La Duma o Parlamento ruso ha reconocido en un nuevo documento que las fronteras de las regiones ucranianas de Zaporiyia, Jersón, Lugansk y Donetsk vigentes y reconocidas son las existentes el propio día de la anexión, el pasado viernes, 30 de septiembre.
"Los límites del territorio de la República Popular de Donetsk están determinados por las fronteras del territorio (...) que existían el día de su formación y el día en que (...) fue admitida en la Federación Rusa", reza el documento sobre el acuerdo de la admisión del territorio, tal y como ha podido saber la agencia rusa TASS.
Este documento indica, también, que se tratará de la misma forma las fronteras de la autoproclamada República Popular de Lugansk, de Zaporiyia y de Jersón. Además, advierte de que los límites de estos territorios con los demás estados extranjeros "serán la frontera estatal de la Federación Rusa".
En este sentido, Rusia detalla que la delimitación de las fronteras establecidas en estas regiones están recogidas en las constituciones de cada una de ellas.
Este domingo, el Tribunal Constitucional de Rusia aprobó un paquete de documentos presentados por el presidente ruso, Vladimir Putin, sobre la entrada de estos tres territorios a Rusia.
En estas regiones se celebraron referendos sobre la adhesión a Rusia entre el 23 y el 27 de septiembre. En las consultas, que no han sido reconocidas legalmente a nivel internacional, mostraron una supuesta gran mayoría de la población a favor de la adhesión.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Ascenso y caída de Alvise: sus eurodiputados le acusan de lanzar "una mentira tras otra"
- 2 Eugenia vuelve a La Promesa: RTVE adelanta los acontecimientos
- 3 ¿Cuántos funcionarios serían cómplices y carceleros?
- 4 El Gobierno aprueba la nueva ayuda de 200 euros para la crianza
- 5 'El proceso', la pesadilla kafkiana que nunca debió de ser publicada
- 6 La Promesa: avance del episodio del lunes 28 de abril
- 7 Víctor Sandoval: "No he tenido más censura que en Mediaset"
- 8 Así será el funeral del Papa Francisco
- 9 Sánchez es un Trump muerto de hambre