El SEAT León, el Renault Clio, el Dacia Sandero... Ninguno de estos vehículos, ni la suma de los tres, se acerca al precio del primer simulador de Aston Martin, el AMR-C01. Una máquina con forma de bañera, una gran pantalla apaisada y acabados que recuerdan a los coches de carreras del fabricante británico.

Inspirado en coches de carreras

La primera máquina virtual de Aston Martin recuerda a sus vehículos de carreras. Por ejemplo, la posición de su asiento es la misma que la del Aston Martin Valkyrie, el  hiperdeportivo con aspecto de 'Batmobile' que está desarrollando la compañía. O la parte delantera del simulador, que recuerda a la del Aston Martin Racing. El resto: fibra de carbono y componentes de alta calidad. 

"Aunque no es un automóvil como tal, debía irradiar la misma elegancia, con las mismas líneas dinámicas y el mismo equilibrio de proporciones que cualquier Aston Martin de competición", explica Marek Reichman, director creativo del fabricante. 

Para eSports y pilotos profesionales

Al principio eran torneos minoritarios, hoy son una industria que genera millones de dólares al año. Un estudio de PayPal y de la consultora Newzoo prevé que la audiencia de los eSports terminará este año con 92 millones de usuarios en Europa. Las carreras de coches también tienen su hueco en este fenómeno de masas. 

Pero Aston Martin no sólo ha fabricado su simulador para los eSports. También han pensado en los pilotos de carreras que quieran conocer mejor los circuitos. De hecho, detrás de Curv Racing Simulators está Darren Turner, piloto oficial de la escudería y especialista en simuladores. 

Varios colores, 150 unidades

El AMR-C01 está en varios colores. De los tonos verdes clásicos de Aston Martin a rojos intensos a verdes fosforitos y azules chillones. Pero es un producto limitado: sólo venderán 150 unidades. Las primeras entregas están previstas para este último cuatrimestre del año. 

Un capricho de 63.000 euros

"El simulador de hogar más hermoso", según Darren Turner, tiene un precio base de 57.500 libras esterlinas, contando impuestos. Es decir, unos 63.175 euros. Un precio que supera por mucho al de los automóviles más vendidos en España.