Investigadores españoles, ingleses y estadounidenses han identificado a un dinosaurio en el Estado de Utah (Estados Unidos) que hasta la fecha sólo se había localizado en Europa. Se trata de un dinosaurio saurópodo -cuadrúpedo, con el cuello y cola largos y el cráneo pequeño..

Su particularidad consiste en que es un descendiente de los saurópodos Turiasaurios de Europa, grupo definido a partir del hallazgo del “gigante europeo“ Turiasaurus riodevensis en Riodeva (Teruel, España). La relación del nuevo dinosaurio con Turiasaurus permite postular la presencia de un puente intercontinental que uniría al continente norteamericano con el europeo hace aproximadamente 139 millones de años.

El nombre del nuevo dinosaurio, Mierasaurus bobyoungi, está dedicado al primer científico europeo que exploró Utah y que realizó el primer mapa de ese territorio en el siglo XVIII, el cántabro Bernardo de Miera y Pacheco, y al geólogo norteamericano Robert Young, quien interpretó correctamente el Cretácico Inferior de la región de Utah, Colorado, Arizona y New Mexico.

 

Los fósiles recuperados -del cráneo, dientes, vértebras del cuello, dorso y cola, huesos de las cinturas escapular y pélvica, y huesos de sus extremidades delanteras y traseras, incluidos de las manos y de los pies-- permiten afirmar que el ejemplar con el que se ha definido Mierasaurus se trata del dinosaurio saurópodo más completo conocido del Cretácico de Norteamérica. La longitud de Mierasaurus, estimada entre 10 y 12 metros, es mucho menor que la de sus parientes europeos que podrían superar los 25 metros de longitud.

El ambiente interpretado para el yacimiento de Mierasaurus sería el de una planicie con charcas, similares a ciénagas, y con escasa vegetación formada por equisetos y helechos.

Yacimiento

El hallazgo ha tenido lugar en el yacimiento denominado Doelling's Bowl, identificado por el paleontólogo del Estado de Utah James Kirkland, en 1991. Se encuentra en la parte inferior del Miembro Yellow Cat, situado en la base de la Formación Cedar Mountain. Su edad es Cretácico Temprano y, a la espera de los resultados de un trabajo en curso, su antigüedad se estima en unos 130-135 millones de años.

La edad geológica y el gran interés potencial de los restos de esqueletos de dinosaurios que de allí proceden se reconocieron en 2006, año desde el que se realizan excavaciones sistemáticas. Los fósiles de dinosaurios saurópodos presentados en este trabajo se encontraron en el año 2010.

El equipo de excavación, liderado por el Dr. Kirkland, del Utah Geological Survey, descubrió y preparó dos ejemplares de saurópodos, uno de ellos muy completo, incluido el cráneo.

Durante 2016 y 2017, se procedió a la descripción y comparación de los nuevos restos por parte de un equipo multidisciplinar internacional compuesto por los doctores Rafael Royo-Torres, Alberto Cobos y Luis Alcalá, de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis; Paul Upchurch, del University College London (Reino Unido); James Kirkland y Donald D. DeBlieux del Utah Geological Survey (Estados Unidos) y John Foster del Museo de Moab (Utah).

De Europa América

El estudio indica que ninguno de los más de 430 ejemplares de saurópodos documentados en los yacimientos americanos del Jurásico Superior pertenece al grupo de los turiasaurios. Estos se encontraban bien representados en esa edad solamente en Europa, el Turiasaurus y Losillasaurus, en España, y Zby, en Portugal.

El hallazgo de turiasaurios en el Cretácico Temprano de Utah en yacimientos mucho más modernos desde el punto de vista geológico que los europeos, permite inferir que representantes de este grupo de saurópodos primitivos se desplazó después del Jurásico Tardío, probablemente entre hace 145 y 130 millones de años, desde Europa a Norteamérica a través de un puente intercontinental.

Este evento, según indican los datos geológicos documentados, se debió a que el nivel del mar entre ambos territorios descendió lo suficiente como para poder migrar a través de nuevas tierras emergidas.