La fiscal superior de Andalucía, Ana Tárrago, ha reconocido en Granada que los problemas detectados en las pulseras telemáticas de geolocalización utilizadas para proteger a las víctimas de violencia machista siguen siendo motivo de preocupación. Ha reiterado que la gravedad de los fallos es “innegable”, tal y como señalaron las comisiones provinciales especializadas, y ha subrayado que el trabajo para corregir estas incidencias permanece abierto ante su impacto directo en la seguridad de las mujeres.

Sus declaraciones se han producido este viernes durante un encuentro con los medios en el que Tárrago ha recordado que la memoria anual de la Fiscalía Superior correspondiente a 2024 ya había recogido las advertencias trasladadas por distintas fiscalías provinciales. Según ha explicado, las incidencias en los dispositivos no fueron episodios aislados, sino observaciones coincidentes que se discutieron en la Comisión Provincial de Violencia de Género y se elevaron después al Observatorio de Violencia de Género para su análisis en un marco estatal.

Un problema sin resolver

La fiscal superior ha insistido en que las dificultades se originaron tras el cambio de empresa encargada del servicio y que desde entonces “se sigue trabajando” para resolverlas. Ha señalado que la fiabilidad de la geolocalización es un elemento central del sistema de protección y que cualquier alteración en su funcionamiento puede comprometer de forma inmediata la integridad de las mujeres protegidas. Aunque el Gobierno ha minimizado públicamente la gravedad de los problemas, Tárrago ha insistido en que la existencia de fallos y el riesgo asociado no son impresiones subjetivas, sino conclusiones comunicadas por los órganos provinciales especializados en violencia de género.

Ha detallado, además, que Andalucía no ha podido remitir el número de dispositivos afectados por errores técnicos. La sección especializada en Violencia de Género carece de un soporte informático que permita extraer con precisión esos datos, una limitación que ya se ha trasladado a la Fiscalía General del Estado. Tárrago ha subrayado que esta carencia metodológica no impide constatar el problema, pero sí dificulta dimensionarlo.

Atasco en los juzgados de violencia de género

Junto a estas incidencias, la fiscal superior ha revisado las principales novedades del año judicial. Ha destacado la reforma que atribuye nuevas competencias a los juzgados de Violencia de Género, una modificación que, en sus palabras, ha generado “mayor atasco, mayor acumulación de asuntos”, incluso teniendo en cuenta los refuerzos aplicados en las plantillas de la Fiscalía. Ha indicado que este incremento de carga procesal obliga a examinar los flujos de trabajo y a reforzar la coordinación entre unidades para evitar demoras que repercutan en la tutela judicial de las víctimas.

Tárrago ha considerado que el aspecto más grave del ejercicio ha sido el asesinato de catorce mujeres en Andalucía, cifra que sitúa de nuevo a la comunidad como la más afectada por la violencia machista en 2025. Ha sintetizado que cada uno de esos crímenes constituye “un fracaso social” y ha defendido la necesidad de sostener un compromiso institucional estable para mejorar la prevención y la respuesta ante estos casos.

Crimen organizado cada vez más agresivo

Ha abordado también la entrada en vigor de la ley de eficiencia de la Administración de Justicia, que ha introducido cambios procesales, organizativos y tecnológicos. Entre ellos, ha mencionado la implantación del expediente digital y nuevas exigencias en materia de comunicaciones entre órganos. Ha pedido permitir “un periodo razonable” para evaluar cómo se está desarrollando la transición y qué ajustes serán necesarios a medio plazo.

Por último, Tárrago ha alertado del avance del narcotráfico en Andalucía y de la creciente violencia de los enfrentamientos entre organizaciones criminales, así como de sus choques con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Ha afirmado que esta evolución plantea un reto añadido para el sistema judicial, que debe hacer frente a estructuras delictivas “cada vez más complejas y agresivas”.