El pasado 28 de mayo nacía Beto, una cría de hipopótamo en el zoológico de Guadalajara, México. Solo hace unos días que el público a podido ver al pequeño animal (de 56 kilos) y ya se ha convertido en toda una atracción del parque.

Con apenas seis semanas de edad, el hipopótamo permanece constantemente al lado de su madre, Gina, también nacida en este parque. Es inquieto, atrevido e intenta moverse solo por el agua, siempre bajo la supervisión de su madre, aseguran desde el zoológico.

Los hipopótamos son una especie con piel gruesa, además de que tienen párpados transparentes y pueden cerrar sus fosas nasales y oídos para sumergirse hasta 20 minutos bajo el agua sin respirar. Sus ojos, oídos y nariz están alineados para quedar en la superficie mientras el resto del cuerpo está sumergido.

Por el momento, madre e hijo viven separados del padre, Tartufo, ya que sus cuidadores decidieron que sería mejor para que vivan con espacio, se conozcan y se sientan tranquilos. El pequeño hipopótamo ha sido bautizado como Beto, en honor a uno de sus cuidadores, aunque es probable que le cambien el nombre muy pronto.