Pedro Sánchez oficializó este martes lo que todos los independentistas de a pie temían, la concesión de un referéndum sobre la independencia de Cataluña no está sobre la mesa de las negociaciones para su investidura. Un jarro de agua fría sobre las expectativas generadas en los últimos días por JxCat y, sobre todo, ERC. Especialmente tras la resolución aprobada el viernes en el Parlament, en la que ambos partidos se comprometen a no investir a Sánchez si no es a cambio de la promesa de un referéndum.

La sospecha de que esa resolución se quedará en papel mojado la verbalizó poco después el portavoz de la CUP, Xavier Pellicer, cuyos votos se sumaron a los de Junts y Esquerra para salvar la propuesta independentista. Y el silencio de JxCat y ERC a las palabras de Sánchez ha tenido sonora respuesta en el sector más radical del independentismo, que exige romper las negociaciones y forzar nuevas elecciones.

Lo reclama de forma reiterada la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, y lo defendía también la ex consejera Clara Ponsatí. Mientras, el Colectivo 1-O, que agrupa a los críticos de Esquerra, recuerdan a la dirección del partido el lema surgido de 2017: "Ni olvido ni perdón". Una presión que se multiplicará, especialmente sobre Carles Puigdemont, a medida que avance la negociación con el PSOE y se acerque la investidura de Sánchez.

Críticas de Puigdemont

Puigdemont ha empezado a sufrir ya esa presión, que hasta ahora parecía reservada a ERC. En público, por una de sus antaño estrechas colaboradoras y todavía compañera de escaño en el Parlamento Europeo, Clara Ponsatí En una entrevista en Vilaweb advierte que "no hicimos el 1-O para que al cabo de seis años el resultado fuera una amnistía" y cuestiona que los beneficiarios de esa amnistía deban negociarla.

"Dicen que no será una cosa para beneficio personal, pero cuando llega la hora de la verdad las situaciones personales son relevantes" señala Ponsatí, que destaca también el "cambio de discurso" de Puigdemont y rechaza la negociación con el Gobierno. "El independentismo aún no está en condiciones de negociar con España" porque esa negociación servirá "para volver a capturarnos en la política española, de hecho ya hemos vuelto a ella", añade.

La amnistía tampoco convence a la Asamblea Nacional Catalana, cuya presidenta cuestionó el domingo la negociación con el PSOE en el acto organizado por el Consejo de la República. Un cuestionamiento que molestó en la entidad que preside Puigdemont, como reconocía este lunes su portavoz, Antoni Castellà. El también diputado de Junts recordó que el lema del acto era "Defendamos el 1 de octubre: independencia, autodeterminación, amnistía" por lo que no entendía que Feliu asegurara que "no queremos ser un pueblo perdonado y vencido". 

Cae la movilización

A favor de Puigdemont y los grandes partidos independentistas está la escasa movilización demostrada por la ANC en los actos reivindicativos del 1-O. Los de Feliu congregaron apenas a un millar de personas en la marcha de la mañana del domingo. Horas después, el acto liderado por los de Puigdemont elevaba el listón a 4.500 personas. Muy lejos de las grandes movilizaciones del procés.

El castigo de sus fieles empieza a llegar también en las redes sociales, el espacio en el que ha reinado Puigdemont desde su fuga a Bruselas. Este martes, el ex president recordaba el discurso de Felipe VI del 3 de octubre de 2017 para reiterar sus críticas a la Corona. Pero la respuesta llegaba en la mayoría de los casos en forma de ataques por su negociación con el PSOE.

"Mucha crítica pero serás un vil sirviente de Pedro Sanchez y harás presidente al verdugo del 155. Todo a cambio de un perdón. Autonomista!" le recrimina un usuario. Otros expresan su confianza en que la negociación sea solo una treta para afrontar con más fuerza unas próximas elecciones.