La Policía Nacional ha desarticulado en Santa Cruz de Tenerife, Canarias una secta "destructiva" que operaba bajo una apariencia espiritual y que utilizaba rituales esotéricos, consumo de drogas y un intenso control psicológico para someter a sus adeptos.
Según fuentes policiales, el grupo operaba como si llevara “actividades aparentemente espirituales” pero su verdadero objetivo era “desarrollar actos ilícitos a cambio de importantes prestaciones económicas”. La investigación ha permitido reconstruir cómo los detenidos, bajo una apariencia de espiritualidad, sometían a personas vulnerables mediante el engaño y la inculcación de miedos, en ocasiones de tipo espiritual.
Rituales, sacrificios de animales y drogas
Uno de los pilares del funcionamiento de la secta eran las ceremonias rituales. La Policía explica que durante estos rituales se utilizaban figuras y objetos que representaban a supuestas deidades, a las que se ofrecían sacrificios de animales domésticos. “Los adeptos entregaban importantes cantidades de dinero creyendo que podrían obtener beneficios personales o evitar males de tipo espiritual o enfermedades”, señalan las autoridades.
Estas ceremonias, añaden, no solo tenían un componente simbólico, sino también económico ya que los adeptos debían realizar aportaciones para participar, reforzando así la dependencia y asegurando el beneficio ilícito de los responsables.
Durante los rituales, los detenidos fomentaban el consumo de sustancias peligrosas para la salud, entre ellas estramonio, popper y cocaína. Según la Policía Nacional, el consumo de estas drogas formaba parte del contexto ritual y contribuía a crear un entorno de vulnerabilidad psicológica entre los adeptos, facilitando su sometimiento y “reforzando el control del líder sobre los miembros del grupo”.
“Un control psicológico de extrema intensidad”
El eje central del grupo era el control psicológico. La Policía describe que los líderes seleccionaban a personas con distintas vulnerabilidades y las sometían a “un control psicológico de extrema intensidad” mediante engaños, coacción y inculcación de miedos. En algunos casos, estos temores estaban vinculados con supuestas consecuencias espirituales o enfermedades si no se seguían las indicaciones del líder.
La intensidad del control era tal que, tras abandonar el grupo, varios adeptos han tenido que recibir tratamiento psiquiátrico. “Se trata de un grupo destructivo que causaba un daño real a la salud mental de sus seguidores”, explican los investigadores.

Maltrato animal, asociación ilícita, estafa...
Tras la puesta a disposición judicial, se decretó prisión provisional para el líder de la secta y medidas cautelares para el resto de los detenidos. La Policía advierte que este tipo de grupos son especialmente peligrosos porque, bajo la apariencia de espiritualidad, “manipulan y coaccionan a sus adeptos mientras desarrollan actividades ilícitas a cambio de importantes prestaciones económicas”.
La operación se ha saldado con la detención de cinco personas, cuatro en Tenerife y una en Las Palmas de Gran Canaria, como presuntas responsables de delitos de asociación ilícita, maltrato animal, estafa, lesiones, contra la salud pública y falsedad documental. Tras su puesta a disposición judicial, el líder del grupo ha ingresado en prisión provisional.
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