La activista y ex actriz porno Amarna Miller afirma que la identidad femenina "se ha construido históricamente en base a opiniones ajenas", especialmente, a lo que "los hombres y el patriarcado han querido" que sean, y llama a las mujeres a ser ellas quienes construyan su realidad y su identidad.

Así lo afirma Miller (Madrid, 1990) en una entrevista con la Agencia EFE con motivo de la publicación de su último libro, Vírgenes, Esposas, Amantes y Putas (Ediciones Martínez Roca), en el que trata de analizar "el rompecabezas que significa ser mujer en la sociedad actual".

Miedo, culpa y soledad

A través de la exposición de sus propias experiencias personales, esta activista por los derechos de las mujeres y ex trabajadora sexual busca romper el silencio que ha existido alrededor de las experiencias de las mujeres y aportar su granito de arena a lo que significa la perspectiva del género femenino.

El libro, explica Miller, "parte de la idea de que muchas de las experiencias negativas que he vivido como mujer podrían haberse evitado si alguien me hubiese hablado antes sobre ellas".

Muchas de las experiencias negativas que he vivido como mujer podrían haberse evitado si alguien me hubiese hablado antes sobre ellas

Según Miller, las mujeres han estado condicionadas por el miedo, la culpa y la soledad, aunque cree que se van dando pasos en la superación de esa culpa y ese miedo, gracias sobre todo a las redes sociales, que han permitido aunar experiencias de mujeres, como se puso de manifiesto con el movimiento #MeToo.

"Gracias a estos movimientos se están tomando medidas y poniendo sobre la mesa cosas que era necesario hablar", afirma para reconocer que a ella misma le cuesta liberarse de algunos de estos condicionantes impuestos y se encuentra en proceso de "reconstrucción".

Construir nuestra realidad

"Me gusta replantearme las cosas y cuestionar si las cosas que hago las hago porque yo realmente quiero o porque me he visto influida por mi contexto, mi cultura o la sociedad para hacerlas de una manera o de otra", subraya.

Algo que supuso un antes y un después para ella fue el tema de la depilación. Dejar de depilarse fue "una carrera de obstáculos" con "mucho altibajos", y aunque ahora se siente en paz con su cuerpo y con su físico, es consciente de que "no existe esa libertad de poder hacerlo simplemente porque te apetezca".

Por eso, hace un llamamiento a las mujeres a que sean ellas las que construyan su realidad y su identidad, pues históricamente, la identidad femenina se ha construido "en base a opiniones ajenas" y "a lo que la sociedad, sobre todo los hombres y el patriarcado, han opinado y querido que seamos".

Etiquetas como las que aparecen en el titulo de su libro (virgen, esposa, amante o puta) "limitan nuestra identidad" al venir impuestas desde fuera y por cánones ajeos, explica, y añade que ella trata de reivindicar "que no hay nada de malo en ser virgen, ni esposa, ni amante ni puta".

Parece que el único feminismo que cuenta es el que vemos en Twitter

Feminismo plural

En esta obra, Miller aborda cuestiones como el miedo a la violación; la falta de referentes y de información; la feminidad; la tiranía de la belleza; los mitos del amor romántico y las relaciones de maltrato; el poliamor, el sexo o el dilema del trabajo sexual.

Con cientos de miles de seguidores en redes sociales, se considera una figura polémica por algunas de las cuestiones que defiende, como el porno o la prostitución, y destaca que no hay muchas personas que defiendan públicamente el feminismo que ella avala o que cuestionen "el feminismo hegemónico".

"Parece que el único feminismo que cuenta es el que vemos en Twitter, pero eso no quiere decir que sea el único que existe, los feminismos son plurales", manifiesta, y considera que las experiencias de las mujeres "son variadas" y "no deben ser eclipsadas" ni silenciadas.

"Caer en discursos como los que en muchas ocasiones veo hoy en día en las redes sociales, que vienen a decir algo así como 'si no estás a favor de lo que yo digo, entonces estás en contra del feminismo', eso es un totalitarismo", denuncia.

Revivir el maltrato

Uno de los capítulos más complicados de escribir fue en el que relata la relación de maltrato que sufrió cuando tenía 20 años, y aunque asegura que hacerlo ha sido "terapéutico" también ha tenido que enfrentarse de nuevo a la culpa por no haber sido capaz de darse cuenta de la situación, de denunciar o de hablar en aquel momento.

Como ex actriz porno, industria en la que entró con 19 años y abandonó en 2017, Amarna Miller afirma que la industria pornográfica actual "es machista", pero también cree que hay productoras que están cambiando la cosas, "lo que pasa es que son minoritarias y no es fácil encontrarlas dentro de los canales gratuitos".

"Lo que tenemos que hacer es intentar conquistar espacios. Para eso está el feminismo, para que los espacios machistas dejen de serlo", reivindica, y pide dejar de usar el término porno como sinónimo de la industria pornográfica. E