La Comunidad de Madrid ampliará el uso de patios y bibliotecas en colegios públicos a partir del próximo curso 2025/2026, permitiendo el acceso vespertino a estos espacios tanto a alumnos matriculados como a otros niños de la misma localidad.

Según informa Europa Press, la iniciativa, anunciada por la presidenta Isabel Díaz Ayuso durante el balance de legislatura, busca convertir las instalaciones educativas en "una prolongación de las calles del barrio" para actividades deportivas, estudio y socialización.

Así lo anunciará este miércoles la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, durante la presentación del balance del Gobierno en el ecuador de la XIII Legislatura 2023/2027.

El programa, denominado Patios abiertos, se implementará en colaboración con los ayuntamientos, responsables últimos de gestionar los horarios y recursos. Los consistorios recibirán ayudas económicas regionales para contratar personal que supervise el acceso, garantice la seguridad y controle que los usuarios tengan edades similares a las del alumnado del centro. 

Esta medida permitirá, por ejemplo, que un niño de Usera juegue al baloncesto en el patio de un colegio de Carabanchel o que adolescentes de Latina estudien en bibliotecas escolares de Chamberí tras finalizar las clases.

La apertura se extenderá también a periodos no lectivos, como vacaciones de Navidad o Semana Santa, y supondrá un avance en la conciliación familiar. Según datos del Gobierno regional, el 70% de los municipios madrileños carece de suficientes zonas verdes o instalaciones deportivas accesibles, lo que convierte a los patios escolares en alternativas estratégicas. 

La decisión llega tras años de reivindicaciones vecinales, incluyendo el incumplimiento de acuerdos como los Pactos de la Villa de 2020, que ya planteaban esta posibilidad.

Aunque la medida ha sido bien recibida por asociaciones de padres, persisten desafíos logísticos. Carolina Pulido, concejala de Más Madrid, recordó que en 2022 solo siete de 174 colegios contaban con sombrajes adecuados para olas de calor, un problema que deberá abordarse para garantizar el confort térmico. 

Además, la coexistencia con el nuevo decreto de jornada partida —que establece horarios lectivos de mañana y tarde— exigirá coordinación para evitar solapamientos.

Con una inversión inicial no cuantificada, el proyecto refleja la apuesta regional por modelos educativos integrados en el entorno urbano. Mientras las bibliotecas amplían su rol como espacios de estudio comunitario —siguiendo el precedente de horarios extendidos en época de exámenes—, los patios se redefinen como ámbitos de convivencia intergeneracional, un concepto piloteado en 2018 con proyectos de reformas en colegios como el Valle Inclán o el Vázquez Díaz. 

La iniciativa, que podría replicarse en otras comunidades, marca un punto de inflexión en la concepción de la infraestructura educativa como bien público multifuncional