Los populares venían desde hace tiempo hablando del largo ciclo electoral que arrancaba a finales de este año. Cuando lo hacían aún no se habían convocado ni las elecciones extremeñas ni aragonesas, por lo que sus afirmaciones se encuadraban en las citas ante las urnas que el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco y el andaluz Juanma Moreno tenían que convocar, sí o sí, en 2026.

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Pero Feijóo ya lo dijo el pasado septiembre. Fue en uno de esos retiros que de cuando en cuando celebra la cúpula del PP, -éste, en la madrileña localidad de Aranjuez- donde propuso una reforma legal para ir a convocatoria automática de elecciones en caso de dos prórrogas presupuestarias sucesivas.

Y si bien aquello sonó como un órdago al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, pronto suscitó un gran interrogante: ¿qué pasaba entonces con aquellos presidentes autonómicos del PP, en manos de Vox, que se las veían y deseaban para aprobar sus respectivos presupuestos? "Son dos ámbitos políticos y administrativos distintos", replicaban en Génova. Los barones territoriales quedaban, pues, eximidos, decían. Moncloa y Ferraz, por su parte, se abonaban a la tesis de que se trataba de "una pose" de "una añagaza" para tapar no se sabe bien qué cosas.

Extremadura y Aragón pillan al socialismo en uno de sus momentos más críticos

Pero fuera o no por un compromiso que nadie le exigió o porque él y su equipo vieron una ventana de oportunidad o por ambas cosas, que este domingo se celebran elecciones adelantadas Extremadura. Y el 8 de febrero del próximo año en Aragón. Dos territorios que, con sus singularidades, pillan no sólo al socialismo en uno de sus momentos más críticos, sino, además bajo respiración asistida.

No hay muchos antecedentes, por no decir ninguno, de que un procesado, con fecha de apertura de juicio oral en el calendario, encabece una candidatura, como es el caso del socialista Miguel Ángel Gallardo. Sánchez ha unido su destino a quien supuestamente dio trato de favor a su hermano, David, para crearle una plaza laboral. Gallardo está acusado acusado de tráfico de influencias y prevaricación. Un sector del socialismo extremeño intentó frenar una decisión que les conduce al total descrédito, independientemente de cómo se sustancie el proceso judicial.

Feijóo predice una ventaja de 10 puntos de Guardiola sobre Gallardo

La práctica totalidad de los sondeos apuntan a una brutal caía del PSOE mientras que las otras tres fuerzas políticas con representación garantizada, esto es, PP, Vox y Podemos-IU suben en las encuestas. El pasado viernes Feijóo predijo una ventaja de nada menos que diez puntos a favor de su candidata, María Guardiola. "Es la tierra del PSOE. Si les sacamos esa distancia es que ha habido transferencia de voto", analizó el líder del PP ante un grupo de periodistas para apostillar que las urnas lanzarán "un mensaje clarísimo a Sánchez".

Los cálculos de Génova no difieren de los de Ferraz, preparados para un descalabro que les puede hundir en el entorno de los 20 escaños y unas voces que empiezan a defender la necesidad de que esta misma noche suene la palabra dimisión. No será un resultado del que Pedro Sánchez pueda desentenderse dado su grado de implicación en la campaña. "¡Vamos a ganarles el 21 de diciembre con el voto de los extremeños", dijo en el mitin de cierre con un llamamiento expreso a la movilización de los suyos, más desmotivados que nunca.

El voto por correo prevé una baja participación

No se prevé mucha participación en una consulta en solitario convocada en el arranque de la Navidad, a tres días de Nochebuena. Si algo sirve de termómetro es el voto por correo y es un 49,54% menor que en las autonómicas de mayo de 2023, que entonces coincidieron con las municipales. Se le ha afeado a Guardiola lo intempestivo de la fecha escogida y acusado de buscar una baja participación, dando por hecho que le puede beneficiar.

Sin embargo, siempre hay que contar con un detalle no menor, esto es, la manera en la que a los populares se les hacen demasiado largas las campañas y, con ello, la posibilidad de cometer errores no forzados. Porque convertir el robo de papeletas en manos de unos delincuentes comunes en una maniobra para alterar el resultado electoral no parece la mejor de las estrategias. Al menos, denota un cierto nerviosismo, inexplicable cuando se encabeza los sondeos por un amplio margen, caso de María Guardiola. Hasta Feijóo admite que resulta "opinable" la sobreactuación de la extremeña, pero no cejan en su denuncia respecto a la falta de seguridad en la custodia del voto en las oficinas de Correos.

También le saltó el escándalo por el trato machista del alcalde de Navalmoral de la Mata (Cáceres), Enrique Hueso, pero sobre todo por los intentos de ocultamiento del partido en la localidad, así como los antecedentes penales de su conductor por "coacciones" a su mujer, culminados en una condena de nueves meses ya cumplida. Los socialistas vieron la mejor de las coyunturas tras tragar durante semanas con un rosario de denuncias por acoso entre sus filas. El 'me too' ya no solo les salpicaba a ellos.

Será cosa del análisis postelectoral evaluar hasta qué punto estos contratiempos han podido afectar a los resultados de Guardiola en ausencia de sondeos desde el lunes, al menos públicos. De momento, en el PP hablan de una mayoría suficiente, superior a toda la suma de la izquierda, para aspirar a un gobierno en solitario con permiso de Vox, que podría duplicar sus escaños, pasado de 5 a 10. Hablan de entre 30 y 31 escaños para Guardiola. La mayoría absoluta requiere como poco 33. En el cuartel general popular justifican que "cuando se está muy arriba arañar uno o dos puntos cuesta mucho más".

Los socialistas lo fían todo a que Feijóo y Guardiola vuelvan a quedar en manos de Vox

Los socialistas, por su parte, lo fían todo a que Guardiola y, con él, el propio Feijóo vuelvan a quedar en manos de Vox. Solo ese escenario puede endulzar la debacle y darles artillería para eludir lo que parece un arranque de ciclo electoral lleno de malas noticias para Sánchez. Y con el rescoldo de los resultados de esta noche, a la vuelta de las vacaciones navideñas, arranca la campaña electoral de Aragón del 8 de febrero. El popular Jorge Azcón era reacio a ir a comicios, pero la estrategia genovesa se impuso en un ejercicio de autoridad sobre sus barones inhabitual en Feojóo.

La candidata socialista en Aragón, Pilar Alegría, no llega tampoco a sus autonómicas en el mejor de los momentos. Su fotografía almorzando con el que ya era ex miembro del gabinete de Moncloa Paco Salazar, cesado tras las acusaciones lanzadas contra él por comportamientos machistas y acosos sexuales hacia su subordinadas, le hacen media campaña electoral a los populares aragoneses. Además, le han acusado de tibieza ante las denuncias.

Y a diferencia de otros territorios, Génova aspira a otra aritmética electoral en Aragón. Es difícil, pero hay formaciones regionalistas con las que Azcón podría pactar si le dieran los números para construir una mayoría alternativa que no pase por Vox. Sólo es cuestión de manejar las expectativas.

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