Pere Aragonès será ungido este sábado como el próximo candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat. Puede parecer obvio, pero el actual inquilino del Palau de la Generalitat ha visto como se disparaban las especulaciones sobre una eventual candidatura del presidente del partido, Oriol Junqueras, al calor de la amnistía que tramita el Congreso de los Diputados. El Consell Nacional de ERC zanjará este sábado los rumores, dando su aval a Aragonès, aunque la elección formal del candidato se producirá más adelante.

Junqueras fue condenado por el Tribunal Supremo a 13 años de cárcel e inhabilitación por su participación en el 1-O. El Gobierno indultó la pena de prisión, pero no la inhabilitación, de la que quedará exonerado cuando entre en vigor la Ley de amnistía. Pero las dudas sobre le calendario de aplicación de la ley han llevado a Esquerra a optar por aclarar el debate y frenar unas especulaciones que debilitan la candidatura de Aragonès, ha avanzado El Periódico este jueves.

El actual presidente de la Generalitat tendrá que someterse a unas primarias con la militancia del partido cuando se oficialice la convocatoria electoral, pero con Junqueras descartado, su elección como candidato republicano parece más que garantizada.

Calendario electoral

El propio Aragonès ha insistido en todas sus comparecencias en que su intención es agotar el mandato hasta febrero de 2025. Pero la debilidad de su Govern, con los escasos 33 diputados de ERC en el Parlament como único apoyo, harán difícil cumplir ese objetivo. De hecho, todos sus futuros rivales trabajan con la previsión de elecciones e próximo otoño, tras la convocatoria de las elecciones al Parlamento Europeo.

Entonces tanto Junqueras como el resto de los implicados en el 1-O deberían haberse beneficiado de la amnistía, que el PSOE confía en aprobar en el Congreso antes de que concluya este periodo de sesiones. Pero los previsibles recursos de los jueces que tendrán que aplicarla en última instancia, tanto al Tribunal Constitucional como al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, hacen que los plazos puedan alargarse de forma indeterminada.

En este contexto, Aragonès mantiene la presión sobre socialistas y comunes para aprobar los presupuestos de la Generalitat para 2024, que le permitan manejar el calendario electoral sin presiones. El socialista Salvador Illa insiste en reclamar previamente el complimiento de los acuerdos cerrados en 2023, pero parece improbable que pueda sustraerse a las presiones del PSOE -que depende de ERC en el Congreso- para aprobar esas cuentas.