Confirmada la candidatura de Carles Puigdemont a la presidencia de la Generalitat, ERC pasa al ataque. Fuentes republicanas acusaron este jueves los reproches hacia el partido de Oriol Junqueras que trufaron el discurso con el que Puigdemont anunció desde Franca que concurrirá a las próximas elecciones catalanas. Y respondieron con sus sus propias condiciones para un reencuentro de los partidos independentistas: apoyo a la propuesta de financiación singular presentada esta semana por Pere Aragonès y el compromiso de apoyar su investidura si se impone en el bloque independentista.

"Los retos que tenemos delante solo los podemos encarar si recuperamos la fuerza de la unidad" advertía Puigdemont desde Elna, pese a reconocer que "la lista unitaria tiene poderosas resistencias y vista la precipitación de la convocatoria no disponemos de tiempo para vencer estas resistencias". Pero su apelación a la unidad no evitó los reproches a ERC.

Tanto por la falta de concreción de la mesa de diálogo entre gobierno y Generalitat auspiciada por los republicanos "no sé cuantas veces se ha reunido" ironizaba sacando pecho de su negociación en Suiza, con mediador incluido. Como por la propuesta de financiación autonómica: "el bla bla bla del modelo de financiación no les hace ni cosquillas", aseguró, convencido de que si el Gobierno ha renunciado a presentar los Presupuestos Generales "es porque sabía que no aceptaríamos unas cuentas que no reviertan el expolio".

Puigdemont abundó a lo largo de la conferencia en la supuesta entrega de ERC a los socialistas, aunque sin mencionarlos, para concluir que "nosotros no nos hemos casado con el PSOE, no tenemos un idilio con las izquierdas españolas, nuestra prioridad es Cataluña".

Estrategia de ERC

Desde Esquerra le devuelven la pelota, recordando que fueron los primeros en apostar por la amnistía y quienes desbrozaron el camino para la negociación con el PSOE. "Celebramos que la estrategia de la negociació dé frutos" apuntan fuentes republicanas, que destacan sin embargo que "el final de la represión no es completo" porque todavía hay independentistas inhabilitados. Entre ellos el propio Junqueras, un modo de recordar los costes del 1-O para quienes se quedaron en España.

Aluden también a quienes siguen a la espera de juicio, como los dirigentes de ERC Josep Maria Jové, Natàlia Garriga y Lluís Salvadó, que confiaban en ver el juicio suspendido por la amnistía, cosa que imposibilitó la dilatación de las negociaciones desde Junts.

En este contexto, desde ERC se felicitan porque "el centro derecha independentista ya tenga candidato" y porque "ahora también apueste por el referéndum pactado", una vía que el propio Puigdemont rechazaba hasta que sus siete diputados en el Congreso se convirtieron en indispensables para el PSOE.

Lista unitaria

Los republicanos cuestionan además la voluntad unitaria de los de Puigdemont tras haber "abandonado el Govern del 52%" o votar en contra de los últimos presupuestos de la Generalitat. Aunque, por supuesto, se manifiestan "encantados" de explorar vías para reconstruir los puentes entre ambos partidos. Puentes tan inexistentes en la actualidad que las negociaciones para la amnistía han pivotado sobre el PSOE, porque no había líneas de comunicación entre Junts y ERC.

Eso sí, Esquerra pone condiciones a ese diálogo con Junts. Primero reclaman que los de Puigdemont demuestren su voluntad conciliadora apoyando la propuesta de financiación singular para Cataluña que el Govern aprobó esta semana, y que ha recibido un sonoro portazo tanto del Gobierno como de Junts.

Reclaman además que "dejen claro" si están dispuestos a volver a investir a Aragonès "o seguirán priorizando pactos con otros actores". Lo hacen tras recordar que esta será la tercera vez que Puigdemont encabece la candidatura de Junts a la Generalitat. "Le deseamos lo mejor y que el independentismo pueda conseguir un buen resultado" concluyen.