La gestión del caso Tomé en el Partido dos Socialistas de Galicia (PSdeG-PSOE) está convulsionando la federación y amenazando el liderazgo de José Ramón Gómez Besteiro. Que el pasado viernes él mismo reconociera que en octubre supo, por una "tercera persona", que había una "posible víctima" de acoso por parte del entonces presidente de la Diputación de Lugo y alcalde de Monforte de Lemos, José Tomé, ha revuelto a los cuadros del partido, más aún porque quien dimitió ese mismo día fue la secretaria de Igualdad, Silvia Fraga, una mujer muy respetada en el PSOE y en el PSdeG por su trayectoria feminista. Los movimientos tectónicos no han parado y la primera cristalización fue el manifiesto que este domingo se hizo público, que firman por el momento más de 160 mujeres de la federación y que encabeza uno de sus referentes claros, Inés Rey, la alcaldesa de A Coruña.
"No tiene cabida ninguna actuación que ampare o relativice el acoso sexual y el machismo", sentencian las dirigentes en su escrito [aquí en PDF]. Y es que esa es la clave de la crisis que vive un PSdeG ya de suyo muy debilitado por las sucesivas derrotas electorales —Besteiro lo condujo a su peor resultado histórico en las autonómicas de febrero de 2024—. En el partido se ha extendido la lectura de que el secretario general y su secretaria de Organización, Lara Méndez, ambos de Lugo, encubrieron a Tomé. Besteiro contó el viernes en rueda de prensa, tras dos días de silencio, tras varias preguntas y repreguntas de los periodistas, que se reunió con la persona que le trasladó la existencia de esa mujer afectada y que, posteriormente, también mantuvo otro encuentro con ella Méndez. Después, fue la jefa del aparato en Lugo, Pilar García Porto, quien se citó dos veces más con esa persona informante.
Besteiro reconoció el viernes, tras dos días de silencio, que sí supo en octubre, a través de una tercera persona, del acoso de Tomé. Le preguntaron, lo negó y ahí se quedó todo
El jefe del PSdeG llegó a pedir explicaciones a Tomé y él lo negó todo. Y ahí se quedó la cosa porque no había ninguna denuncia, según adujo. Besteiro defendió que la dirección actuó con "rapidez y contundencia" desde que la víctima reportó su caso a través del canal interno del PSOE, y eso ocurrió el pasado 8 de diciembre. "El partido no miró para otro lado", esgrimió, haciendo hincapié en que se pidió a Tomé la renuncia a todos sus cargos instituciones y orgánicos cuando se conoció esa denuncia. Tomé cedió finalmente el viernes la presidencia de la Diputación de Lugo, pero se quedó su acta de diputado provincial y de alcalde de Monforte, y arrastró a todos sus concejales en su municipio al grupo de no adscritos.
El malestar en el PSdeG no ha dejado de crecer en los últimos días y muchos dirigentes señalan claramente a Besteiro y a Méndez. Y no entienden que precisamente quien dimitió fue la responsable de Igualdad, Silvia Fraga, por sentirse ninguneada en esta crisis. La primera visibilización de ese enfado interno es el manifiesto hecho público este domingo, abierto todavía a la llegada de más apoyos, ya por encima de los 160 respaldos cerca de la medianoche. Las firmantes reconocen que el acoso sexual es una de las "múltiples manifestaciones de la violencia contra las mujeres", que afecta, como computó una estadística del Ministerio de Igualdad, a un tercio de las mujeres. Se trata de un "mecanismo social que durante siglos ha tratado de mantener las relaciones de poder históricamente desiguales para que las mujeres permanezcan en una posición de subordinación en todos los ámbitos, también en el político".
Por eso, los hechos conocidos y las denuncias presentadas en el canal interno del PSOE —las dos primeras se dirigieron contra el exdirigente Paco Salazar— "causan estupor, vergüenza y una inevitable desafección" con el PSOE, que tiene "el feminismo grabado en su alma". Ahí está una de las razones por las que este #MeToo está infligiendo tanto daño a los socialistas, porque el feminismo está en su puro corazón.
Las mujeres que suscriben el manifiesto señalan que no pueden quedar "impasibles" ante la dimisión de Fraga, "después de haber desarrollado un trabajo ejemplar", porque la militancia socialista es también "responsabilidad". Por ello, las firmantes expresan su "apoyo" a todas las víctimas de acoso que denunciaron comportamientos machistas y delictivos, sabiendo que reportar los hechos es un "acto de valentía" que requiere de respaldo "colectivo e institucional".
Las firmantes piden "transparencia" y asunción de responsabilidades políticas. Y que se esclarezcan los hechos, porque solo eso permitirá mantener "la confianza de la ciudadanía" en el partido
Pero a renglón seguido remarcan que es "imprescindible la transparencia en la resolución de estas denuncias", ya que hay que garantizar "procesos rigurosos y centrados siempre en la protección de las víctimas". La respuesta ante cualquier denuncia, señalan, debe ser "rápida, clara y contundente, basada en la ejemplaridad y en la responsabilidad política, especialmente por parte de quienes ocupan cargos orgánicos". "La tolerancia cero no es un lema, es una exigencia democrática que no admite excepciones ni matices, y forma parte irrenunciable de los valores socialistas", advierten. Hay dos palabras con mucho peso: responsabilidad política. Porque en el PSdeG creen que quien debe asumirla es la dirección por no haber reaccionado en octubre, cuando conocieron los hechos. No se piden claramente dimisiones, pero se apunta a ellas.
Las mujeres firmantes lamentan "profundamente" la dimisión de Fraga, "referente feminista, trabajadora incansable y rigurosa que desarrolló su cargo con brillantez, coherencia y lealtad a las siglas del PSdeG-PSOE". "Su dimisión es un acto de compromiso feminista con el que nos sentimos profundamente representadas". Defienden la labor y trayectoria de Fraga "frente a determinadas informaciones o interpretaciones que se pretenden deslizar y que no se corresponden con la verdad ni con la forma" de la exsecretaria de Igualdad de "entender y vivir la política y el feminismo".
"Desde la lealtad al partido y a sus principios, por supuesto defendemos la necesidad de esclarecer los hechos, proteger a las víctimas y preservar la integridad de las instituciones. Solo una actuación firme, transparente y coherente permitirá mantener la confianza de la ciudadanía y demostrar que no hay espacio para la impunidad ni para ninguna forma de violencia contra las mujeres. No tiene cabida ninguna actuación que ampare o relativice el acoso sexual y el machismo", advierten las dirigentes que suscriben el manifiesto, que concluye volviendo a mostrar su "reconocimiento, respeto y apoyo" a Fraga y reafirmando, "más que nunca", el "compromiso con el feminismo y con los valores del PSOE".
El texto lo apoyan dirigentes como Laura Seara, María Barral, Beatriz Sestayo o Marisol Soneira, pero no la senadora Carmela Silva, que sí defiende que lo ocurrido marque "un antes y un después"
El texto lo encabeza Inés Rey, alcaldesa de A Coruña, vicepresidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias, miembro de la ejecutiva federal del PSOE, uno de los valores en alza del partido y voz clara del feminismo socialista. Suscriben el manifiesto también Laura Seara, secretaria de Estado de Igualdad con José Luis Rodríguez Zapatero; María Barral, alcaldesa de Betanzos y vicepresidenta de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp); la exdiputada autonómica Marisol Soneira; Rosa Gómez Limia, primera diputada del PSdeG en el Parlamento de Galicia; la exdiputada nacional Margarita Pérez Herráiz, o Beatriz Sestayo, gerente de la empresa pública Suelo Empresarial del Atlántico.
No lo suscribe Carmela Silva, presidenta del PSdeG, expresidenta de la Diputación de Pontevedra y actual portavoz en la Comisión de Seguimiento del Pacto de Estado contra la Violencia de Género en el Senado. Pero ella firmaba una tribuna este domingo en el Faro de Vigo en el que también defendía con vehemencia a Fraga y advertía de que lo ocurrido debe "marcar un antes y un después en el PSdeG". También las Xuventudes Socialistas reclamaron a la cúpula autonómica que convoque de forma extraordinaria al máximo órgano, el comité nacional, para que dé "todas las explicaciones, de forma clara y transparente", de lo que ha sucedido.
El papel de Vigo y Abel Caballero
La duda es qué ocurrirá a partir de ahora en la federación. La supervivencia de Besteiro depende, sobre todo, del secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que fue quien confió en él como candidato en 2024 y quien le devolvió a la cumbre del partido en Galicia. En el seno del PSdeG, el gran poder fáctico, como recuerdan dirigentes de la federación, es el alcalde de Vigo, Abel Caballero, por su poder institucional y sus rotundas mayorías absolutas. Él ha guardado silencio estos días, pero la muestra de ese malestar la da, precisamente, la tribuna de Silva, su mano derecha desde hace años.
La jefa del aparato del PSdeG, Lara Méndez, insiste en que la dirección hizo "lo que tenía que hacer", porque "en ningún momento" mantuvo ningún encuentro con "ninguna víctima"
La dirección, por su parte, se defendió de las críticas internas. La secretaria de Organización insistió este domingo en que el PSdeG hizo "lo que tenía que hacer" en el caso Tomé. La cúpula "en ningún momento tuvo ningún encuentro con ninguna víctima", ni habló "directamente con ninguna víctima", sostuvo antes de participar en una manifestación en Santiago contra el proyecto de macrocelulosa de Altri, informa EFE. Lara Méndez entiende el "malestar" de sectores del partido, pero las cosas se hicieron "como establecen los protocolos". Escucharon a una "tercera persona" que les trasladó el testimonio de una víctima y la animaron a denunciar, que es lo que podía "hacer". Y cuando tuvo conocimiento de la denuncia, la dirección "actuó en horas".
Sobre la dimisión de Fraga, Méndez, también exalcaldesa de Lugo, se limitó a señalar que igual que se accede a un cargo voluntariamente, también se puede dejar "en el momento en que se crea oportuno". La jefa del aparato gallego agradeció a la exsecretaria de Igualdad el "trabajo realizado" y destacó de ella su "gran capacidad, gran valor". Fraga tiene que seguir siendo "un activo importante" en el partido, como "feminista luchadora hace muchos años" que es del PSdeG.
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