juzgado contra la mafia del PSOE. Vox no ha convocado nada, han sido los ciudadanos libres", se lanzó Vox a través de sus redes contra Ayuso. Abascal, de hecho, preguntó en un acto posterior en Guadalupe (Cáceres) que "de qué pino se ha caído" la presidenta de la Comunidad de Madrid. La no asistencia de Vox, en cambio, fue usada por el PP este lunes para intentar contrarrestar a Vox, autodefiniéndose como única alternativa. "Vox se dedicó más a atacar al PP que al PSOE por la tarde -del domingo-. Si alguien quiere tener el convencimiento de que su voto vaya al cambio, tiene que votar al PP. Para cambiar a Sánchez", trasladó Cuca Gamarra, la vicesecretaria de Regeneración Institucional del PP.
Uno de los últimos episodios salía de la portavoz parlamentaria, Pepa Millán, este martes desde el Congreso en rueda de prensa. Acusó al PP de no hacer "todo lo posible" para tumbar al Gobierno. "Es un insulto y una broma (...). No están haciendo todo lo posible para romper con ellos y dejarlos caer", afirmó. Al contrario que Gamarra, reivindicó sus siglas.

Feijóo entró directamente en el cuerpo a cuerpo con Abascal, algo que viene haciendo prácticamente desde hace muy poco, desde septiembre, tras una estrategia de silencio y omisión, en vista del crecimiento que está teniendo Vox en las encuestas. "No vamos a estar de acuerdo en todo con Vox, no somos Vox. Hay una mayoría de españoles que exigen madurez y responsabilidad. Déjense de pinzas y no repitan los errores de hace dos años. No oes equivoquéis de objetivo, prioridad y de adversario", dijo Feijóo el domingo. En parte, ese cambio de registro responde a esa implicación de Abascal en Extremadura. Un escenario precipitado en parte por Feijóo para evitar ceder en todo a Vox a cambio de los presupuestos regionales.
Nueve actos de Abascal
A diferencia de ese primer acto con Guardiola en Lobón el 16 de noviembre, Abascal lleva exactamente un mes con idas y venidas desde Extremadura. El 3 de noviembre, horas después de la dimisión de Carlos Mazón que obligaba a ese entendimiento temporal con el PP en Valencia, Abascal acudió a Plasencia a visitar la ciudad, marcó los tiempos para una negociación en la que logró sus objetivos y a la vez empezó a dibujar el leitmotiv sobre el que versará la campaña a partir de este viernes 5.
"Guardiola y Feijóo son los grandes auxiliadores de Sánchez" y persiguen continuar sus políticas. Semanas antes, Guardiola había definido el ataque a Vox como una de sus estrategias, aunque en su primer mitin con Feijóo la candidatura de Gallardo o la central nuclear de Almaraz se llevaron el protagonismo.
Por la tarde, Abascal ahondó en ello en un mitin en el Gran Teatro de Cáceres, en el que hubo lleno y muchos quedaron fuera. El líder de Vox salió, megáfono en mano, para trasladarles unas palabras de agradecimiento. Para él, ese "desbordamiento" es "una señal excelente" de que habrá "cambio".
Dos semanas después, el 17 de noviembre, también lunes y superada una semana marcada por la comparecencia de Sánchez en el Congreso, Abascal volvió a trasladarse a Extremadura: por la mañana paseó por las calles de Badajoz. Volvió a introducir esa idea: "Guardiola es la candidata tapada de Sánchez. La candidatura de Gallardo es un insulto", comentó por ser quien presuntamente enchufó en la Diputación de Badajoz al hermano del presidente, a David Sánchez, algo que está bajo investigación. Fue por la tarde, en el Hotel Las Lomas, donde Abascal presentó a su candidato Óscar Fernández, su portavoz en la Asamblea extremeña.
"Si estamos aquí es por el capricho de la señora Guardiola. Perdió las elecciones y no tenía derecho a formar gobierno, pero creímos que había que darle una oportunidad al cambio en Extremadura. Y la señora Guardiola lo ha traicionado día tras día". "Si quieren aplicar políticas migratorias y verdes, de género, que le vayan a pedir el voto a Sánchez y a su corrupto de guardia en Extremadura, Gallardo", declaró Abascal.
Esa misma semana, después de un retorno a Madrid, Abascal regresó y acudió el viernes 21 de noviembre a Coria (Cáceres) para una visita urbana y atender a los medios, además de trasladarse por la tarde a Navalmoral de la Mata (Cáceres). Las ideas sobre el PP y Guardiola se repitieron.
Pasada la 'tregua' valenciana, Abascal abiertamente cuestionó este lunes 1 de diciembre el por qué de "llevar a Extremadura a unas elecciones innecesarias por negarse a aplicar el mismo acuerdo político aceptado" en Valencia. Lo hizo desde Guadalupe (Cáceres), en otro paseo con declaraciones a los medios que sustituyó a la rueda de prensa semanal que se da desde la sede nacional. "Mi pregunta es si a Guardiola le molesta que las medidas en favor del campo -aceptadas en Valencia- no la tengan los agricultores y los ganaderos de aquí; o si lo que le molesta es la condena del fanatismo climático, las rebajas fiscales o un acuerdo o que se combata claramente la inmigración ilegal". Continuó Abascal: "¿Por qué se empeña en ser la protagonista cuando nos gobierna una mafia?". Las exigencias de Vox serán duras de cumplir. Especialmente lo que tiene que ver con cuestiones morales e ideológicas.

Entró en la bronca por la manifestación del PP, recordando que en Almería "ha sido desmantelada" la estructura precisamente por corrupción. Abascal por la tarde se movió a Trujillo desde donde realizó un mitin en su Plaza Mayor con las mismas ideas. "Es innecesario un adelanto electoral. ¿Qué problema tiene Guardiola para no haber aceptado ese acuerdo? ¿Qué va a hacer si se repite el resultado, otras elecciones?". Vox ofrece "una alternativa de verdad y un cambio radical", aseveró. Volvió a aparecer este martes por la tarde en el Palacio de Congresos de Villanueva de la Serena, donde recordó inició ruta hasta las primarias Sánchez: "Es el kilómetro 0 de la corrupción". Por delante, a Abascal le quedan otro mitin este miércoles a las 18:30 horas en el obelisco a la memoria del General Menacho, en Badajoz, y el acto de inicio de campaña en la Plaza de San Jorge de Cáceres el viernes a la misma hora.
Durante esas semanas, Abascal también aprovechó para participar en un mitin en Salamanca y otro en Zaragoza. Castilla y León será la primera cita tras las extremeñas y en Aragón, la imposibilidad de aprobar las cuentas del PP con Vox hacen prever como posible que haya apertura de urnas. Abascal prepara el terreno más anticipadamente aún en esos enclaves. En estas extremeñas, Abascal viene visitando más enclaves de Cáceres que de Badajoz, lo que da a entender que tienen especial interés en movilizar el voto allí. Rozará los 3.000 km antes del viernes en Extremadura.
Alguno de sus actos se han producido en bastiones socialistas, como Villanueva de la Serena ayer. En Vox están obcecados con conseguir un trasvase de votos desde la izquierda, algo que todavía no se ha dado sustancialmente.

Feijóo, centrado en la campaña
No hay preocupación en Génova ni en el PP extremeño por esa asiduidad de Abascal en Extremadura. La atención está puesta completamente en las dos semanas de campaña que en breve se abren, es donde creen que se juega todo. La propuesta del PP, a diferencia de la claramente personalista -al pasar el candidato a un segundo plano- de Abascal, prevé una dualidad entre Guardiola y Feijóo. Fuentes de Génova acreditan que habrá actos conjuntos, sobre todos los más importantes, pero habrá otros en los que tanto la candidata como el líder popular se muevan sobre el terreno de forma independiente. El objetivo es visitar la mayor parte de localidades. Peinar Extremadura. La protagonista, en todo caso, dicen en Génova, es Guardiola.
Esta estrategia fue aplicada por Mariano Rajoy y Feijóo en 2009, cuando consiguió la Xunta por primera vez. Ha sido el modelo que se ha replicado tanto en las andaluzas de 2022, como en las gallegas, nuevamente, de 2024, caravanas paralelas que permitan, a la vez, cubrir ese discurso y perspectiva nacional con lo más local y regional. Hay dudas aún sobre qué formato se escogerá para la apertura de campaña, y a diferencia del cierre, está por ver si comparten el viernes mismo escenario Guardiola y Feijóo.
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