La ampliación del aeropuerto de El Prat pactada este lunes entre el Gobierno y la Generalitat amenaza con aislar al ejecutivo de Pere Aragonès de sus socios de legislatura: la CUP y los comunes de Ada Colau. Son los dos grupos con los que Aragonès confía en aprobar los primeros presupuestos de su gobierno, para 2022. Pero tanto los antisistema como los comunes han salido en tromba en contra del acuerdo, que ven como una traición de JxCat y ERC.

"El Govern ha traspasado una línea roja" con el acuerdo, advertía este martes la portavoz de la CUP en el Congreso, Mireia Vehí. En términos similares, Ada Colau hablaba de traición a la mesa técnica que durante el último mes ha debatido el proyecto de ampliación y cuestionaba "tanto el fondo como la forma" del acuerdo escenificado en una reunión "discreta" del vicepresident, Jordi Puigneró, y la ministra de Transportes, la catalana Raquel Sánchez.

Un encuentro que ha provocado roces dentro y fuera del Govern. Dentro, porque la filtración, el lunes, del encuentro y el acuerdo, dejó a Aragonès sin el gran anuncio con el que quería poner la guinda al balance del curso político y sus primeros dos meses como presidente de la Generalitat. Fuera, porque tanto los ayuntamientos de Barcelona y El Prat, como las entidades ecologistas que han participado en la mesa técnica auspiciada por la Generalitat con Aena para debatir la ampliación se sienten ninguneados por el acuerdo cerrado entre Puigneró y Sánchez, ambos defensores de la ampliación.

Sin acuerdo sobre la tercera pista

Más allá de las formas, la solidez del acuerdo tampoco ofrece demasiadas garantías. En la nota emitida el lunes por el Ministerio de Transportes se aseguraba que "las dos administraciones coinciden en que para convertir el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat en un hub internacional es necesaria la ampliación de la pista 07R/25L y la construcción de una terminal satélite que dé servicio a los vuelos de largo radio que se operarían gracias al alargamiento".

Desde el Palau de la Generalitat, sin embargo, aseguran que no está decidido que la ampliación de capacidad de El Prat para convertirlo en hub internacional pase por la ampliación de la tercera pista en 500 metros, como defiende Aena. Una ampliación que obliga a invadir el espacio protegido de la laguna de La Ricarda, dentro del delta del Llobregat.

De hecho, Aragonès no cierra la puerta a que la ampliación se sostenga sobre una ampliación del aeropuerto de Girona, como reclamaban tanto ERC como los Comunes y Podemos, para evitar la afectación de La Ricarda. "Dependerá del plan director" apuntaba el martes al ser preguntado por esta posibilidad. "Será el resultado de la discusión técnica sobre el plan director, pero viene trabajo de meses", advertía.

División en el Govern

De hecho, esta es la posibilidad defendida por la consejera de Acción Climática, la republicana Teresa Jordà, que ayer no fue invitada a la reunión en el Ministerio de Transportes. Una ausencia que muchos señalan como muestra de la fractura en el Govern sobre este tema, después de que Jordà se alineara con Ada Colau en defensa de la zona protegida de La Ricarda.

"La posición del Govern es única, está acordada y es la que hemos defendido en el acuerdo con el Gobierno" asegura Aragonès. "En las próximas semanas, cuando se vea que vamos a un trabajo técnico que huye de imposiciones políticas los que tienen recelos se verán reflejados en este proceso de decisión".

Para dejar claro que el proyecto no solo despierta dudas en el ejecutivo catalán, desde la Generalitat señalan al Ministerio de Transición Ecológica y el "sospechoso silencio" de su titular, Teresa Ribera, sobre el proyecto.

Un silencio que la propia Ribera rompía prácticamente a la misma hora, asegurando que la ampliación del aeropuerto Barcelona-El Prat "tiene una exigencia de cumplimiento de las obligaciones ambientales". Eso sí, la vicepresidenta cuarta dejaba claro también que "tenemos un compromiso abierto que debemos cerrar completamente y debemos asumirlo desde el principio".

Bronca con Colau

No lo ve así la alcaldesa de Barcelona. Ada Colau reclamó a Pedro Sánchez y Aragonès que "rectifiquen" y expresó su "sorpresa" y "decepción" por el acuerdo. «Este proyecto prevé aumentar en 20 millones los visitantes y turistas. Son cifras inasumibles para el territorio de Barcelona y Cataluña», alertó la alcaldesa, que pide evitar propuestas que reproducen errores como la «cultura del pelotazo y la especulación».

"He hablado con Colau para explicarle que trabajaremos en el plan director" para garantizar la supervivencia de los espacios naturales, respondió Aragonès. Y le recordó a la alcaldesa que "si los comunes creen que pueden mejorar" el acuerdo "que lo trabajen en Consejo de Ministros, ellos están allí, yo no".

Desde el ejecutivo catalán señalan además que el Ayuntamiento tampoco tiene una posición unánime al respecto. El gobierno local se divide entre la oposición de los comunes y el apoyo sin fisuras del PSC al proyecto.

El apoyo tampoco es unánime en Junts, pese a la firme determinación de Puigneró porque la ampliación salga adelante. Lo han demostrado el ex presidente Quim Torra con un mensaje en sus redes sociales en la que enlaza la decisión con la protección del medio ambiente y el Covid-19.