El astigmatismo afecta al 38% de la población, según el Estudio de la Visión en España 2025 de Clínica Baviera. En el 91% de los casos, se asocia a miopía o hipermetropía, lo que puede dificultar su detección. Por ello, los oftalmólogos de Clínica Baviera resaltan la importancia de los exámenes visuales periódicos.

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La edad media de detección es de 24 años. Los síntomas varían, siendo el principal la visión borrosa o distorsionada tanto de objetos lejanos como cercanos, y dificultad para percibir pequeños detalles, como indica la doctora Clara Martín, oftalmóloga de Clínica Baviera. Si el astigmatismo se combina con hipermetropía, pueden aparecer fatiga visual, enrojecimiento, picor, escozor, dolor de ojos, sensación de arenilla, mareos y dolores de cabeza por el sobreesfuerzo ocular. Si experimenta estos síntomas, se recomienda visitar al oftalmólogo.

Diagnóstico y soluciones para el astigmatismo

Según informa Europa Press, el astigmatismo es un problema de refracción donde la luz se enfoca en más de un punto de la retina. Esto ocurre por ligeras irregularidades en la córnea. Un astigmatismo bajo puede pasar desapercibido si hay otro defecto visual más acusado que empeora los síntomas. Además, la visión borrosa suele acentuarse de noche o con baja luminosidad, provocando halos o destellos alrededor de las luces y fatiga visual.

El diagnóstico es sencillo y fiable mediante un examen oftalmológico estándar con pruebas de refracción. En la misma consulta se determina la causa y la graduación. El tratamiento busca corregir la refracción para una visión nítida. Se pueden usar gafas o lentes de contacto tóricas, o recurrir a la cirugía refractiva, ya sea con láser (moldeando la córnea) o con lente intraocular (implantando una lente tórica). En ambos casos, pueden corregirse simultáneamente otros problemas refractivos como la miopía o la hipermetropía.

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