La falta de innovación es el mal endémico de la banca a nivel mundial. Esa es la principal conclusión que se extrae del último informe del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) sobre las Fintech: Digital Banking Manifesto: The End of Banks? (Manifiesto de la banca digital: ¿El final de los bancos?). El documento lamenta la “falsa innovación” que han intentado llevar a cabo los bancos sin mucho éxito. Simplemente han centrado su apuesta en mejorar sus interfaces, sus oficinas, su imagen… para parecer más modernos, pero se trata simplemente de gestos estéticos, asegura el informe, que no han ido acompañados de un cambio de fondo, por lo que mantienen sistemas de gestión anticuados que se han quedado obsoletos.

Y ahí es donde entran en juego las Fintech: startups que han sabido ver este vacío y que ofrecen nuevos servicios financieros a través de la tecnología. Con una inversión en este tipo de compañías que no paran de crecer, el MIT perfila un futuro sin bancos que no anda nada lejos. ¿Las causas? La falta de innovación se debe a la escasa competencia que ha existido tradicionalmente en el sector de la banca, lo que a su vez ha repercutido en unos servicios de atención al cliente cada vez más insatisfactorios.

La apuesta es el Banco de las Cosas, una especie de aplicación bancaria del Internet de las Cosas

Para salir de esta situación, el informe del MIT apuesta por un futuro protagonizado por el Banco de las Cosas, una especie de aplicación bancaria del Internet de las Cosas que permita a los servicios de atención al cliente de los bancos dar una respuesta automática a las necesidades de sus usuarios. Así, por ejemplo, si a un cliente se le ha estropeado algo en su casa casa, el banco recibe una notificación y así puede recomendar automáticamente empresas, presupuestos, ofrecer posibilidades de financiación, etc. Todo ello, apuntan, conduciría a un futuro en el que los bancos puedan incorporar un ecosistema de servicios y compañías que no tiene nada que ver con la banca pero que les permitiría ofrecer un mejor servicio a cliente.

El informe va más allá y establece una serie de mínimos que debería ofrecer la banca digital del futuro desde tres perspectivas diferentes. Desde el punto de vista del consumidor, las claves pasan por ofrecer una experiencia holística, completamente digital y totalmente personalizada además de poder realizar todas las gestiones a través de los móviles e implementar la biometría. Desde el punto de vista del inversor, entre los requerimientos se encuentra la necesidad de monetizar sus funcionalidades y captar nuevos flujos de ingresos a través de las ventas digitales, los soportes multicanal, el Smart Big Data o aplicaciones de monedero digital. Por último, desde el punto de vista de la banca, los ítems básicos para poder apostar por este nuevo modelo son el análisis de datos avanzado, la inteligencia artificial y la garantía de la seguridad y la discreción.

Ante este panorama, el informe apuesta por la aparición de todo un nuevo ecosistema financiero, dominado por la banca digital y monedas virtuales y en el que las innovaciones transformarán por completo las relaciones entre los bancos y los clientes. A pesar de los retos, para el MIT el éxito en el futuro más cercano pasará por lo que llama “banca invisible”: la habilidad de almacenar dinero sin irrumpir de forma molesta en la vida del usuario, integrándose en ella a través de las nuevas tecnologías.