Ya lo advirtió con la famosa frase de que 'las mujeres no lloran, las mujeres facturan'. Ahora Shakira ha lanzado una nueva canción, El Jefe, con la que no ha decepcionado y ha vuelto a atacar a Gerard Piqué, a su padre, Joan Piqué, y donde además la cuidadora de sus hijos tiene un gran papel, ya que habla de la historia que vivió tras ser despedida por el futbolista.

Tal y como ha trascendido, Lili Melgar, niñera de los hijos de la artista, aparece en el videoclip de la canción para reivindicar el infierno que le hizo pasar Piqué cuando prescindió de sus servicios al enterarse de que ella había filtrado sus infidelidades a Shakira.

La artista compartirá con Lili parte de los beneficios del videoclip para que pueda compensarla por todo lo que sufrió en el pasado. Cierto es que cuando Shakira se instaló de nuevo en Miami, volvió a contactar con ella y actualmente sigue siendo la cuidadora de los menores, pero las formas en las que Piqué la echó de su trabajo... han sido juzgadas hoy más que nunca.

Lili se ha vengado y ahora no solo Shakira canta a su expareja, también la niñera de sus niños... pero, ¿cómo era la relación de esta cuando vivía en la casa familiar? Europa Press ha rescatado de su archivo imágenes que antes pasaban desapercibidas, pero que ahora cobran más sentido que nunca.

LILI MELGAR, NIÑERA DE LOS HIJOS DE SHAKIRA Y GERARD PIQUÉ
LILI MELGAR, NIÑERA DE LOS HIJOS DE SHAKIRA Y GERARD PIQUÉ

En ellas podemos ver como la niñera se preocupa por los menores y tiene cierto distanciamiento con el futbolista, siendo más cómplice con la cantante. Y es que tal y como se ha contado en los últimos meses, fue ella quien sospechaba que Piqué le estaba siendo infiel a la artista y quien se lo comunicó.

Lili no solamente se preocupaba por el bienestar de los niños sino de los padres de Shakira, con los que viajó en muchas ocasiones y como podemos ver tenía un trato de lo más agradable.

En las últimas imágenes que tenemos de ella, podemos ver cómo se reencuentra con Piqué y con los niños y como el futbolista no le dice absolutamente nada, de hecho ni se baja del coche para saludarla, demostrando así que la relación era más que tirante en los últimos tiempos.