Aunque muchos se empeñen en ponerle la etiqueta de "novia de", Isabel huye de tópicos. Como cuenta en nuestra llamada telefónica, «yo siempre digo que cada uno tiene su trabajo». Ella quiere centrar su carrera y flashes en sus dos verdaderas pasiones, la moda y la escritura, algo que ha compartido desde que tiene uso de razón.

«Siempre he tenido claro que quería trabajar en moda, y como me gusta mucho escribir, estudié periodismo», comenta. Isabel ha modelado su carrera apostando por su estilo y marca personal, algo que le ha facilitado el camino a la hora de hacerse un hueco en la siempre complicada industria que lidera Vogue. «Hice mis primeras prácticas en una consultora de moda y de ahí pase a estar unos meses como community manager de una firma española», relata.

En 2019 entró en el equipo de Comunicación de la conocida Scalpers, de la que además ha sido embajadora. Sin embargo, Isabel está de enhorabuena, pues recientemente se ha convertido en Responsable de Estilismo de la vertiente femenina de la marca española, un puesto que «ha asumido con muchísima ilusión».  

El confinamiento me ha hecho reflexionar sobre la verdadera importancia de las cosas

Como cuenta a El Independiente, en Scalpers Woman ha «podido crecer profesionalmente». Los que la conocen de cerca saben de primera línea lo que esta nueva responsabilidad supone para ella, pues considera como un lujo «vivir de algo que te apasiona y con un equipo tan profesional». 

«Es un trabajo muy dinámico: el lunes estoy en Sevilla reunida con el equipo de diseño y al día siguiente en Madrid presentando la nueva colección», añade. Sin embargo, el confinamiento frenó el ritmo y frenesí de su rutina laboral. «Para mí ha marcado un antes y un después», explica. «Me ha hecho reflexionar sobre la verdadera importancia de las cosas».

La pandemia le ha permitido, principalmente, pensar acerca de la manera en la que consumía la moda y sobre cómo gestionaba su armario, «reduciéndolo a un conjunto de básicos atemporales y duraderos». Isabel se ha subido al tren de la moda sostenible y duradera, dejando atrás el fast fashion y «eligiendo calidad antes que cantidad».

«Estoy construyendo mi fondo de armario perfecto y espero que me dure muchos años», cuenta. Como seguidora de tendencias y trendsetter, Isabel detalla cuáles son sus piezas claves para este otoño tan atípico. «Un abrigo 3/4 masculino de lana, una camisa blanca, un traje sastrero, un jersey color camel y unos botines de serraje marrón», enumera.

Siempre digo que Carlos no es de este planeta, le admiro mucho y le acompaño siempre que puedo

Aunque dice que las camáras de la prensa rosa no la «molestan demasiado», su actual pareja, el piloto de Fórmula 1, Carlos Sainz, suele ocupar un hueco en sus entrevistas. «Siempre digo que Carlos no es de este planeta, le admiro mucho y le acompaño siempre que puedo», cuenta. «Me gusta mucho ir a verle», añade. Isabel ha tenido la oportunidad de recorrer diversos circuitos de la mano del actual piloto de Ferrari, entre ellos, el Gran Premio de Mónaco, el de Cataluña o el Yas Marina Circuit de Abu Dhabi.

Su trabajo también le ha permitido participar en eventos estelares. Antes de la pandemia, estuvo en París de la mano de la marca de zapatos más famosa del mundo, Christian Louboutin, una experiencia «increíble» en la que Isabel pudo llevar las suelas rojas favoritas de todo connoisseur de la moda.

En el futuro, cuenta que le «gustaría poder seguir creciendo profesionalmente dentro del mundo de la moda».