Laura Garat tenía 26 años cuando decidió parar y dar un giro a su vida. Ahora tiene medio millón de seguidores en su perfil de Keto con Laura y un propósito, pero el camino no ha sido fácil. Sobre todo porque su contenido, en su mayoría recetas de la dieta keto o cetogénica, genera tantas críticas como apoyos. Esta manera de comer elimina o reduce al mínimo los carbohidratos pero esta influencer, que ahora tiene 33 años, le añade tres apellidos clave a su plan nutricional: es mediterránea y, además, imperfecta y relajada.
Ahora es referente en España para este tipo de dietas keto, pero el camino de Laura no ha sido en absoluto en línea recta. Hace ahora seis años, en 2018, estaba cansada, le dolían las articulaciones, se encontraba mal y tenía una relación tóxica con la comida. Recurría a los dulces para sentirse mejor y la pasta era una de las bases de su alimentación.
Su primera experiencia con la dieta keto fue mala
Sin embargo, consideraba que comía variado y no pensaba que su alimentación pudiera ser el origen de sus problemas. Hasta que recibió un email de su hermano, que no tenía valor para decirle en persona que creía que estaba arriesgando su salud con su modo de vida.
Le recomendó que probara una dieta cetogénica, insistiendo en la importancia que tiene la alimentación en la salud. Reiterando la relación que la nutrición tiene con enfermedades neurodegenerativas, de las que había antecedentes en su familia. "Me decía que no quería verme así", comenta la creadora de contenido en una conversación con este periódico. Aunque admite que en un primer momento aquel email le sentó mal, se puso a investigar y decidió darle una oportunidad.
Esa primera vez con la dieta keto fue un completo desastre. "Me pegué la mayor torta de mi vida", cuenta. "Fui de las típicas personas que engordó, le salió acné… yo vi que decía comer grasa, pues genial, yo me echaba chorizo, bacon…", recuerda. Tras un tiempo decidió darle otra oportunidad, pero adaptándolo a su propia dieta mediterránea.
"Me empezó a ir bien, pero me di cuenta de que las cuentas que había en España sobre la dieta keto era todo gente muy pro, muy fitness, muy flacos... nadie como yo, con sobrepeso", recuerda. Así que Laura decidió dar un paso adelante, superar su vergüenza, y empezar a compartir su historia personal. "Pensaba que estaba sola y resulta que había miles de personas como yo, fue un boom, crecí 10.000 seguidores en un mes", explica.
Le ha cambiado al vida
No fue casualidad. Está claro que Laura estuvo en el momento correcto en el lugar adecuado, pero tiene presencia, simpatía y, lo más importante, su vulnerabilidad. Tampoco está de más que todo el contenido que creaba en esos primeros meses se convirtió en el comienzo de un ebook gratuito que comparte en su web. "Porque yo en su momento no me podía permitir", admite. Algunos de sus seguidores incluso le echan en cara que no cobre por los varios libros que editó ella misma antes de que le contactaran desde la editorial Grijalbo.
Sentada sobre sus piernas su hija, que nació hace un año y con quien tiene una cuenta secundaria, @bebe_sin_azucar. En la silla de al lado su madre, atenta a su nieta pero sin decir mucho para no interrumpir, y alternando el orgullo con la preocupación en sus ojos. Laura es toda una estrella en un campo nicho pero bastante importante de las redes sociales.
En este viaje a Madrid tiene un ritmo frenético, está de paso para promocionar su último libro -Keto flexible, 101 recetas fáciles y efectivas, trucos, mitos y mucho más-. Sin duda, muchas cosas han cambiado desde esos primeros meses creando contenido gratuito en un pequeño apartamento del centro de la capital. Ahora reside en Barcelona con su marido, pero el cambio de ciudad o de vida cuando se convirtió en madre no ha cambiado su contenido.
Mirar las dietas desde un enfoque sano
Otra clave de las recetas de Laura es que abogan por eliminar los conceptos tóxicos de las dietas y la alimentación saludable. De ahí que utilice el apellido de "imperfecta y relajada" para referirse a su método, que también es el resultado de su propio camino.
Porque no ha estado sola, ha contado con la ayuda y orientación de psicólogos y nutricionistas buscando su propio bienestar. A menudo los trastornos de alimentación están entrelazados con estos estilos de vida sanos que se proclaman en las redes sociales, potenciando comportamientos potencialmente dañinos como el contar calorías, las purgas o ayunos.
"Los psicólogos siempre hablan de evitar la restricción, de no demonizar los alimentos. Esa fue la primera lección que me dieron y lo apliqué completamente a este estilo de keto flexible. No hay alimentos prohibidos y tampoco hay que compensar, porque muchas veces sientes que tienes que compensar con un ayuno, siendo muy estricta... y eso no vale, termina peor", admite Laura. Sus menús y recetas son ricas, adaptables, y llenas de alternativas para que no se convierta en una esclavitud.
Ese es, sin duda, otro de los motivos por los que triunfa tanto. Dentro de ciertos límites también comparte detalles de su vida y se sincera sobre sus malas etapas. Habla abiertamente de su lipedema, una enfermedad crónica y degenerativa que se caracteriza por la acumulación de tejido adiposo sobre todo en las piernas. O de los retos de la maternidad.
Y, por supuesto, admite cuando tiene rachas en las que le apetece darse caprichos. Sus vídeos de postres y dulces sin azúcar son los que tienen el mejor recibimiento en sus redes sociales. Aunque también ha tenido etapas en donde entrar a leer sus comentarios era un auténtico suplicio.
Susanna Griso y aquel vídeo viral
Laura ha tenido que aprender a la fuerza lo bueno y lo malo de la fama. Ha estado dos veces como invitada, a través de una videollamada, en Espejo Público y no guarda muy buen recuerdo. La primera vez la experiencia fue mala: "Estaba embarazada y querían hablar del tema de la dieta keto. Susanna [Griso] es un amor, ella maravillosa, pero había gente que iba a atacarme". La acusaban de promover un modo de vida insano, asegurando que no se pueden eliminar los carbohidratos de la alimentación, y su prueba definitiva era que durante la gestación no mantuvo esta manera de comer.
Pero la segunda fue todavía peor. Se había hecho viral un vídeo suyo en el que explicaba que su seguro de salud no cubría el parto en un hospital privado, así que tendría que dar a luz en un centro público. Para Laura fue un shock, puesto que había hecho todo el seguimiento del embarazo con unos profesionales que ya no podrían acompañarla. Sin embargo, los comentarios a aquel vídeo se volvieron un infierno.
Se hizo tan viral que la volvieron a llamar de Espejo Público. "Lo mismo, Susanna un amor, pero había una persona que iba a atacar y me llamaba tonta. Y yo decía 'vale, soy tonta, pero esto lo cuento porque estoy contando mi historia y que a nadie le pase como a mí'", recuerda Laura. Ambas experiencias le han hecho pensar que no quiere salir en televisión ni participar en otros programas, nisiquiera en algo relacionado con la cocina como MasterChef. "Siento que soy una persona que no sabe reaccionar rápido y en televisión hay personalidades muy fuertes, expertas en acorralar, que piensan muy rápido", comparte. "Soy muy sensible, no quiero estar en un plató salvaje", confiesa.
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