Carles Puigdemont anunciará el próximo jueves, en el Ayuntamiento de Elna (Francia) una candidatura a la presidencia de la Generalitat que tanto en su partido como fuera de él todos dan por segura. Desde el secretario general de Junts, Jordi Turull, a su abogado de cabecera, Gonzalo Boye. Ambos han dejado claro en los medios que Puigdemont no sólo se va a presentar, sino que además tiene intención de escenificar un regreso a España a medida de la campaña electoral.

Será la tercera candidatura liderada por Puigdemont desde que huyó a Bélgica en 2017 -como no cesan de repetir desde ERC para restar empuje a su cartel- una candidatura en la que prácticamente no quedan vestigios de la lista de fieles con la que concurrió entonces. El proceso de reestructuración vivido por el partido desde el congreso de 2020, en el que Laura Borràs y Turull asumieron las riendas del partido, ha supuesto la toma de prácticamente todas las posiciones de poder por los antiguos cuadros convergentes.

Desde la ejecutiva del partido a cargos institucionales como la presidenta del Parlament, Anna Erra, el portavoz, Josep Rius, el líder en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, o el del Parlament, Albert Batet, todos los cargos de relevancia llevan el sello de Convergencia. Sin que eso impida que todos ellos guarden estricta fidelidad al líder de Waterloo, él mismo formado políticamente en el partido que fundó Jordi Pujol.

Lista a medida

Sin embargo, ninguno de ellos estaba entre los preferidos por Puigdemont cuando el ex president exigió -y obtuvo- manos libres para elaborar la lista electoral en 2017, afrontando unas elecciones decisivas en las que volvían a competir con Esquerra tras la breve coalición e Junts pel Sí.

Entonces Puigdemont escogió al ex presidente de la ANC, Jordi Sánchez, como número dos, y a la ex consejera Clara Ponsatí para el tres de la lista sufragada por los recursos y derechos electorales del PDeCat, heredero de CDC. El primer ex convergente era Turull, en el número cuatro por Barcelona, seguido por Borràs.

En los diez primeros puestos tras Puigdemont había seis independientes: el ex director de RAC1 Eduard Pujol, la activista Aurora Madaula y Quim Torra, que se convertiría en president tras los intentos fallidos del propio Puigdemont y Turull. En puestos de salida se encontraban también Josep Costa -que se convertiría en la voz de Puigdemont en la Mesa del Parlament- o Francesc de Dalmases, mano derecha de Borràs.

Las listas de las otras tres circunscripciones también iban encabezadas por independientes escogidos por el ex president: Gemma Geis en Girona, Eusebi Campdepadrós en Tarragona y Josep Maria Forné en Lleida.

Estrellas fugaces

Seis años después, Torra disfruta delas ventajas de la ex presidencia criticando desde Girona el acuerdo de amnistía con el PSOE, que tacha de rendición, igual que Costa. Jordi Sánchez ha regresado a la Sindicatura de Greuges, y Campdepadrós a la docencia. Ponsatí, por su parte, prepara una nueva marca electoral para competir con Puigdemont el 12M.

También ha abandonado la política el abogado Jaume Alonso-Cuevillas, que se incorporó en las listas de 2021 por deseo expreso de Puigdemont, tras formar parte de su equipo jurídico. Hace apenas unas semanas anunció su renuncia al escaño para regresar a su despacho profesional. Una salida que coincide con la progresiva marginación del sector borrasista, al que pertenece Cuevillas. También es miembro de ese sector Cristina Casol, otra independiente incorporada en 2021 que ha sido expulsada del Grupo de Junts y se sienta como diputada no adscrita junto al ex diputado de Vox Antonio Gallego.

Otro de los miembros destacados del núcleo e Borràs es Francesc de Dalmases defenestrado de la vicepresidencia del partido tras ser denunciado por acoso a una periodista de TV3. O Aurora Madaula atrincherada en la Mesa del Parlament pero enfrentada a la presidenta Anna Erra que le pidió, con pleno apoyo del partido, que abandonara el gobierno de la Cámara tras acusar a sus compañeros de filas de machistas.

Listas en Cataluña y Bruselas

Ambos ocupan puestos de salida que, como los de Geis -ahora regidora del Ayuntamiento de Girona- Forné y todos los mencionados anteriormente pueden servir para dar entrada en la candidatura de Junts a nuevos miembros del entorno más próximo del president.

Sin olvidar que en las próximas semanas se decidirá no sólo la lista de Junts al Parlament, sino también la candidatura a las europeas, en la que algunos de los más próximos colaboradores del president podrían tener especial interés. El acta de europarlamentario es un excelente freno a las actuaciones de la justicia española, dadas las dificultades que entraña la petición del suplicatorio al Parlamento Europeo, como ha demostrado Puigdemont en los últimos años.

Un dato no menor para nombres como Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina de President de la que sigue disfrutando Puigdemont, e investigado precisamente por los pagos de viajes personales a cuenta de esa oficina. Está por ver también cual será el destino de Toni Comín, fiel escudero de Puigdemont en Waterloo durante estos años, que ha sido uno de los grandes defensores de una amnistía que le permitiera regresar a España, y según algunas fuentes aspira a volver a la política catalana.