Investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y la Universidad de Aarhus (Dinamarca), han conseguido, tras décadas de trabajo, poder documentar que el nóctulo grande (Nyctalus lasiopterus), el murciélago más grande de Europa, es capaz de localizar, perseguir, capturar y consumir pequeñas aves en pleno vuelo nocturno.
“Sabíamos que el nóctulo grande captura y consume sus presas habituales en vuelo, así que asumimos que hacía lo mismo con los pájaros, pero necesitábamos demostrarlo”, afirma Carlos Ibáñez, investigador de la EBD-CSIC.
No ha sido fácil para estos científicos llegar hasta este final feliz, con publicación del estudio en la revista Science. La hipótesis de la que partían no era bien acogida por otros colegas ya que las aves que apuntaban que podían cazar los murciélagos podían llegar hasta un 50% del peso del nóctulo lo que combinado con su velocidad de vuelo parecía imposible. El reto era demostrarlo.
Para lograrlo, recurrieron a varios métodos: cámaras enfocando a los refugios de los nóctulos, radares del ejército, grabadoras de ultrasonido sobre globos aerostáticos, GPS, etc. Pero la imposibilidad de marcar a los murciélagos con dispositivos para poder registrar sus movimientos lo dificultaban.
Tras décadas de trabajo, utilizando avanzados dispositivos electrónicos ultraligeros y cajas-refugio inteligentes en la Reserva Biológica de Doñana, los científicos registraron por primera vez el sonido de un murciélago depredando a un petirrojo europeo (Erithacus rubecula) en el aire.
Con esta metodología identificaron 611 interacciones de caza, la mayoría dirigidas a insectos, pero en al menos dos ocasiones los murciélagos ascendieron a más de 400 metros y, tras detectar un ave, la persiguieron y consumieron mientras aún volaban. Se documentaron llamadas de estrés del ave, seguidas de más de veinte minutos de masticación, confirmando el consumo en pleno vuelo.
“Después de tantos años de investigación, escuchar los cantos de estrés de un pájaro seguidos de un silencio abrupto y una masticación prolongada fue impactante. Aunque nos provoca empatía por la presa, es parte de la naturaleza. Sabíamos que habíamos documentado algo extraordinario. Para el equipo, significó la confirmación de lo que habíamos buscado durante mucho tiempo. Tuve que escucharlo varias veces para ser plenamente consciente de lo que acabábamos de registrar”, afirma Elena Tena, autora principal del estudio y también investigadora de la EBD-CSIC.
Depredadores implacables
Según han descubierto los murciélagos identifican a sus presas y, para facilitar su manejo en vuelo, les cortan las alas antes de consumirlas. El estudio sugiere que las aves intentan defenderse al dejarse caer en picado, en una estrategia similar a la utilizada frente a depredadores diurnos como los halcones.
Aunque solo se han registrado dos casos directos hasta ahora, el equipo destaca la importancia del hallazgo para la conservación de esta especie, catalogada como vulnerable, que enfrenta amenazas como la pérdida de hábitat, el desplazamiento por especies invasoras y la mortalidad en parques eólicos. El conocimiento detallado de su comportamiento de caza permitirá diseñar mejores medidas para proteger al nóctulo grande.
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