Investigación

La relevancia de Luzón en la evolución del género Homo

La relevancia de Luzón en la evolución del género Homo
Dentadura de H. Luzonensis, H. Herectus y H. Sapiens / © Callao Cave Archaelogy Projet

Luzón es una isla grande a la que nunca se ha podido acceder a través de un puente terrestre en todo el Cuaternario. Su fauna y flora son conocidas por su alta tasa de endemismo. Este hecho explica la disminución de su diversidad genética y es visible en forma de especies que a menudo difieren mucho de sus especies hermanas que han permanecido en el continente.

Las huellas más antiguas que indican la presencia de homínidos en la isla se remontan a hace unos 700.000 años. El Homo luzonensis, cuyos restos fósiles son unos 600.000 años más jóvenes, probablemente son una especie que evolucionó bajo los efectos del endemismo de las islas, en paralelo con la historia evolutiva del Homo floresiensis en la isla de Flores, en Indonesia. “El sudeste asiático, especialmente las islas, son un lugar fantástico para estudiar la evolución humana, la prehistoria, la paleoantropología”, indica Détroit.

El origen y las modalidades de la llegada de esta nueva especie a la isla de Luzón siguen siendo en gran parte misteriosos por el momento, pero este descubrimiento subraya la diversidad, la riqueza y la complejidad de las migraciones pasadas y de la historia evolutiva de los homininos en la isla del sudeste asiático.

"La hipótesis principal es que pocos individuos cruzaron el mar con éxito y se asentaron en la isla de Luzón. Luego, aislados del resto de la población inicial que permaneció en el continente. Probablemente sufrieron los efectos de lo que se llama endemismo insular, que generalmente se expresa en cambios rápidos en la morfología y da nuevas especies que difieren significativamente de los individuos del continente", explica el investigador.

La navegación marítima es también una pregunta candente, pero muy difícil de responder para los científicos. "Hay dos hipótesis principales: puramente por accidente y navegación intencional. Para la segunda, podemos imaginar a los homínidos practicando algo muy diferente de lo que llamamos ahora navegación. El Homo erectus, por ejemplo, no era lo suficientemente grande como para cruzar el mar a propósito, pero el hecho es que ahora tenemos más evidencias de que se establecieron con éxito en varias islas en el pasado remoto del sudeste asiático, ¡por lo que probablemente no fue tan accidental!", exclama Détroit.

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