Enric Sala ya sabía todo de la naturaleza cuando se dedicó a explorar el mundo para National Geographic y ser miembro de la Royal Geographical Society. Era doctor en ecología por al Universidad de Aix-Marsella y daba clases en la Scripps Institution of Oceanography de California (EEUU). Pero el mundo académico no era suficiente para evitar la destrucción de la naturaleza, en particular de los océanos. En 2008 creó el proyecto Pristine Oceans, organización con la que ha ayudado a crear 25 de las mayores reservas marinas del planeta, con una superficie de más de 6,5 millones de kilómetros cuadrados.

Acaba de publicar La naturaleza de la naturaleza (Ariel), un volumen en el que el ecólogo y divulgador aborda el valor económico de los ecosistemas. Le resulta difícil comprender por qué no asumimos que la naturaleza es muy importante para nuestra economía. ”Los humanos tenemos visión amnésica -olvidamos el pasado fácilmente- y miópica -vemos a poca distancia, a corto plazo-. Además, somos una especie arrogante, que cree que estamos por encima de todo, pero al mismo tiempo, y paradójicamente, nos hemos dejado secuestrar por la economía”, afirma Sala. Para el ecólogo” la economía tiene que funcionar para nosotros, en vez de arrasar el planeta para que la economía crezca – al menos a corto plazo. Pero la pregunta que nos tenemos que plantear es: ¿crece el PIB, pero somos más felices?”, se pregunta.

Pregunta: ¿Estamos dando suficiente importancia a la crisis de biodiversidad?

Respuesta: La respuesta es un rotundo “no”. La humanidad actúa como si tuviéramos planetas Tierra de sobra para usar y tirar. Si de verdad entendiéramos la necesidad de mantener, proteger y restaurar el mundo natural, no habríamos eliminado al 90% de los grandes peces del mar ni cortado bosques tropicales a un ritmo de un campo de fútbol por minuto.

P: ¿Qué implicaciones puede llegar a tener la desaparición de la biodiversidad?

R: La biodiversidad es nuestro sistema de supervivencia. Todo lo que necesitamos para sobrevivir depende del trabajo de otras especies: el oxígeno que respiramos, el agua limpia que bebemos, la comida que nos alimenta, y muchos otros beneficios esenciales que la naturaleza nos da gratis, y que la tecnología humana nunca podrá reemplazar.

“Es posible recuperar la biodiversidad que nos mantiene con vida”

ENric Sala | Foto: EN UNA MISIÓN DE PRISTINE SEAS EN LA ISLA ÁRTICA DE FRANCISCO JOSÉ En RUSIA (Cedida)

P: El océano está en riesgo por la subida de las temperaturas, entre otras cosas. ¿Son los ecosistemas marinos los que más nos pueden afectar si no los protegemos adecuadamente?

El mar ha absorbido el 90% del calentamiento creado por las actividades humanas desde la revolución industrial. Sin el mar, la superficie del planeta sería como Venus: un infierno donde la vida tal y como la conocemos sería imposible. El mar también absorbe un cuarto de las emisiones de carbono que lanzamos a la atmósfera cada año. Pero el mar está llegando a un punto donde pronto ya no podrá continuar absorbiendo nuestros impactos, y eso significaría el final de la civilización humana.

P: En tu libro hablas de la resilvestración. Este tipo de prácticas pueden revertir grandes procesos de desaparición de biodiversidad o es una solución más local.

R: La resilvestración es básicamente parar la destrucción de ecosistemas y reintroducir a animales clave -herbívoros como el bisonte europeo y depredadores como el lobo- para que sea el mismo ecosistema que se recupere, a través de procesos naturales. Sabemos que los bosques tienen una mayor capacidad de recuperar toda su biodiversidad y capturar carbono de la atmósfera si los dejamos solos, que a través de plantaciones artificiales.

La biodiversidad es nuestro sistema de supervivencia, la tecnología humana nunca podrá reemplazar"

ENric Sala | Buceando en el Lago de las medusas en Palaos

P: En particular hablas del lobo como un depredador muy necesario. ¿Por qué es importante que vuelva el lobo? ¿Cuál es el efecto que produce?

R: El lobo, como otros depredadores en la cima de la cadena alimentaria, regulan las abundancias de sus presas ,como ciervos, y también crean un “paisaje del miedo” donde las presas pasan menos tiempo a campo abierto. A menos consumo de plantas, más se recuperan las praderas y los bosques, que a su vez proporcionan hábitat y alimento para muchas otras especies que no tenían posibilidad de sobrevivir en áreas donde la vegetación fue eliminada por un exceso de pastoreo. En otras palabras, ecosistemas con depredadores tienen más biodiversidad, capturan más carbono -ayudando a mitigar el calentamiento global- y ayudan a reducir el riesgo de inundaciones y fuegos.

P: ¿Se puede ser optimista?

R: He visto con mis propios ojos lo que la naturaleza, y en particular el mar, puede hacer si le damos espacio. He visto hábitats marinos sobrepescados convertirse en lugares prístinos en menos de diez años. He visto cómo pescadores locales están pescando más alrededor de reservas marinas donde la pesca está prohibida, que antes cuando pescaban sin límite. He visto una industria de buceo florecer en esas reservas marinas, creando empleos y proporcionando enormes beneficios económicos. Hay países que ya han protegido más del 30% de sus aguas de la pesca y otras actividades dañinas para la vida marina. Todo eso hace que crea en que es posible recuperar la biodiversidad que nos mantiene con vida.