La gran patronal catalana, Foment del Treball, ha entrado este martes en campaña con una petición que es ya un clásico de las campañas catalanas: rebajas fiscales. El presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, ha lamentado que los catalanes viven “en un infierno fiscal” que resta atractivo a Cataluña. Por ello Foment propone 80 medidas que incluyen la supresión del Impuesto de Patrimonio y hasta cinco de los 11 tributos propios creados por los sucesivos gobiernos catalanes.

Un discurso que entronca directamente con el del PP en Cataluña. Tanto Alberto Núñez Feijóo como su candidato en Cataluña, Alejandro Fernández, han denunciado el "infierno fiscal" catalán y alinear el modelo fiscal catalán con el de las comunidades gobernadas por el PP. En su análisis, Foment señala constantemente las distancias entre la fiscalidad que soportan los catalanes y la de Madrid.

Cataluña, a la cola

Foment se remite al indicador de Presión Fiscal Normativa elaborado
por el Instituto de Estudios Económicos, que sitúa a Cataluña a la cola en el ranking autonómico por fiscalidad. Considerando la UE como base 100, y con España en su promedio situada en 110 puntos, "Madrid obtendría una presión fiscal normativa de 87,6 puntos, siendo la más favorable, seguida por las tres provincias del País Vasco, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, con 88,9, 89,8 y 92,9 puntos respectivamente. Son los únicos cuatro territorios españoles que presentan mejores resultados que el promedio de la Unión Europea" señala Foment.

Por su parte, el peor resultado se da en Cataluña, donde el índice se elevaría hasta los 134,5 puntos. De ello cabe inferir "que Cataluña muestra una fiscalidad mucha más elevada en el contexto autonómico español, y que debería de modificarse para mejorar su competitividad fiscal" concluye el estudio de Foment.

Manuel Silva, coordinador del estudio, reclamaba avanzar hacia un "equilibrio entre la aportación fiscal de las familias catalanas y las prestaciones y los servicios públicos que reciben". Para ello propone que tanto el sistema tributario general como las distintas figuras impositivas en particular, sean más respetuosas con los principios de justicia tributaria y no confiscatoriedad, garantizando el equilibrio entre la carga tributaria y la capacidad económica de los contribuyentes.

Suprimir Patrimonio

Las medidas propuestas por Foment incluyen mejoras en la gestión tributaria para garantizar la recaudación, pero mantienen el objetivo prioritario de los últimos años: la supresión "definitiva" del Impuesto sobre el Patrimonio y figuras análogas. Una figura que consideran "arcaica" y "confiscatoria" contra la que están dispuestos a recurrir a todas las instancias civiles "sea civil, penal o criminal", ha ironizado Sánchez Llibre, hasta llegar al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

El análisis de Foment señala también el peso del IRPF en Cataluña, con los tipos marginales más elevados del conjunto de las comunidades autónomas tanto para las rentas altas (52%) como para las bajas (21,5%). Así, proponen reducir los tramos de su tarifa y, como mínimo, deflactarlos para recoger el efecto de la inflación, además de reincorporar la deducción fiscal del 15% para los gastos sanitarios, incluyendo los gastos de gimnasios, y recuperar la desgravación por los intereses de las hipotecas para la adquisición de la vivienda habitual.

Igualmente proponen recuperar la deducción fiscal del 15% para la rehabilitación de viviendas. Esta deducción no discrimina por el sistema de acceso en función de si se compra o se alquila. Adicionalmente, favorece la sostenibilidad del parque de viviendas en aspectos tales como la eficiencia energética.

Transmisiones Patrimoniales

Foment reclama también una rebaja del Impuesto de transmisiones patrimoniales, en el que Cataluña vuelve a situarse con los tipos más altos de todo el Estado. El tipo general de las transmisiones patrimoniales onerosas sobre bienes inmuebles urbanos es del 10% hasta el 1.000.000 de euros, y del 11% a partir de ese importe.

En su propuesta, la patronal reclama al Gobierno que legisle un tipo máximo del 7% que podrá ser modificado a la baja por la Comunidad Autónoma que así lo desee. Además de una rebaja suplementaria si se trata de vivienda habitual, con un tipo máximo en torno al 4%, considerando las dificultades existentes para adquirir una vivienda.

El estudio advierte, en este sentido, que la rebaja no supondrá un perjuicio para las arcas autonómicas porque facilitará las transmisiones inmobiliarias. Y vuelve a poner como ejemplo Madrid: El periodo de rotación de una vivienda en Madrid es de 32.5 años, mientras que en Barcelona es de 46. Eso significa que la mayor rotación de Madrid compensa un 87% de la diferencia de tipo de gravamen.

Cataluña también tiene el tipo más alto de España en Actos Jurídicos Documentados (AJD), con un 1,5% frente al 0,5% que soporta Madrid que Foment fija de nuevo como objetivo. En el caso catalán esa tasa sube al 2% para todas aquellas escrituras públicas que graven préstamos o créditos hipotecarios cuyo sujeto pasivo sea el prestador y, nuevamente aumentado hasta el 2,5% en todas aquellas escrituras públicas en las que se produce inversión de sujeto pasivo de IVA.

Impuestos propios

Foment propone además suprimir cinco de los 11 impuestos propios creados por los sucesivos gobiernos catalanes, de los que cuestiona tanto la recaudación finalmente lograda frente a los costes de gestión que generan como el aumento de burocracia que generan para las empresas. Un punto en el que coinciden también los socialistas catalanes.

Cataluña es, de nuevo, la comunidad con más impuestos propios. Foment propone suprimir el Impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos, Impuesto sobre instalaciones que inciden en el medio ambiente, Impuesto sobre bebidas azucaradas, Impuesto sobre la emisión de óxidos a la aviación comercial, y el Impuesto sobre los activos no productivos de las personas jurídicas, mas conocido como Impuesto a los bienes de lujo.