El cuerno de rinoceronte fabricado en el laboratorio es el último invento para salvarlos de la extinción. Varias empresas de biotecnología están desarrollando réplicas indistinguibles de las originales para combatir la caza furtiva. Su intención es inundar el mercado hasta que los precios se desplomen y el interés por el natural caiga en picado.

Un kilo de cuerno de rinoceronte alcanza en el mercado negro el precio desorbitado de 60.000 euros. La medicina tradicional asiática le atribuye absurdas propiedades afrodisiacas y curativas. Según la leyenda purifica el hígado, cura la malaria y palía la fiebre. Su comercio internacional se prohibió en 1977, sin embargo la demanda es alta, sobre todo en Vietnam desde que se difundió el bulo de que cura el cáncer.

“Tomar cuerno de rinoceronte tiene los mismos efectos que comerse las uñas”, señala a El Independiente el biólogo Luis Suárez, de la organización conservacionista WWF. Está compuesto de queratina, la proteína que constituye las uñas, el pelo y la piel. A diferencia del de los bóvidos el cuerno de rinoceronte no está conectado al esqueleto, sino que tiene sus raíces en la piel de la nariz.

Cuerno de rinoceronte fabricado en el laboratorio

Cuerno de rinoceronte fabricado en el laboratorio Pembient

La empresa estadounidense Pembient utiliza impresoras 3D para crear los cuernos bioartificiales. Han impreso prototipos en miniatura usando queratina producida por levaduras modificadas con genes de rinoceronte. El resultado son cuernos con la misma densidad y dureza que los naturales. Calculan que en 2022 tendrán listas las réplicas de tamaño real.

Su intención es venderlos muy por debajo del precio del original para que todo aquel que lo desee pueda acceder al codiciado material. "El mercado ilegal de cuerno de rinoceronte está inmerso en una burbuja especulativa", asegura Matthew Markus, fundador del compañía. Considera su réplica una alternativa ética, legal y sostenible. Tanto es así que quiere ampliar su catálogo y reproducir otros falsos remedios, como las escamas de pangolín o los huesos de tigre. "Aspiramos a colaborar con las organizaciones conservacionistas bajo la supervisión de los reguladores", subraya, consciente de la polémica que suscita su producto.

El mercado negro está inmerso en una burbuja especulativa

Por su parte, la compañía Ceratotech está haciendo crecer queratinocitos de rinoceronte, es decir, las células que producen la queratina, a partir de células madre en una estructura con forma de cuerno. Otras cuantas empresas que anunciaron hace un lustro sus planes para fabricar cuerno bioartificial de rinoceronte, como Rhinoceros Horn LLC,  han desistido en su empeño de imitar a la naturaleza.

A las organizaciones conservacionistas no les convence el invento. “No resuelve la raíz del problema, que es la demanda”, argumenta Suárez. Está de acuerdo con ellos la organización Flora y Fauna Internacional, que opina que el invento incentivará la caza de rinocerontes: “La disponibilidad de una versión sintética más barata amplificará la demanda del original”. De hecho, “actualmente el 90% de los cuernos de rinoceronte en circulación son falsos, sin embargo la caza furtiva sigue en aumento”, comentan desde Save the Rhino International. Este año el rinoceronte del zoo de Thoiry, cerca de París, apareció muerto y sin cuerno. Es la primera vez que sucede algo así en un zoológico europeo.

Consideran su réplica una alternativa ética, legal y sostenible

“Inundar el mercado con un sucedáneo es perpetuar la creencia en sus falsas propiedades curativas”, añade el activista de la WWF. "La producción de cuerno sintético fomenta su pretendido valor medicinal, aunque no existan evidencias científicas que lo sustenten. Si el real no funciona, por qué el alternativo va a ser efectivo?”, coincide en su reproche International Rhino Foundation.

Desde el lanzamiento de su producto en 2014 Pembient ha ido modificando sus alianzas para no fomentar la creencia en sus propiedades mágicas. Canceló su colaboración con una marca de cosmética vietnamita para añadir polvo de cuerno de rinoceronte en cremas faciales y a un perfume (vídeo). También anuló la alianza con una empresa china para fabricar cerveza con cuerno. A día de hoy la marca anuncia el cuerno de laboratorio como un materia prima para hacer objetos de lujo.

https://youtu.be/BQHnZfW6538

Existen cinco especies de rinoceronte. Dos en África: el blanco y el negro; y tres en Asia: el de Sumatra, el de Java y el indio. De las cinco, dos se encuentran en peligro crítico: el rinoceronte de Java (quedan aproximadamente 60 ejemplares) y el rinoceronte de Sumatra (menos de 100). El rinoceronte indio se ha recuperado y estabilizado desde que a principios del siglo XX su población disminuyese hasta los 200 ejemplares. Actualmente se calcula que existen cerca de 3350. El censo de rinocerontes negros es de algo más de 5000 individuos; mientras que el de los blancos supera los 20.000, de los que cerca del 80% se localiza en Sudáfrica.

En Sudáfrica mueren tres rinocerontes al día abatidos por furtivos

Allí mueren tres rinocerontes al día abatidos por furtivos. El año pasado fueron 1054, una cifra ligeramente menor de los 1215 muertos en 2014 y muy superior a los 13 de 2007. El comercio interior con este material se prohibió en 2008, tras lo cual se dispararon las cifras de muertes por cazadores furtivos. Ante el fracaso de la medida el pasado mes de abril el Tribunal Constitucional anuló el veto.

La gran subasta de cuernos de granja

La anulación ha venido de perlas a los ganaderos de rinocerontes, que han ido acumulando durante años los cuernos que han cortado a sus animales. Lo hacen para disuadir a los cazadores. Como el pelo, les vuelve a crecer y en 3 ó 4 años ya tienen un nuevo cuerno. Estos empresarios poseen el 28% de los rinocerontes del país. John Hume es el mayor ganadero de rinocerontes del mundo. Cuando se jubiló en los noventa inició su granja que hoy alberga 1500 ejemplares. Durante la prohibición del comercio nacional, sus animales fueron objetivo recurrente de los furtivos. Hace unas semanas subastó 6 toneladas de cuernos para recaudar fondos para continuar cuidando de los animales. Es la primera subasta tras la despenalización y otra polémica solución para evitar la muerte de estos ungulados.

La amputación del cuerno no es la única causa de la masacre de rinocerontes. Se están quedando sin espacio donde vivir. Los humanos lo ocupamos y transformamos con cultivos, viviendas o infraestructuras, como carreteras y presas. Como consecuencia las poblaciones de rinoceronte quedan arrinconadas y aisladas. Son escasos los pasillos verdes que permiten a los animales desplazarse de un territorio a otro. La situación está tan al límite del desastre que para reunir rinocerontes hay que recurrir a métodos extravagantes como transportar sus varias toneladas de peso colgando de un helicóptero. Ved para creer: